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Los perros son animales de compañía juguetones, activos, inteligentes y muy cariñosos. Estas características los han convertido en seres especiales que se roban el corazón de miles de personas en todo el mundo, no por nada son llamados “el mejor amigo del hombre”.
La mayoría de personas que tienen un canino en casa concuerdan en que una de sus actividades favoritas es acariciar a su pequeño peludo. Esta acción se realiza muchas veces para estimular a las mascotas y relajarlas en situaciones donde se puedan sentir asustadas, miedosas o estresadas. A la mayoría de perros les gusta ser acariciados, más aún cuando son sus tutores quienes lo hacen, porque esto les genera relajación y confort.
Lo que muchos no saben es que esta actividad, que parece tan sencilla y cotidiana, no solo es buena para los peludos, sino también para las personas, ya que trae varios beneficios para la salud física y mental.
Reduce el estrés y la ansiedad:
Mantener contacto físico con los perros estimula la liberación de endorfinas, también conocidas como las hormonas de la felicidad. Estas sustancias químicas son liberadas por el cuerpo para aliviar el dolor y generar bienestar. Además, acariciar a la mascota puede reducir los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés.
Se cree que el contacto físico con peludos incrementa en humanos la producción de la oxitocina, la hormona del amor, así como las ondas tetha cerebrales, las cuales habitualmente se producen en estados de relajación y calma profunda.
Fortalece el vínculo tutor-animal de compañía:
A los perros les gusta recibir caricias porque esta es una forma de establecer un vínculo profundo con su tutor. Esta es una manera de mostrar afecto y atención. Además, las caricias pueden hacer que el perro se sienta seguro y feliz, lo que contribuye a fortalecer el vínculo entre ambos.
Puede ayudar a reducir el riesgo de alergias o asma:
De acuerdo con un estudio publicado en el Journal of Allergy and Clinical Immunology, tener animales de compañía en casa como perros y gatos hace que disminuya el riesgo en las personas, especialmente en niños, de padecer problemas respiratorios. En general, tener peludos y acariciarlos fortalece el sistema inmune y hace a los humanos más resistentes a las bacterias o gérmenes.
Puede ayudar a personas en rehabilitación o con enfermedades físicas:
Acariciar a un perro ayuda a mejorar la parte sensorial de las personas con hipersensibilidad táctil. Sentir su temperatura y percibir su movimiento es beneficioso para ciertos pacientes con esta condición. Además, la interacción con peludos también puede ayudar a quienes tienen parálisis cerebral moderada y presentan dificultades para realizar actividades diarias. Esto se debe a que el animal sirve, en muchas ocasiones, como un estímulo y motivador.
¿Cómo acariciar adecuadamente a un perro?
Para acariciar adecuadamente a un perro, los expertos en comportamiento canino aconsejan, antes que nada, respetar el carácter de cada individuo. No todos los caninos son iguales, hay algunos que les gustan mucho las caricias y otros que prefieren evitarlas. Es importante aprender a identificar esto antes de acariciar a un peludo. Algunos conejos para realizar esta actividad son:
- Póngase frente a él y agáchese un poco. Estar a un nivel más cercano al perro permite que este no lo perciba como una amenaza.
- Extienda su mano con la palma abierta para que el perro la olfatee.
- Observe su reacción. Si es positiva, puede acercarse más.
- Acaricie al perro en su cabeza, lomo o en la base del cuello.
- No se recomienda acariciar a los caninos en sus patas o la cola. Estas zonas son sensibles y pueden causar incomodidad o dolor.
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