Fernando Martí tenía 14 años cuando lo asesinaron. La afirmación común de “tenía un futuro prominente” tiene más validez que nunca. Fernando era hijo de Alejandro Martí, un millonario mexicano dueño de la cadena de tiendas deportivas Martí y Sport City. Cuando encontraron a Fernando en el baúl de un automóvil, luego de 57 días de secuestro, los especialistas dictaminaron que el asesinato había sido por asfixia.
El caso puso la alarma en las más altas esferas de la sociedad mexicana. Según fuentes del periódico La Reforma, de México, la familia Martí había pagado por el rescate de su hijo unos seis millones de dólares. Desde ahí dejaron de tener contacto con los secuestradores y no supieron sobre la suerte de su hijo hasta hace seis días cuando encontraron su cadáver.
Movido por la crueldad del caso, el Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, anunció que enviará una iniciativa al Congreso para instaurar la pena de cadena perpetua.
En caso de ser aprobada la iniciativa de Calderón, la condena la recibirían secuestradores que hayan sido, o, hagan parte de cualquier cuerpo policial del país, quienes plagien a personas discapacitadas y a menores de edad. La medida también llevaría de por vida a la cárcel a aquellos delincuentes que mutilen o asesinen a sus víctimas, y quienes quieran sacar menores de edad de México con fines lucrativos.
Las medidas se dan en medio de la preocupante situación de seguridad en el país azteca, donde las bandas criminales operan con total impunidad. En muchos casos, los grupos de secuestradores actúan con la complicidad o pertenencia de miembros de las fuerzas de seguridad mexicanas.
En referencia al caso Martí, el presidente Calderón dijo que “el agravio de la sociedad exige medidas drásticas, requiere, por una parte, que se termine con la impunidad en la investigación de los delitos y, por otra, que los castigos sean verdaderamente inhibidores”. Además reiteró a los gobiernos locales la urgencia de depurar los cuerpos policiales.
Actualmente las leyes mexicanas indican que la pena máxima para el delito de secuestro es de 70 años de prisión, consignada en el artículo 336 del Código Penal Federal.
La iniciativa de condenar a cadena perpetua a quienes incurran en cierto tipo de delitos ha sido apoyada masivamente por la sociedad mexicana. Los mexicanos buscan conseguir condenas ejemplarizantes y el fin de la impunidad. Aunque muchos muestran su negativa a la pena de muerte, sí aprueban totalmente la cárcel de por vida. Sin embargo, expertos en temas de seguridad indican que no hay evidencias de que la medida inhiba el delito.