
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Una vez leído el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) del 13 de julio de 2023, las grandes preguntas para el país son: ¿qué sigue? ¿Qué viene? ¿Cómo abordar el tema desde lo diplomático, jurídico e institucional? El tema no es menor ni de fácil comprensión, y menos aún para quienes no conocen la historia y, al ver el mapa, se cuestionan sobre la cercanía de las islas a Nicaragua en vez de Colombia.
📝 Sugerimos: Nicaragua vs. Colombia: La Haya toma histórica decisión en el último pleito
Es importante recordar que desde 1803 y por Orden Real, tanto la costa Mosquitia (costa oriental de Nicaragua sobre el mar Caribe) como todos los territorios del mar (islas, islotes, cayos y bancos), pertenecían al Nuevo Reino de Granada. Posteriormente, con el Tratado Bilateral Bárcenas-Esquerra de 1928, se acordó que los territorios al oriente del meridiano 82 pertenecerían a Colombia y al occidente de este todo correspondería a Nicaragua.
Ahora, la principal pregunta para el país, con la lectura del fallo por parte de la presidenta de la CIJ, la jueza Joan Donoghue, es ¿qué sigue? Lo que viene tiene varias aristas, desde lo jurídico o legal conforme al derecho internacional marítimo, desde lo institucional, lo diplomático, lo ambiental, lo fronterizo y finalmente desde lo militar.
Comencemos por recordar que los fallos de la CIJ son inapelables, no tienen segunda instancia y solo puede solicitarse ante ellos revisión o interpretación. Hasta el momento y una vez concluida la lectura del fallo, el agente nicaragüense Carlos José Argüello Gómez dijo que acatarían la decisión de la Corte como lo han hecho en los últimos 40 años. De parte del agente colombiano Eduardo Valencia-Ospina, él pronunció un breve discurso y manifestó el cierre del litigio con el país centroamericano.
📌Le puede interesar: Con el fallo de La Haya, Colombia ganó más de lo que esperaba; le explicamos por qué
Desde lo institucional viene un nuevo capítulo para el departamento archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, con todos sus islotes, cayos y barrancos que le pertenecen. El siguiente paso debe ser la formulación de una política pública integral que permita el desarrollo y la conformación del territorio insular como parte del territorio nacional, con inversión social y proyectos productivos que verdaderamente promuevan su crecimiento y desarrollo.
Diplomáticamente, la situación puede llegar a ser delicada. Lo primero será revisar, por parte del canciller Álvaro Leyva y del mismo presidente Gustavo Petro, las actuaciones del embajador de Colombia en Nicaragua, León Fredy Muñoz, con el fin de corregir o rectificar la representación diplomática en un momento tan importante para Colombia.
En el ámbito ambiental, lo más importante será la defensa de la Reserva Seaflower, además de la revisión y fortalecimiento frente a la pesca nicaragüense en aguas colombianas. Este deberá ser un tema de primer orden frente a futuras negociaciones con el gobierno nicaragüense.
Finalmente, desde lo fronterizo y lo militar, lo que viene para Colombia debe ser una negociación bilateral directa con el gobierno de Nicaragua, que aborde temas fundamentales como la integración, el desarrollo y la seguridad del mar Caribe. Asimismo, en contra del tráfico de estupefacientes y la explotación ilegal de recursos naturales, siempre buscando procurar un buen entendimiento entre los países por el bien de los pobladores y en general del mar Caribe.
* Profesor de la Universidad Externado
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.