La agilidad mental y física de Joe Biden y Donald Trump siempre fue un tema controversial en la carrera presidencial, pues la edad de ambos superaba la de cualquier candidato en la historia de Estados Unidos, pero después del debate presidencial de junio la presión para el demócrata aumentó. Hace unos días, Biden dijo que podría replantearse su candidatura electoral si surgiera un problema “médico” confirmado, pero las críticas que recibió por semanas de medios nacionales e internacionales, sus contrincantes, la masa votante y casi una veintena de sus compañeros de partido fueron las que provocaron su renuncia.
Las confusiones mentales y frases incompletas que les pasaron factura tras 50 años de vida política a Joe Biden no comenzaron este año. Por mencionar algunas, en marzo de 2021, el actual presidente olvidó el nombre del secretario de Defensa, Lloyd Austin, durante un discurso, refiriéndose a él como “el tipo que dirige ese equipo allí”. El mismo año, tropezó varias veces mientras subía las escaleras del Air Force One, lo que provocó, además, discusiones sobre su salud física. Respecto a la guerra entre Rusia y Ucrania, a principios de 2023, Biden habló brevemente sobre el conflicto y por equivocación dijo que Vladimir Putin estaba “perdiendo la guerra en Irak” cuando se refería a Ucrania. Pero todo se escaló luego del debate presidencial organizado por CNN.
En 90 minutos, los espectadores pudieron comprobar las enormes dificultades de Biden para mantener el hilo de sus argumentos, una ocasión que un Trump no desaprovechó para burlarse de su oponente. En redes quedó rondando la frase del republicano, “no he entendido lo que quiere decir con esto, y creo que ni él sabe lo que ha dicho”, cuando Biden perdió el hilo de su discurso al hablar sobre el sistema de salud, una forma de resumir lo que se vio esa noche.
Mientras que la Casa Blanca achacó el desempeño a una gripa que estaba superando, el presidente aseguró que “cometió un error” durante el debate. “Tuve una mala noche. El hecho es que metí la pata, me equivoqué”, dijo Biden en una conversación con el presentador de radio Earl Ingram. Pero “estoy en esta carrera hasta el final y vamos a ganar porque cuando los demócratas se unen, siempre ganaremos. Así como vencimos a Donald Trump en 2020, vamos a volver a vencerlo en 2024″. El mensaje que repitió desde aquella fecha.
“Soy la persona más calificada”, afirmó el mandatario hace unos días frente a un grupo de periodistas que cuestionaron la pertinencia del actual presidente para buscar la reelección. Durante su intervención, el presidente fue enfático al afirmar que estaba neurológicamente sano y que enfrentaba pruebas todos los días en el trabajo. Incluso, acotó que se ha sometido a tres intensos exámenes neurológicos como presidente y que los ha superado. “No me opongo, si los médicos me dicen que debo hacerme otro”, aseguró.
Pero según relató The New York Times, “las personas que se han encontrado con él (Biden) dijeron que los lapsus parecían ser cada vez más frecuentes, pronunciados y preocupantes”, pero por supuesto que esto no sucede todo el tiempo. “En los días desde la debacle del debate, sus asistentes y otras personas que se reunieron con él, incluidos funcionarios extranjeros, afirmaron que se veía bien: alerta, coherente y capaz, involucrado en debates importantes y complejos, y gestionando crisis volátiles en cuestiones críticas de seguridad nacional”, recogió el medio.
De acuerdo con los asistentes presentes en la Sala de Crisis de la Casa Blanca la noche en que Irán lanzó una ráfaga de misiles y drones contra Israel, el presidente estaba “en plena forma”. Recalcaron que durante la llamada telefónica que tuvo con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, hizo lo posible para evitar una escalada de represalias que habría exacerbado la situación en el Medio Oriente. “Voy a ser muy claro”, dijo Biden. “Si lanzan un ataque a gran escala contra Irán, están solos”, recolectó el medio.
No obstante, las encuestas seguían mostrando el peor escenario para los demócratas: los votantes estadounidenses perdían la confianza en Biden. Antes del debate, una encuesta de Morning Consult mostró que Trump y Biden estaban empatados con un 44 %. Pero luego del enfrentamiento, según un sondeo de CNN, los votantes favorecieron a Trump por 6 puntos, 49 % a 43 % para Biden. Además, el 72 % de los votantes dijo que las capacidades físicas y mentales eran una razón para votar en contra de Biden.
Lastimosamente, los deslices verbales siguieron apareciendo. Durante la cumbre de la OTAN, celebrada en Washington a principios de julio, el presidente Joe Biden llamó “presidente Putin” cuando quiso referirse al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y se refirió a su vicepresidenta Kamala Harris como “vicepresidenta Trump”, reforzando las dudas sobre su candidatura.
Con cada fallo, las dudas dentro de su partido se multiplicaban. Grandes voces como el expresidente Obama y la expresidenta de la Cámara Baja Nancy Pelosi, así como otros líderes en el Senado como Chuck Schumer, y en la Cámara, Hakeem Jeffries, sucesor de Pelosi, comentaron la preocupación que generaba la incertidumbre de la candidatura de Biden y le pedían reflexionar sobre cómo, de continuar, ponía en riesgo la mayoría demócrata en el Senado y obstaculizaba la recuperación de la Cámara de Representantes, según The Washington Post.
Aunque Trump es solamente tres años menor que el presidente republicano, no ha tenido esa presión y pese a ser un candidato convicto sigue siendo el favorito de las encuestas. Tampoco ha pesado que muchas de sus intervenciones han venido cargadas de imprecisiones o frases que no son ciertas como decir sin pruebas que en las elecciones de 2020 hubo fraude o que durante su administración acabó la trata de personas.
En tanto el medio Axios, citando a figuras demócratas, advirtió desde el viernes que la baja de Biden sucedería este fin de semana.
Según Lawrence Gumbiner, exdiplomático y analista internacional, “ya no era una cuestión de políticas o de temas, sino de capacidad. Si uno lee las políticas de Biden y las compara con Donald Trump, él (Biden) iba mucho mejor. Pero cuando uno compara el hombre, en uno contra uno, es cuando cae Biden”, expuso. Para el analista, Biden tenía muy presente la opinión de su familia y de todo a su alrededor, pero, al final, solo “él podría tomar esa decisión”, mencionó.
En sus declaraciones de este domingo, Biden dio su total respaldo a su vicepresidenta, Kamala Harris, diciendo que su primera decisión en 2020 fue “elegir a Kamala Harris como mi vicepresidenta. Y ha sido la mejor decisión que he tomado. Hoy quiero ofrecer todo mi apoyo y respaldo para que Kamala sea la candidata de nuestro partido este año”. Sin embargo, esa ya no es una decisión que le competa enteramente. Será una decisión en total de la bancada demócrata.
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