Colombia oficializó su retorno a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) después de cinco años de ausencia. El presidente colombiano, Gustavo Petro, había anunciado el pasado mayo que había decidido regresar al bloque regional, que para algunos analistas podría servir para impulsar a Latinoamérica en temas medioambientales, económicos y de salud.
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“Esta decisión responde al compromiso del país con la unidad regional y sigue el llamado del presidente Gustavo Petro para fortalecer los lazos de colaboración en América del Sur”, dijo la Cancillería en un comunicado.
En la primera reunión del Consejo de Delegadas y Delegados que ocurrió este martes, Colombia reafirmó su deseo de retornar “en esta nueva etapa de participación activa en el proceso de integración”. De acuerdo con la Cancillería, esto representa “un hito en su política de integración regional al propender por la reactivación del mecanismo y demuestra la voluntad del país de trabajar de la mano con los demás Estados Miembros para abordar los desafíos y oportunidades compartidos en la región”.
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La Unasur fue creada hace 15 años y la idea nació de Hugo Chávez, quien buscaba crear un bloque suramericano que trabajara de manera conjunta con miras a objetivos comunes. En ese entonces, los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; Bolivia, Evo Morales; y Argentina, Néstor Kirchner, dieron su visto bueno. Así, se creó la organización con el fin de “construir un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político”, como lee el documento que dio inicio al bloque.
Como bloque continental, la Unasur es una entidad intergubernamental dotada de personalidad jurídica internacional. Esto significa que vela y procura el bienestar sanitario, económico, político y cultural de los Estados miembros.
Con el retorno, el mandatario colombiano continúa con la promesa sobre “una sola América Latina”, que hizo en medio de su campaña presidencial. Cuando hizo el anuncio el pasado mayo, el expresidente Iván Duque aclaró que la decisión no dependía únicamente de Petro, ya que “para reingresar hay que hacer todo el trámite […] en el Congreso y de control en la Corte Constitucional”. En su periodo presidencial, Duque tomó la decisión, sin previa aprobación del Congreso, de abandonar Unasur y la llamó un megáfono de “la dictadura en Venezuela”.
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Aunque las ambiciones del bloque regional son impulsar a Latinoamérica en la carrera contra otros continentes en temas de salud, economía y medio ambiente, el Centro de Investigación Económica y Política (CEPR) asegura que es un ente “paralizado”, pues disputas políticas e ideológicas no le han permitido avanzar. Para el 2020, siete de los 12 miembros se habían retirado de manera indefinida.
Detlef Nolte, politólogo y director del Instituto de Estudios de América Latina (ILAS), dice que Unasur “se parece a un fantasma que aparece de vez en cuando en el horizonte, pero luego se desvanece en el aire”. Según el experto, esto tiene consecuencias positivas, pues acerca el regionalismo sudamericano a un pragmatismo que “extrae lecciones de las experiencias positivas y negativas del pasado”, como “blindar mejor a las instituciones regionales de los caprichos y fluctuaciones ideológicas de la política”.
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