
Elon Musk celebra durante la ceremonia de investidura presidencial en Washington D.C.
Foto: EFE - ALLISON DINNER
En las dos primeras semanas de Elon Musk en el gobierno de Estados Unidos, sus subalternos obtuvieron acceso a sistemas financieros y de datos altamente protegidos, dejando de lado a funcionarios de carrera que les advirtieron de que contravenían los protocolos. Se apresuraron a cerrar programas concretos, e incluso toda una agencia que había estado en la vista de Musk. Bombardearon a empleados federales con mensajes que insinuaban que eran haraganes y los animaban a abandonar sus puestos de trabajo.
Con la autorización del presidente Donald...
Por Jonathan Swan, Theodore Schleifer, Maggie Haberman, Kate Conger, Ryan Mac y Madeleine Ngo | The New York Times
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