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Un video de seguridad captado en el barrio Obrero, en Guática, Risaralda, ha generado indignación nacional tras mostrar lo que vecinos y defensores de animales describen como un acto deliberado de maltrato. En las imágenes, se observa cómo un vehículo arrolla a un perro de edad avanzada, llamado Tarro, que descansaba en la calle. A pesar de que el copiloto acababa de subir al auto y el peludo era claramente visible a pocos centímetros, el conductor avanzó sin detenerse, pasando por encima del animal.
El hecho ocurrió en la tarde del martes 15 de julio y fue denunciado inicialmente por un residente del sector al canal Colombia Oscura, que difundió los videos como prueba del presunto ataque intencional. “La ciudadanía está consternada”, señaló el denunciante, haciendo énfasis en que Tarro no representaba peligro alguno y simplemente tomaba una siesta en su entorno habitual.
En la grabación se aprecia que el perro reacciona segundos antes del impacto, como si advirtiera el peligro. Sin embargo, no logró levantarse a tiempo y fue arrastrado por el vehículo, lo que sus cuidadores interpretan como un intento claro de acabar con su vida.
El caso despertó una rápida movilización en redes sociales, donde activistas animalistas y ciudadanos exigieron a las autoridades locales tomar cartas en el asunto. La indignación colectiva llevó a una protesta simbólica en el barrio Obrero, donde vecinos colocaron pancartas en defensa de los animales y pidieron sanciones ejemplares.
En Colombia, el maltrato animal está tipificado como delito. La ley reconoce a los animales como seres sintientes y contempla penas de cárcel y multas para quienes los agredan. Según la normativa vigente, cualquier acción u omisión que cause daño físico, sufrimiento o ponga en riesgo la vida de un animal puede ser denunciada formalmente ante la Fiscalía, la Policía Nacional o las alcaldías locales.
Para ello, es crucial recopilar evidencia: fotografías, testimonios, videos y demás elementos probatorios. La denuncia puede hacerse en línea a través del sistema Adenunciar, habilitado por la Fiscalía, o de forma presencial en sus sedes. También se puede reportar a través del 123, línea de emergencias nacional, que canaliza los casos hacia las dependencias correspondientes.
Varias ciudades del país, además, cuentan con Patrullas Animalistas y unidades especializadas en atención veterinaria de urgencia. Las secretarías de ambiente y bienestar animal, por su parte, deben garantizar que se investigue cada caso y se tomen medidas como visitas de inspección, decomisos preventivos y procesos sancionatorios.
En lo ocurrido con Tarro, organizaciones defensoras de los derechos animales ya han comenzado a gestionar el caso ante las autoridades, con el objetivo de que se identifique plenamente a los responsables y se les impongan las sanciones correspondientes. Mientras tanto, el llamado de los vecinos de Guática es claro: que este caso no quede impune y que sirva como precedente para proteger a los animales que habitan las calles del país.
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