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La expansión de cultivos de coca sigue y parte de esos arbustos, que son considerados sagrados por los indígenas, se desvía para engrosar la industria del narcotráfico.
El informe de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) destacó que el logro en decomisos implicó 7.500 operativos en todo el país. Del total incautado, 15 toneladas son de 2pasta base' y casi cinco de clorhidrato de cocaína, la droga ya refinada y lista para su distribución.
De igual manera decomisó hasta agosto 128 toneladas de marihuana y detuvo a 2.649 personas por tráfico de drogas y hasta los primeros días de septiembre, la fuerza antidroga destruyó 3.407 factorías de cocaína y más de cinco mil pozas de maceración de coca.
Por su parte, el gobierno de Estados Unidos considera que el aumento de las confiscaciones solo es proporcional al crecimiento de la producción de coca y consideran que la mayoría de los cultivos de ese arbusto en la región conocida como Chapare, al centro del país, es desviada para la cocaína en vez de los usos rituales, medicinales y alimenticios que la población local le da a la planta.
Yungas es el otro espacio cocalero del país, donde los cultivos se expandieron en los últimos años superando a los del Chapare.
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes informó que en Bolivia, con 27.500 hectáreas de cultivos de coca, continúa como tercer productor mundial de coca después de Colombia y Perú. Solo 12.000 hectáreas de coca son legales en Bolivia. En Colombia los cultivos de coca ocupan 78.000 hectáreas y 51.400 en Perú.
La política del presidente Evo Morales de sustituir la coca excedente en acuerdo con los sindicatos cocaleros no logró frenar la expansión de cocales en Yungas, donde no tienen influencia los sindicatos del Chapare de los cuales el mandatario aún es líder.