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En su polémico discurso ante el Congreso estadounidense, que además se convirtió en la intervención presidencial más larga en la historia moderna, Donald Trump hizo referencia a varios asuntos de su gobierno e hizo énfasis especialmente en estos puntos clave: migración, Ucrania, su propuesta de “gold card”, Groenlandia y oposición a la administración de Joe Biden, en medio de distintas críticas a los demócratas, quienes mostraron varios símbolos de protesta. Uno de ellos, de hecho, fue expulsado del Capitolio.
¿Qué dijo sobre la migración en el Congreso?
El republicano aseguró que durante su segundo mandato, que lleva poco más de un mes, “ha lanzado la ofensiva fronteriza más radical en la historia de Estados Unidos. Rápidamente, alcanzamos el menor número de cruces ilegales jamás registrado”, aunque todavía es muy pronto para decirlo y no se conocen los datos de febrero. Incluso mencionó: “Escucharon mis palabras y decidieron no venir”.
Ante los legisladores también pidió fondos para “la mayor operación de deportación de la historia”. Según dijo, le envió al Congreso “una solicitud de financiación detallada que establece exactamente cómo vamos a eliminar estas amenazas para proteger a nuestra patria”. Con ello, a la espera de que lo pueda convertir en ley, buscaría suplir el déficit presupuestario del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, que, según la prensa local, estaría frenando las expulsiones que quiere hacer.
Los reparos de Trump al gobierno de Joe Biden
De hecho, sobre el tema migratorio, el actual jefe de Estado mencionó que el demócrata “no solo abrió nuestras fronteras, sino que hizo que inmigrantes ilegales volaran sobre ellas para abrumar nuestras escuelas, hospitales y comunidades en todo el país. Ciudades enteras como Aurora, Colorado, Springfield y Ohio se hundieron bajo el peso de la ocupación y la corrupción de los migrantes, como nunca antes se había visto. Ciudades hermosas que quedaron destruidas”.
Bajo esa premisa, según él, ahora se está logrando la “gran liberación de Estados Unidos”. Al respecto, el republicano añadió: "Los medios de comunicación y nuestros amigos del Partido Demócrata seguían diciendo que necesitábamos una nueva legislación para asegurar la frontera, pero lo que realmente necesitábamos era un nuevo presidente".
Ante sus palabras, los opositores dejaron ver varias señales de reparos. Unos demócratas portaron bufandas, corbatas y lazos en la solapa con los colores nacionales de Ucrania (amarillo y azul), otros optaron por usar vestimentas de color rosado para protestar contra lo que consideran las políticas antifeministas y unos más decidieron abandonar el recinto del Capitolio, como lo hizo la representante de Texas, Jasmine Crockett, quien tenía puesta una camiseta que decía “Resistir”.
A diferencia suya, otro representante de ese mismo estado, Al Green, se puso de pie y empezó a abuchear a Trump. Tras ignorar varias advertencias del presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, fue expulsado del recinto. Ese, quizás, fue el momento más polémico de la noche del martes, aunque a lo largo de la intervención del presidente se vio que otros demócratas levantaron letreros que decían “Salven Medicaid”, “Musk roba”, “Falso” y “Comience por pagar sus propios impuestos”.
Trump sobre Ucrania
Luego del altercado que tuvo con su homólogo Volodímir Zelenski en la Casa Blanca, donde lo llamó desagradecido e irrespetuoso, y después de que tomara la decisión de suspender la ayuda militar a Kiev, de la cual depende en gran medida el país invadido por Rusia, el presidente estadounidense manifestó su voluntad de restablecer la relación y mencionó que apreciaba el mensaje enviado por el líder ucraniano acerca de que su país estaba “listo para sentarse a la mesa de negociaciones lo antes posible para lograr una paz duradera”.
El martes por la noche, Trump también aseguró que tuvo conversaciones “serias” con Rusia. “Es hora de detener esta locura”, agregó el jefe de la Casa Blanca: “Es hora de detener la matanza, de poner fin a esta guerra sin sentido. Si quieres acabar con esto, tienes que hablar con ambas partes”.
Si bajó un poco el tono frente a Kiev, el énfasis lo puso en Groenlandia
En su discurso dentro del Capitolio, el líder de Washington le envió un mensaje a la población de esta isla: "Apoyamos firmemente su derecho a determinar su propio futuro y, si así lo eligen, les damos la bienvenida a los Estados Unidos de América. Los necesitamos para la seguridad nacional e incluso para la internacional". El republicano les prometió seguridad y riqueza: “Llevaremos a Groenlandia a alturas que nunca antes han creído posibles”.
Al respecto, el primer ministro Múte B. Egede contestó: “No somos estadounidenses ni daneses, porque somos groenlandeses. Esto es lo que los estadounidenses y sus líderes deben entender”. En una publicación en Facebook añadió: “No estamos en venta y no nos pueden robar”.
La “gold card” que ofrece el presidente de Estados Unidos
Trump también aprovechó su intervención ante los congresistas para referirse a la creación de este permiso migratorio destinado a millonarios que deseen establecerse en el país y que gozarán de los mismos privilegios que los residentes permanentes, quienes poseen la conocida “green card”.
Con el argumento de que hará “lo que no se ha hecho en 24 años, que es balancear el presupuesto federal”, retomó dicha idea y dijo: “Eso saldrá a la venta muy pronto. Por US$5 millones permitiremos que las personas más exitosas en la creación de empleo de todo el mundo compren un camino hacia la ciudadanía estadounidense. Es como la ‘green card’, pero mejor y más sofisticada. Estas personas tendrán que pagar impuestos y crear puestos de trabajo”. Ahora bien, vale la pena aclarar que el presidente no puede crear una visa por su propia cuenta y que para cumplir con ello necesitaría el apoyo del Legislativo.
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