Betsy DeVos y el fin de la educación pública en EE.UU.

El nombramiento de la señora Betsy DeVos como secretaria de Educación de Estados Unidos marca el comienzo del fin de la educación pública en Estados Unidos. Esta mujer, de 59 años y cero experiencia en este campo, le ha declarado la guerra a este sistema educativo. ¿Por qué? Sus explicaciones han sido más bien escasas. En una audiencia en el Congreso, el 17 de enero, DeVos no logró dar las razones de su enemistad con la educación pública, pero sí dio una en medio de una ronda de cuestionamientos sobre el uso de armas de fuego en las escuelas: “En algunos centros del estado de Wyoming podrían necesitar armas para defenderse de los osos”.

Así es la mujer que a partir de hoy definirá qué hacer con las escuelas públicas de Estados Unidos. La “experta” que, según Donald Trump, “es una reformadora, que pondrá en jaque la burocracia de Washington. Va a ser una gran secretaria de Educación para nuestros hijos”. Opinión que no comparten los demócratas. El líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, fue contundente al afirmar, “es la menos calificada de un gobierno históricamente poco calificado”.

DeVos, de 59 años, es una exitosa empresaria y filántropa que se ha pasado los últimos diez años defendiendo un sistema alternativo para desarrollar escuelas privadas usando fondos públicos, aunque no estudió en una escuela pública y tampoco trabajó en el sector.  Fue presidenta del Partido Republicano en Michigan. Su esposo, Dick, es heredero de la fortura de Amway, la plataforma de ventas a nivel mundial. Intentó ser gobernador de este estado y al no lograrlo decidió convertirse en el principal donante y en uno de los promotores de un sistema alternativo de educación. Su hermano es uno de los fundadores de Blackwater, la firma de seguridad que se cambió de nombre (se llama Academi) luego de la confusa muerte de 17 civiles en Irak en 2007.

Es larga la lista de senadores demócratas que recibieron millonarias cifras de DeVos para sus campañas y que hoy dicen que es la mejor personas para reformar un sistema sin calidad. Es amiga cercana del expresidente George W. Bush y su esposa Laura, y en las primarias republicanas apoyó a Jeb Bush, luego de decir que Trump era un “outsider”.

El riesgo de la educación

DeVos dice que piensa mejorar la enseñanza escolar con “mayor control local y más atención a padres, estudiantes y maestros”. Pone de ejemplo su rol en la educación en Michigan, en donde un 80% de las escuelas son chárter, es decir, administradas por compañías privadas. Algo que muchos critican, pues explican, son “excesivas las ganancias que obtienen”. La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) ha dicho que el trabajo de la nueva secretaria de Educación en Michigan consistió en promocionar la escuelas privadas, dañando a las tradicionales, sin tener en cuenta que la calidad de las públicas supera de lejos a las que ella promueve.

Devos fundó en 2010 la American Federation for Children (Federación Estadounidense para Niños) en su empeño por dar a conocer su movimiento en todo el país. Durante su comparecencia ante el Senado en enero, se negó a comprometerse a no recortar el presupuesto de educación pública.

DeVos también apoya la educación en casa, una alternativa que muchos conservadores cristianos prefieren a la educación laica. "Creo firmemente que los padres deben tener la posibilidad de escoger el mejor entorno educativo de sus hijos", aseguró entonces.

La educación en Estados Unidos depende de los estados y las ciudades, tanto para definir los programas escolares como para contratar a profesores, pero es el titular de esta cartera quien gestiona el presupuesto anual de 68.000 millones de dólares.

Los críticos de Devos dicen que en las escuelas que quiere imponer DeVos en todo el país, se impone una educación evangélica. De hecho, The New York Times recordó unas palabras de la Secretaria con donantes cristianos en 2001 en las que les decía que “la reforma educativa es una manera de avanzar el reino de Dios”.  Su otra propuesta es privatizar la educación mediante cupones, con los que el gobierno les pagaría a las familias que inscriban a sus hijos en escuelas de gestión privadas.

¿Crisis en la educación?

Tan pronto llegó a la presidencia en 2009, Obama presentó su gran reforma educativa: en este proyecto aseguró que iba a colocar a EE.UU. en la vanguardia de la enseñanza internacional. “La causa de la prosperidad americana nunca ha sido sólo sobre cómo amasamos nuestra riqueza, sino con qué eficacia educamos a nuestros ciudadanos”, señaló. “El relativo declive de la educación es insostenible para nuestra economía, inadmisible para nuestra democracia e inaceptable para nuestros niños. No podemos dejar que siga así. Lo que está en juego es el sueño americano”, dijo en un discurso.

Entonces demócratas y republicanos coincidían en que el sistema educativo del país necesitaba una reforma urgente: el 25% de los estudiantes no acababa la segundaria, según America’s Promise Alliance, que encontró que la deserción se duplica entre afroamericanos y latinos. En las pruebas PISA, EE.UU. sale mal librada: sus alumnos de 15 años están 12 puntos por debajo del nivel de los países participantes.

Por eso Obama propuso cosas polémicas como hacer que los gobiernos estatales sean más exigentes al diseñar sus temarios y pruebas a los alumnos de secundaria, ofrecía más fondos a las escuelas públicas, concedía más financiación para renovar las instituciones ya existentes y propuso racionalizar la jornada escolar. Pero su revolución también fracasó.

Una de las conclusiones de un informe para el Departamento de Educación en el año 2014 daba cuenta de “desigualdades profundas que hacía que las condiciones educativas fuera desfavorable para muchos de sus niños”.

