Una lancha con migrantes irregulares se hundió en el Caribe de Panamá y uno de ellos, nacional de la India, murió ahogado, según el Servicio Nacional Aeronaval (Senan). El suceso ocurrió la noche del jueves al noroeste del panameño Puerto Obaldía, cerca de la frontera con Colombia, una zona por la que están pasando cada mes decenas de miles de viajeros irregulares de todo el mundo que se dirigen a Estados Unidos, en medio de una creciente crisis migratoria.
De acuerdo con la versión expuesta por el Senan en un comunicado, la lancha con “más de 20 personas que posiblemente sean migrantes” transitaba de forma irregular por la zona y sin luces de navegación. Al notar la presencia del organismo de seguridad, el capitán de la embarcación artesanal “se lanza al agua, dejando la misma sin control, provocando que esta colisionara con el bote de patrullaje costero, ocasionando que la embarcación irregular se hundiera y las personas quedaran en el agua”.
Los agentes panameños iniciaron “de manera inmediata” las labores de búsqueda y lograron “rescatar a 25 personas y un cuerpo sin vida”.
“Lamentablemente, pierde la vida un ciudadano de origen hindú por inmersión”, indicó el Senan en un comunicado, que no precisó si entre los rescatados está el capitán que saltó al agua para huir de las autoridades.
Un portavoz oficial dijo a EFE que el fallecido en este accidente era un migrante en tránsito. El Senan dijo que en coordinación con el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), los recatados fueron trasladados a Puerto Obaldía para que recibieran atención médica.
En el accidente un agente de la Aeronaval sufrió “lesiones graves”, y la embarcación patrullera resultó con afectaciones, de acuerdo con la información oficial. Al cierre de septiembre pasado 151.582 migrantes irregulares habían llegado a Panamá tras cruzar el Tapón de Darién, la selva que sirve de frontera natural entre Panamá y Colombia, dejando atrás el número histórico de 133.726 de 2021.
Más del 70 % de los que están viajando por esta ruta son venezolanos que se dirigen a Estados Unidos, que es el objetivo del resto de los viajeros que proceden de países africanos, asiáticos, caribeños y suramericanos.
En menor medida, también se registran migrantes que provienen de Ecuador, Haití, Colombia y Cuba. Las autoridades también alertan de personas de India, Senegal, Brasil, Bangladesh, República Dominicana, Angola, Nepal, Somalia, Camerún, Perú, Afganistán, China, Chile, Congo, Eritrea, Nigeria, Uzbekistán, Sri Lanka, Siria, entre otros países africanos y asiáticos, que se movilizan por estos pasos irregulares.
Estados Unidos anunció y puso en marcha el miércoles nuevas medidas migratorias para los venezolanos, que incluye que aquellos que ingresaron de manera irregular a Panamá y México no podrán entrar a territorio estadounidense, en un intento por desalentar este flujo.
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Venezuela está sumida en una larga crisis política y económica que ha provocado la huida en los últimos años de 7,1 millones de personas del país, según datos de la ONU.
La Misión en Panamá de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) dijo a EFE que este año «fácilmente» pueden ser «200.000» los viajeros indocumentados que lleguen al país tras cruzar la selva fronteriza con Colombia, en su viaje hacia Norteamérica, especialmente Estados Unidos.
Hay familias enteras, con niños e incluso bebés, en movilización. Muchos de los venezolanos y haitianos proceden de segundos o terceros países en los que ya habían intentado establecerse.
El Tapón del Darién, un trayecto de 266 kilómetros de selva espesa e inhóspita, ha sido por décadas una ruta de migración irregular pese a los peligros que entraña, tanto por su entorno salvaje como por la presencia de grupos armados.
Los migrantes atestiguan que algunos mueren ahogados en los ríos, por accidentes o por enfermar durante el trayecto, en el que también son objeto de violencia sexual y robos, a veces con víctimas mortales como el niño venezolano de 6 años tiroteado a mediados de septiembre pasado por bandoleros durante un asalto.
Desde la primera crisis migratoria en Darién, entre 2015 y 2016 protagonizadas por cubanos, Panamá viene pidiendo que el asunto de la migración irregular sea abordada regionalmente.
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