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La vida de Taka dio un giro dramático en octubre de 2018, cuando un devastador incendio redujo a escombros su hogar en Georgia, Estados Unidos. A sus 8 años, el shiba inu sufrió quemaduras graves en varias partes de su cuerpo y fue trasladado de urgencia a una clínica veterinaria en Augusta.
Con su cuerpo aún humeante y un dolor insoportable, el pequeño perro llegó a manos de Lesley, una veterinaria que, en una entrevista con FOX TV Stations, describió el caso como el más grave que había visto a lo largo de su carrera.
A pesar de las heridas severas, la situación de Taka empeoró en los días posteriores. El equipo médico se dio cuenta de la magnitud de las lesiones y, tras consultar con un especialista de la Universidad de Georgia, decidieron traerlo de regreso a la clínica después de que los médicos del centro sugirieran la opción de la eutanasia. Aunque las probabilidades de recuperación eran escasas, Lesley se negó a rendirse. “Cuando lo mirabas a los ojos, podías ver que tenía una voluntad de vivir”, recordó la veterinaria.
Tras el abandono de sus antiguos dueños, quienes no pudieron continuar con su cuidado debido a la gravedad de las quemaduras, Taka pasó unos días en el hogar de Lesley. No obstante, su condición empeoró, por lo que fue trasladado a Columbia, Carolina del Sur, donde recibió atención especializada. Lesley hizo viajes de 120 kilómetros cada fin de semana para estar con él hasta que su estado mejoró lo suficiente como para regresar a la clínica.
A pesar de los avances, dos de sus heridas no sanaban correctamente, por lo que el equipo de Lesley contactó con el JMS Burn Center, que se ofreció a realizar injertos de piel en el animal, un procedimiento que nunca antes se había hecho en un perro. Tras varias intervenciones, Taka superó las complicaciones y comenzó a mostrarse más activo y saludable.
Fue entonces cuando comenzó su nueva vida como perro de terapia. Con la ayuda de su nueva dueña, Taka se entrenó para interactuar con personas y participar en programas de apoyo emocional. Su capacidad de recuperación y su naturaleza amable le permitieron obtener la certificación como perro de terapia. El Burn and Reconstructive Centers of America Foundation decidió, además, que su historia de superación fuera el tema de un libro para colorear.
A lo largo de este proceso, Lesley compartió la inspiradora historia de Taka en sus redes sociales, donde rápidamente ganó una gran cantidad de seguidores. Hoy en día, completamente recuperado, Taka no solo es un perro de terapia certificado, sino también un símbolo de esperanza y resiliencia, cuya historia sigue tocando corazones y demostrando el poder de la determinación y el amor incondicional.
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