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Cinco perros que alguna vez conocieron el abandono, hoy tienen una nueva oportunidad de vida gracias a una jornada de adopción organizada por la Unidad de Protección Animal (UPA) de la Secretaría de Medio Ambiente de Manizales. La Plazoleta de la Alcaldía se transformó en un espacio de esperanza, donde miradas, caricias y ladridos marcaron el comienzo de nuevas historias.
Los animales, sin raza definida, pero llenos de ternura y resiliencia, fueron adoptados por familias manizaleñas comprometidas con brindarles una segunda oportunidad. Desde tempranas horas de la tarde, decenas de ciudadanos se acercaron al lugar, donde cada encuentro fue tan único como emotivo. En cuestión de minutos, nacieron lazos que prometen amor incondicional y compañía para toda la vida.
Para adoptar, los interesados debieron cumplir con requisitos básicos: presentar fotocopia de la cédula, una factura reciente de servicios públicos y un certificado laboral. Más allá de la documentación, la clave fue el compromiso con una adopción responsable y consciente.
“Invitamos a la ciudadanía a elegir la ternura por encima de la indiferencia, a ver en cada jornada de adopción una oportunidad para dar vida y recibir amor sin medida”, expresó la Secretaría de Medio Ambiente, recordando que estos animales, aunque no tienen pedigree, tienen historias que merecen un nuevo comienzo.
La jornada fue, más que un evento institucional, un testimonio del poder de la empatía. Cinco vidas cambiaron para siempre, y con ellas, también la de quienes decidieron abrirles la puerta de su hogar y su corazón.
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