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Max, un pastor belga malinois, pasó tres años y dos meses viviendo en una jaula, esperando pacientemente que alguien lo eligiera. Día tras día, veía pasar a otras familias mientras él seguía siendo ignorado. Su edad y el tiempo que llevaba en la perrera lo convertían en uno de los casos más difíciles de adopción: era el perro más veterano del refugio Son Reus en Mallorca, España.
Pero todo cambió el pasado 12 de abril. Ese día, Max conoció a Marc, un hombre que decidió que aquel perro sería su nuevo mejor amigo. Desde entonces, la vida de Max ha dado un giro radical.
Ahora vive en una finca junto a otros cuatro perros, Sammy, Luna, Tyson y Speedy, también rescatados, así como dos gatos, Imphi y Carla, y otros animales como pavos reales y gallinas. Comparte su día a día entre naturaleza, libertad y compañía.
Marc conoció la historia de Max a través de una publicación en un medio local. “Me pregunté por qué un perro tan magnífico llevaba tanto tiempo sin encontrar hogar”, contó al diario español Última Hora. Entonces contactó con Leonardo, un voluntario de la perrera, y comenzó el proceso de adopción, que duró cerca de dos meses.
Durante ese tiempo, Marc visitó a Max con frecuencia para familiarizarse con él. “Desde el primer momento vi que lo que tenía era pura ansiedad, pero es un pedazo de pan”, relata.
Hoy Max vive rodeado del amor que tanto merece, e incluso aprendió a responder órdenes básicas como “siéntate” y “ven”. También acompaña a Marc en sus recorridos por la finca, donde convive sin problemas con caballos, ovejas y otros animales. Max es ahora un perro increíblemente feliz, que por fin puede disfrutar de una segunda oportunidad.
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