El nombre de Rafael Caro Quintero ha vuelto a ocupar titulares tras su reciente extradición a Estados Unidos. Conocido como el “narco de narcos”, este veterano capo fue uno de los fundadores del Cártel de Guadalajara y es responsable del brutal asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985.
Su entrega a las autoridades estadounidenses responde a la creciente presión del gobierno de Donald Trump para frenar el flujo de fentanilo hacia su país y a la amenaza de aranceles del 25 % a las importaciones mexicanas, lo que ha llevado a México a intensificar su cooperación en materia de seguridad.
La extradición de Caro Quintero ocurre en un momento en que la administración estadounidense ha intensificado su política contra el narcotráfico, declarando como organizaciones terroristas a varios carteles mexicanos y aumentando las sanciones económicas a México si no toma medidas contundentes.
El jueves, el gobierno mexicano anunció la extradición de 29 narcotraficantes a Estados Unidos, entre ellos Rafael Caro Quintero. Esta acción, considerada una de las mayores extradiciones de criminales en la historia reciente, se da en un contexto de tensiones diplomáticas y económicas, y forma parte de los esfuerzos de México por evitar sanciones comerciales que podrían afectar gravemente su economía.
Los inicios de Caro Quintero
Rafael Caro Quintero nació el 24 de octubre de 1952 en La Noria, Badiraguato, Sinaloa, la misma región que vio nacer a Joaquín “Chapo” Guzmán. Creció en una familia numerosa y de escasos recursos, lo que lo llevó a trabajar desde muy joven en el campo.
Tras la muerte de su padre cuando tenía 14 años, se vio obligado a sembrar marihuana para ayudar a su familia a sobrevivir. En su adolescencia, se trasladó a Caborca, Sonora, donde amplió sus operaciones y estableció contactos con otros narcotraficantes.
En la década de 1970, junto con Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, Caro Quintero fundó el Cártel de Guadalajara. Esta organización se convirtió en una de las primeras en México en establecer redes de tráfico de drogas a gran escala, enviando marihuana y cocaína a Estados Unidos.
Su finca “El Búfalo” en Chihuahua, de aproximadamente 600 hectáreas, empleaba a miles de campesinos y era considerada el centro de producción de marihuana más grande del mundo en su momento. Su capacidad para mejorar la producción de marihuana mediante el uso de técnicas avanzadas de cultivo lo convirtió en uno de los narcotraficantes más influyentes de su época.
Un viejo anhelo de la DEA
La consolidación del Cártel de Guadalajara no pasó desapercibida para las autoridades estadounidenses. La DEA comenzó a investigar sus operaciones, logrando infiltrar agentes encubiertos en la organización. Uno de ellos fue Enrique “Kiki” Camarena, quien desempeñó un papel clave en la localización y destrucción de plantaciones de marihuana operadas por Caro Quintero.
El 7 de febrero de 1985, en respuesta a estas operaciones, Caro Quintero ordenó el secuestro, tortura y asesinato de Camarena en Guadalajara. Este crimen desató la indignación del gobierno estadounidense y una intensa cacería internacional que culminó con su captura en Costa Rica el 4 de abril de 1985. Fue extraditado a México, donde fue condenado a 44 años de prisión.
Libertad, recaptura y extradición
Después de cumplir 28 años en prisión, Caro Quintero fue liberado en agosto de 2013 por un tecnicismo legal, sin necesidad de una fuga. Esta liberación causó un escándalo diplomático, y las autoridades mexicanas emitieron una nueva orden de captura. Durante casi una década, permaneció prófugo hasta su recaptura en julio de 2022 en el estado de Sinaloa.
Finalmente, el 27 de febrero de 2025, México aprobó su extradición a Estados Unidos junto con otros 28 narcotraficantes.
Ahora, enfrenta un proceso judicial en Nueva York, en donde el viernes, se declaró “no culpable” de los cargos en su contra. Su destino en el sistema judicial estadounidense aún está por definirse.
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