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Norman, un perro que pasó gran parte de su vida encadenado y desnutrido en un mercado de carne en Corea del Sur, ha encontrado una nueva oportunidad gracias a Christina Craddick, una mujer de Los Ángeles, California, que decidió adoptarlo y ofrecerle un hogar lleno de cuidado y afecto.
El animal, descrito como extremadamente nervioso, fue rescatado hace dos años del comercio de carne en Corea, donde sobrevivía comiendo únicamente palos. Hoy, lejos de ese entorno hostil, Norman se recupera poco a poco junto a Craddick y otros tres perros rescatados que también forman parte de la familia.
La historia de Norman ha conmovido a miles de personas luego de que Craddick compartiera un video en TikTok (@christinancraddick) donde se ve al perro profundamente dormido en su regazo, acurrucado y tranquilo. El clip, que incluye la frase: “Norman ha pasado por todo, ¿cómo alguien podría ser cruel con este perro?”, ya suma más de 518.000 visualizaciones y 90.000 “me gusta”.
La historia de Norman no es un caso aislado. Se estima que cada año alrededor de dos millones de perros son criados en granjas para consumo humano en Corea del Sur, donde, en muchos casos, son sacrificados mediante electrocución, un proceso doloroso que puede prolongarse por varios minutos.
Sin embargo, el panorama ha comenzado a cambiar. En 2024, el gobierno surcoreano aprobó una Ley Especial que prohíbe la cría, matanza y comercialización de perros para consumo. En los seis meses siguientes a la entrada en vigor de la ley, 623 granjas cerraron sus puertas, lo que representa el 40 % del total en el país. Se proyecta que para finales de 2025, esa cifra ascenderá a 938 granjas, o el 60 % del total.
Mientras tanto, Craddick se siente aliviada de saber que Norman ya no tendrá que enfrentar el sufrimiento que marcó su pasado. “Me parte el corazón pensar por lo que pasó, pero estoy agradecida de poder darle un hogar donde por fin pueda sentirse seguro y amado”, expresó.
El video ha generado cientos de comentarios en redes sociales, la mayoría de ellos destacando la resiliencia de Norman y agradeciendo a su adoptante por brindarle una segunda oportunidad. “Es perfecto. Gracias por salvarlo y darle un lugar donde pueda sentir lo que todo perro debería: amor”, escribió un usuario. Otro añadió: “El hecho de que los perros puedan sufrir tanto y aun así solo quieran cariño, siempre me romperá el corazón”.
La historia de Norman es testimonio del poder de la compasión y de los cambios que poco a poco comienzan a transformar una industria marcada por el maltrato. Para él, el horror quedó atrás. Hoy duerme en paz y en los brazos de alguien que lo eligió para siempre.
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