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¿Quién ganó las elecciones en Estados Unidos? La verdad es que no está claro. Y no solo porque se mantiene la tradición según la cual cada opción política interpreta los resultados a su favor, sino porque en esta ocasión los resultados son en verdad confusos. Lo cierto es que los republicanos, según los resultados conocidos hasta el viernes, obtienen una victoria de una magnitud menor a la que anunciaban las encuestas y sus expectativas.
Lo cual suscita varios interrogantes. Sobre todo porque el panorama general les era favorable. Después de la pandemia y de las críticas al gobierno por no haber actuado a tiempo, y ad portas, al parecer, de una recesión que se anuncia para el año entrante, el partido republicano había sido considerado gran favorito para ganar. Le ayudaban la inconformidad de la gente con su situación personal, la inflación alta que afecta al ciudadano común (7,7 por ciento), la imagen debilitada del presidente Biden (45 por ciento, según NBC, bajo en comparación a la tradición de ese país a estas alturas de un periodo presidencial). Pero la verdad es que los republicanos no capitalizaron el desgaste de Biden ni el momento que, en los ciclos electorales normales en Estados Unidos, tienden a favorecer al partido que no controla la Casa Blanca en las elecciones de midterm (mitad del cuatrienio). Al presidente actual, en síntesis, le ha ido peor que a su partido.
Lo cierto es que, según las líneas mayoritarias en la prensa estadounidense, el partido republicano ganó pero no alcanzó los resultados que se le anticipaban. De hecho, con todo y la percepción baja sobre el actual presidente, el gobierno Biden alcanzó los mejores resultados, en las elecciones de mitad del periodo, en muchos años. Y en medio de una dura crisis económica de las que suelen castigar al gobierno de turno, vendrán los análisis durante varias semanas sobre las razones por las que la oposición no alcanzó los resultados que se anticipaban en medio de un panorama tan adverso al gobierno y al partido demócrata. Todo indica, pues, que a Biden le va más mal que a su partido. O, en otras palabras, el presidente Biden no puede estar muy feliz, pero tampoco tiene que estar muy triste.
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En el otro campo, el expresidente Donald Trump ha sido un gran protagonista, pero según los medios de ese país, no salió tan bien librado. De hecho, le salió un competidor en el partido republicano, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que se menciona como aspirante a la Casa Blanca y podría afectar entonces las aspiraciones de Trump porque puede aspirar al importante apoyo de los estados del sur (y, por supuesto de Florida, que suele ser un estado clave en las elecciones presidenciales). DeSantis podrá, en otras palabras, disputarle a Trump la carta latina.
Al finalizar la semana, el sentimiento generalizado era de sorpresa ante unos resultados que no fueron claros, que no marcaron un rechazo contundente al debilitado gobierno actual, que no produjeron la victoria tan holgada que anhelaban los republicanos y que, sobre todo, no catapultaron a Trump y a sus aliados. Habrá que esperar a las elecciones que se repetirán en estados que no tuvieron el número de votos exigidos por sus leyes, y las reacciones de los principales actores del proceso.
Resultados, en fin, que no están en blanco y negro pero cuyos efectos se sentirán en el plazo medio y en parte dependerán de las próximas decisiones y acciones de los principales actores electorales. Se anticipa un anuncio temprano de la nueva candidatura de Trump, mientras que el presidente Biden se ha visto calmado, aunque ha generado expectativas sobre un anuncio de sus intenciones en esta temporada navideña.
¿Y Colombia? El arranque de la presidencia de Gustavo Petro fue bien recibido por el gobierno de Joe Biden. Habrá que ver, entonces, qué tanto las nuevas realidades políticas poselectorales afectan la política exterior hacia el continente y hacia Colombia. ¿Había intereses sobre el voto latino que llevaron a la actual Casa Blanca a plantear una actitud constructiva hacia la Colombia de Petro? ¿Y al Brasil de Lula? En general, ¿hacia una corriente importante que forma parte de una especie de izquierda nueva? Pues lo cierto es que más allá de la coyuntura electoral y de los giros de varios países hacia alternativas progresistas, se abre un momento de cambio en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina.
* Excanciller de Colombia y periodista.
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