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Pocos podían predecir lo que le está ocurriendo al líder opositor venezolano Juan Guaidó. Casi un año después de su meteórico ascenso, su caída parece estrepitosa. La popularidad del presidente de la Asamblea Nacional está de capa caida, algunos sectores de la oposición venezolana cuestionan su liderazgo y hasta Estados Unidos se habría planteado buscar una solución a la crisis venezolana sin su ayuda.
El desinfle de la figura de Guaidó, quien ha sido reconocido por más de 50 países como presidente encargado de Venezuela, ha quedado evidenciado en la poca convocatoria que han tenido sus marchas en el último mes. Luego, una reciente encuesta realizada por la firma venezolana Meganálisis reveló que la popularidad del líder opositor está casi a la par de la de Nicolás Maduro (10%). Un sondeo que llega poco después de que se conocieran las denuncias por corrupción dentro del organismo que preside.
Pero aunque otras encuestas, como la realizada por la firma Delphos, le dan un 40% de aprobación, lo cierto es que Guaidó está muy lejos de los índices de popularidad que cosechó a comienzos de este año, cuando rozaba el 90%. Algo que para algunos expertos no causa mayor sorpresa, pues el desgaste de la imagen del líder opositor era evidente en los últimos meses.
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Más grave aún es que el Parlamento, único bastión de la oposición, y sobre el que defienden la legitimidad de Guaidó como "presidente interino" tampoco cuenta con el apoyo de la gente. La encuesta de Meganálisis encontró que solo el 11 por ciento de los encuestados manifestaron que todavía "confían y apoyan" a la Asamblea Nacional controlada por la oposición.
A un mes de que la Asamblea Nacional tenga que ratificarlo en el cargo, el liderazgo de Guaidó está en riesgo. Al opositor le caen dardos de todos los frentes, incluso desde dentro de la oposición venezolana. Hay quienes como Maria Corina Machado le han criticado ser un moderado y haberle dado oxígeno a Maduro yendo a negociar. Otros como el recientemente destituido exembajador Humberto Calderón Berti le acusan de ser "un títere" de Leopoldo López.
Además, un nuevo presunto caso de corrupción sacudió a la oposición venezolana luego de que el portal Armando.info publicara una investigación que señala que varios diputados de la oposición estaban realizando gestiones para dar indulgencias a empresarios vinculados con el chavismo.
Pero no solo eso, de acuerdo con altas fuentes consultadas por El Espectador, el gobierno de Maduro estaría buscando persuadir a varios de los diputados opositores a que no apoyen a Guaidó el 5 de enero de 2020. Si el chavismo consigue que Guaidó no salga elegido, gran parte de la estrategia opositora para removerlo del poder termina en el piso.
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Pero si el chavismo no quiere que Guaidó continúe, dentro de las filas de la oposición hay también serias dudas sobre su liderazgo. Un importante sector, denominado como "el ala radical", en el que militan figuras como la de Maria Corina Machado, han cuestionado varias de las decisiones del presidente de la Asamblea Nacional, entre ellas la de iniciar un diálogo con el oficialismo primero en Noruega y luego en Barbados.
Otro de quienes ha disparado en contra de Guaidó ha sido Humberto Calderón Berti, exrepresentante de "su gobierno interino" en Colombia. El funcionario, respetado por un amplio sector de la oposición, fue destituído sin mayor aviso y a su salida prendió el ventilador. Dijo, entre otras cosas, que a Guaidó no le había interesado la investigación sobre el despilfarro de dinero destinado a la ayuda humanitaria y que buscó encubrir lo ocurrido. Tambiñen afirmó que el jefe del Parlamento obedecía las órdenes de Leopoldo López y le recomendaba que no se "dejara tutelar".
La tercera vía
Sin embargo, a las pocas horas de que se supiera de su destitución, Calderón Berti fue objeto de un fuerte rumor que lo vinculaba a él, al presidente del Tribunal Supemo de Justicia (TSJ) Maikel Moreno, y al comandante de las Fuerzas Armadas y ministro de Defensa Vladimir Padrino en un supuesto plan para buscar una alternativa para Venezuela "sin Maduro y sin Guaidó". Calderón Berti negó estar involucrado en este hecho.Pero este domingo, el diario español ABC reveló la que podría ser la prueba de que sí hubo un plan para salir de Guaidó. Según el rotativo, el brazo fuerte del chavismo y algunos miembros de la oposición exploraron durante los últimos meses una nueva vía para desalojar a Nicolás Maduro del poder. A cambio, Juan Guaidó, también sería sacrificado.