El nombramiento de la señora Betsy DeVos como secretaria de Educación de Estados Unidos marca el comienzo del fin de la educación pública en Estados Unidos. Esta mujer, de 59 años y cero experiencia en este campo, le ha declarado la guerra a este sistema educativo. ¿Por qué? Sus explicaciones han sido más bien escasas. En una audiencia en el Congreso, el 17 de enero, DeVos no logró dar las razones de su enemistad con la educación pública, pero sí dio una en medio de una ronda de cuestionamientos sobre el uso de armas de fuego en las escuelas: “En algunos centros del estado de Wyoming podrían necesitar armas para defenderse de los osos”.

Así es la mujer que a partir de hoy definirá qué hacer con las escuelas públicas de Estados Unidos. La “experta” que, según Donald Trump, “es una reformadora, que pondrá en jaque la burocracia de Washington. Va a ser una gran secretaria de Educación para nuestros hijos”. Opinión que no comparten los demócratas. El líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, fue contundente al afirmar, “es la menos calificada de un gobierno históricamente poco calificado”.

DeVos, de 59 años, es una exitosa empresaria y filántropa que se ha pasado los últimos diez años defendiendo un sistema alternativo para desarrollar escuelas privadas usando fondos públicos, aunque no estudió en una escuela pública y tampoco trabajó en el sector.  Fue presidenta del Partido Republicano en Michigan. Su esposo, Dick, es heredero de la fortura de Amway, la plataforma de ventas a nivel mundial. Intentó ser gobernador de este estado y al no lograrlo decidió convertirse en el principal donante y en uno de los promotores de un sistema alternativo de educación. Su hermano es uno de los fundadores de Blackwater, la firma de seguridad que se cambió de nombre (se llama Academi) luego de la confusa muerte de 17 civiles en Irak en 2007.

Es larga la lista de senadores demócratas que recibieron millonarias cifras de DeVos para sus campañas y que hoy dicen que es la mejor personas para reformar un sistema sin calidad. Es amiga cercana del expresidente George W. Bush y su esposa Laura, y en las primarias republicanas apoyó a Jeb Bush, luego de decir que Trump era un “outsider”.

El riesgo de la educación

DeVos dice que piensa mejorar la enseñanza escolar con “mayor control local y más atención a padres, estudiantes y maestros”. Pone de ejemplo su rol en la educación en Michigan, en donde un 80% de las escuelas son chárter, es decir, administradas por compañías privadas. Algo que muchos critican, pues explican, son “excesivas las ganancias que obtienen”. La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) ha dicho que el trabajo de la nueva secretaria de Educación en Michigan consistió en promocionar la escuelas privadas, dañando a las tradicionales, sin tener en cuenta que la calidad de las públicas supera de lejos a las que ella promueve.

Devos fundó en 2010 la American Federation for Children (Federación Estadounidense para Niños) en su empeño por dar a conocer su movimiento en todo el país. Durante su comparecencia ante el Senado en enero, se negó a comprometerse a no recortar el presupuesto de educación pública.

DeVos también apoya la educación en casa, una alternativa que muchos conservadores cristianos prefieren a la educación laica. "Creo firmemente que los padres deben tener la posibilidad de escoger el mejor entorno educativo de sus hijos", aseguró entonces.

La educación en Estados Unidos depende de los estados y las ciudades, tanto para definir los programas escolares como para contratar a profesores, pero es el titular de esta cartera quien gestiona el presupuesto anual de 68.000 millones de dólares.

Los críticos de Devos dicen que en las escuelas que quiere imponer DeVos en todo el país, se impone una educación evangélica. De hecho, The New York Times recordó unas palabras de la Secretaria con donantes cristianos en 2001 en las que les decía que “la reforma educativa es una manera de avanzar el reino de Dios”.  Su otra propuesta es privatizar la educación mediante cupones, con los que el gobierno les pagaría a las familias que inscriban a sus hijos en escuelas de gestión privadas.

¿Crisis en la educación?

Tan pronto llegó a la presidencia en 2009, Obama presentó su gran reforma educativa: en este proyecto aseguró que iba a colocar a EE.UU. en la vanguardia de la enseñanza internacional. “La causa de la prosperidad americana nunca ha sido sólo sobre cómo amasamos nuestra riqueza, sino con qué eficacia educamos a nuestros ciudadanos”, señaló. “El relativo declive de la educación es insostenible para nuestra economía, inadmisible para nuestra democracia e inaceptable para nuestros niños. No podemos dejar que siga así. Lo que está en juego es el sueño americano”, dijo en un discurso.

Entonces demócratas y republicanos coincidían en que el sistema educativo del país necesitaba una reforma urgente: el 25% de los estudiantes no acababa la segundaria, según America’s Promise Alliance, que encontró que la deserción se duplica entre afroamericanos y latinos. En las pruebas PISA, EE.UU. sale mal librada: sus alumnos de 15 años están 12 puntos por debajo del nivel de los países participantes.

Por eso Obama propuso cosas polémicas como hacer que los gobiernos estatales sean más exigentes al diseñar sus temarios y pruebas a los alumnos de secundaria, ofrecía más fondos a las escuelas públicas, concedía más financiación para renovar las instituciones ya existentes y propuso racionalizar la jornada escolar. Pero su revolución también fracasó.

Una de las conclusiones de un informe para el Departamento de Educación en el año 2014 daba cuenta de “desigualdades profundas que hacía que las condiciones educativas fuera desfavorable para muchos de sus niños”.