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Los perros son conocidos por su lealtad y por ser compañeros incondicionales, pero también porque poseen una sensibilidad excepcional, especialmente en lo que respecta a su sentido del oído. Su capacidad auditiva es mucho más aguda que la de los seres humanos, lo que les permite escuchar sonidos que para las personas son inaudibles. Sin embargo, esta sensibilidad también los hace más susceptibles a ruidos fuertes, como los que produce el motor de los carros y las motos.
Para muchos perros, estos sonidos repentinos pueden generarles miedo o ansiedad, lo que lleva a reacciones inesperadas. Si un cachorro experimenta miedo a estos sonidos desde temprano, podría desarrollar una fobia que será más difícil de manejar con el tiempo. Por eso, es fundamental introducir gradualmente a los perros a sonidos más suaves, para ayudarlos a mantener la calma ante ruidos inesperados.
Si un perro ya tiene miedo a los sonidos fuertes, como los de los carros o motos, es posible que reaccione de manera exagerada: puede ladrar, huir o incluso lanzarse contra el vehículo. Aunque esto pueda parecer agresividad, en realidad es una respuesta a su miedo. Con paciencia y entrenamiento, se puede ayudar a la mascota a mantener la calma.
¿Cómo mantener tranquilo a un perro ante el ruido de motos?
Lo más importante es seguir un enfoque gradual. Es fundamental comenzar con presentaciones suaves, evitando presionar al perro para que se enfrente de inmediato a situaciones abrumadoras.
Presentación inicial con motos estacionadas. Si es un cachorro, lo ideal es empezar mostrándole motos detenidas, permitiéndole acercarse a ellas y explorar sin presión. Debe hacerse de manera tranquila, dejando que se acostumbre a su presencia. Luego, se puede introducir el sonido del motor encendido de forma suave, recompensando los comportamientos tranquilos y deteniéndose si el perro se siente incómodo.
Acercamiento gradual al tráfico. Una vez que el perro se haya acostumbrado a las motos estacionadas, el siguiente paso es caminar cerca de áreas con tráfico. Es importante mantener una distancia segura para evitar que se sienta abrumado. A medida que se acostumbra a los sonidos lejanos de los vehículos, se puede ir acercando gradualmente, recompensando siempre su calma con caricias o golosinas.
Seguir rutas familiares. Durante este proceso, es útil mantener los paseos en áreas que el perro ya conozca. Esto le proporcionará seguridad mientras se acostumbra a los sonidos de los vehículos. Es importante recompensarlo cada vez que mantenga la calma, de modo que asocie los ruidos con experiencias positivas.
Con paciencia y constancia, el perro aprenderá a manejar su miedo y podrá disfrutar de paseos tranquilos cerca de carros y motos.
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