Según fuentes consultadas por ABC, los contactos se mantuvieron entre los meses de abril y octubre pasados, y tuvieron lugar en al menos cuatro países. Por el ala chavista participaron miembros importantes como Diosdado Cabello, Vladimir Padrino y Maikel Moreno, quienes, a través de intermediarios, contactaron a Calderón Berti en en los que planificaron una Junta Constitucional de Transición.
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"Todos ellos por medio de emisarios extranjeros, estarían planificando una salida ordenada de Maduro de Venezuela y el establecimiento de una Junta de Transición durante un período de 18 meses a partir de su juramentación ante la Asamblea Nacional", revela el diario.
Esta no sería la primera vez que se habla de un gobierno de transición con el chavismo. Durante la fallida insurrección militar de abril también habría surgido una propuesta donde el actual presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno, y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, formarían parte del poder junto con el presidente interino, Juan Guaidó. Esta opción fracasó luego de que los mismos funcionarios de Maduro incumplieran el pacto.
Calderón Berti, en declaraciones entregadas a ABC, insistió en que él no hizo parte de ningún pacto y que tampoco conocía o había tratado a los miembros del chavismo con los que se le vincula.
"No conozco a las tres personas que me acaba de mencionar (en referencia a Cabello, Padrino y Moreno, aunque es propietario desde hace mucho tiempo de una finca que linda con una propiedad del hermano de Padrino). No sería aventurado que me meta en algo con gente con la que nunca he hablado", dice Calderón en el reporte del diario español.
La indescifrable posición de Estados Unidos
Un reportaje de la agencia de noticias Bloomberg, titulado Trump sopesa mover más músculo en Venezuela por sus dudas sobre Guaidó, reveló que la Casa Blanca estaría perdiendo la confianza en Guaidó y ante esa situación estaría analizando «estrategias nuevas y más agresivas» a pesar de que por ahora se seguiría descartando la opción militar."Los funcionarios de la Casa Blanca han discutido nuevos enfoques, incluido un intento de asociarse con Rusia, un aliado de Maduro, para aliviar al líder venezolano o aumentar la presión sobre Cuba, el principal patrocinador de Maduro", señala el reportaje.
Bloomberg también reportó que Mike Pence, vicepresidente de Estados Unidos, dirigió una reunión el pasado jueves para reevaluar la ayuda de la Casa Blanca sobre la transición democrática de Venezuela.
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"No se está considerando ninguna opción militar, pero los funcionarios de la Casa Blanca han discutido nuevos enfoques, incluido un intento de asociarse con Rusia, un aliado de Maduro, para retirar al líder venezolano o aumentar la presión sobre Cuba, el principal patrocinador de Maduro" dice el reporte.
Los funcionarios, según Bloomberg, discutieron brevemente, aunque descartaron la idea, de tomar medidas enérgicas contra las importaciones de petróleo venezolano de la India, una importante línea de vida financiera para el régimen de Maduro.
Antes estos reportajes de prensa, tanto Elliot Abrams, enviado especial de EE.UU. sobre Venezuela, como Mike Pompeo, secretario de Estado de ese país, han salido a defender a Guaidó, a quien siguen considerando como el hombre indicado para liderar la transición en Venezuela.
"Juan Guaidó personifica la lucha del pueblo venezolano y la esperanza de restaurar la democracia, y estamos totalmente detrás de él como el líder de esa lucha. Hacemos un llamado a todas las naciones para que lo apoyen a él y a la Asamblea Nacional mientras trabajan para restaurar pacíficamente la democracia para el pueblo venezolano", trinó Pompeo a través de su cuenta de Twitter.
Pero las revelaciones de Bloomberg solo demuestran las dudas de Trump hacia la situación en Venezuela. A comienzo de año Estados Unidos lideró una campaña agresiva para expulsar a Maduro bajo la dirección de su entonces asesor de seguridad nacional, John Bolton. Pero con el tiempo el presidente estadounidense se fue frustrando porque el plan no avanzaba. Con Bolton destituído la estrategia parece ser otra, según el mismo Departamento de Estado, más enfocada hacia el diálogo.