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El diseñador Ricardo Pava presentó en la octava edición de Bogotá Fashion Week “Nuda Vida”, una colección inspirada en la migración, puntualmente del Darién, frontera entre Panamá y Colombia, por la que han transitado cientos de miles de migrantes con rumbo hacia Estados Unidos. Es un tema que conectó con una experiencia personal sobre su hija, de seis años, quien tuvo que migrar junto a su madre hacia Canadá por problemas de seguridad.
Según el diseñador, su intención fue, a través de las prendas, mostrar “esperanza”, pues “la moda es un tema que abriga. Las prendas de vestir arropan esperanza, y ahí comenzamos a desarrollar una investigación de un año y medio”. También aseguró que están trabajando de la mano de una Fundación de Atención al Migrante.
Uno de los escritos que acompañan la presentación de la colección dice: “La iniciativa nos invita a recordar que quienes optan por la migración ilegal lo hacen desde la esperanza de una oportunidad, y nos llama a cultivar la empatía, reconociendo que nuestras propias raíces también llevan la esencia de la migración”.
Sin embargo, las intenciones del diseñador no tuvieron el resultado esperado y fueron problemáticas. La colección se suma a las múltiples oportunidades en que la moda se ha intentado acercar, desde la buena voluntad, a temas sociales, políticos, culturales y ambientales, pero que casi siempre terminan fallando en su ejecución. Según lo explica Édward Salazar Celis, investigador de moda y candidato doctoral, “la industria de la moda propone unos lenguajes que terminan deshumanizando, revictimizando, apropiando o extrayendo, explotando historias, recursos, personas en nombre de la actividad creativa”.
Aunque la moda, como otras industrias creativas, puede dialogar, preguntar o cuestionarse temas coyunturales, sociales, económicos y políticos, es clave la manera en cómo lo hace. “La metodología es igual de importante que el resultado”, asegura Salazar.
Y eso nos revela en últimas que, si bien la moda, como muchas industrias de la creación y de la expresión artística, tiene la capacidad de dialogar o de preguntarse ciertas cosas, también importan muchísimo las maneras como lo hace. La metodología es igual de importante que el resultado. Así las cosas, puede que la intención de Pava no haya sido mala, la forma en la que lo comunicó sí lo fue. “¿Cómo va a inspirar una paleta de colores en un paso que representa muerte?”, se pregunta Salazar.
La mayoría de los diseñadores que se inspiran en este tipo de temas lo hacen por visibilizar, aprender, entender o reconocer. No obstante, se quedan en intenciones basadas en el privilegio o la caridad que refuerzan estereotipos y la incapacidad de ver los errores.
“La moda es una industria creativa, sí, pero también es una industria económica”, explica Salazar. Vale la pena mencionar que además de la paleta de color, otro de los elementos que más ha generado indignación de la colección son unos tenis Croydon que simulan la suciedad que queda por las complicadas condiciones que tiene la selva. “Trasladar esa visualidad de por qué los zapatos están sucios a la pasarela de moda, justamente toma solamente el elemento visual, desensibiliza el contexto y hace que las personas, en últimas, simplemente se antojen de una mercancía que son unos zapatos. Me pregunto: ¿con qué lo van a combinar, uno con qué usa esos zapatos, que recuerdan la selva del Darién, para salir el fin de semana? Me parecería una cosa que, como consumidor, también lo pone a uno en un debate ético, moral y político, que el diseñador ni siquiera tuvo la oportunidad de preguntarse”.
Examinamos algunos de los casos positivos y negativos a partir de esta mezcla para encontrar algunas reflexiones.
Carmen Navas, con “Visibles”
La diseñadora venezolana Carmen Navas presentó su colección “Visibles” en Colombiatex + Colombiamoda 2021, inspirada en la experiencia de los migrantes que tienen que dejar sus países en busca de oportunidades. “Esta colección no solo está inspirada en mi historia como inmigrante, sino en la historia de millones”, le dijo Navas a EFE.
Las modelos, vestidas con pantalones, camisetas y morrales, mostraron en pasarela frases como: “El mundo es de los valientes”, “Ningún ser humano es ilegal” y “Todos somos visibles”.
La colección fue bien recibida por su enfoque empático y su conexión personal con la temática. Además, fue parte del proyecto “Valientes”, de Inexmoda, Usaid y la entidad ACDIVOCA, que buscaba dar a conocer los talentos de los migrantes venezolanos y víctimas del conflicto armado.
De acuerdo con Salazar, lo que hace diferente esta colección de otras es la experiencia propia. “Hay personas que son capaces de mover sensibilidades porque han vivido las propias experiencias, positivas o negativas, pero son los protagonistas de su propia experiencia. Cuando ves una obra migrante, en los ojos de un migrante, el lenguaje es muy distinto. La obra transmite ese lugar personal”, dice el experto.
“No Nation Fashion” en la Semana de la Moda de Nueva York
No Nation Fashion es una iniciativa respaldada por la ONU que surgió en 2021 en Bosnia y Herzegovina, donde migrantes en centros de tránsito desarrollaron habilidades de costura. “Los involucrados pasaron de crear cubrebocas reutilizables, brindando protección contra el covid-19, a diseñar prendas y accesorios únicos. Los rincones de costura se convirtieron en estudios de moda, y para fin de año se llevó a cabo un desfile en el Ayuntamiento de Sarajevo, con motivo del Día Internacional del Migrante”, según la ONU.
Un año después los migrantes y la industria de la moda bosnia, con la dirección de la diseñadora Aleksandra Lovrić, presentaron sus creaciones durante la Semana de la Moda de Nueva York, uno de los eventos de moda más importantes del mundo.
A través de las prendas quisieron mostrar lo que usan las personas cuando migran hasta la capacidad que tienen para reconstruirse e integrarse a la sociedad que llegan. El mensaje era mostrar las nuevas oportunidades que también tiene la migración.
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Ricardo Seco – “Givers” y “Juntos/Together”
El diseñador mexicano Ricardo Seco ha creado colecciones como “Givers” y “Juntos/Together”, que celebran el orgullo de ser inmigrante y abordan temas de identidad y resistencia cultural. Sus diseños han sido utilizados en eventos como los premios Grammy para enviar mensajes políticos en apoyo a los migrantes.
Seco estuvo en la edición 2022 de Ixel Moda, y durante un conversatorio contó su historia en la moda y mencionó el aporte de los latinos a la industria. “El diseñador latinoamericano le pone onda a la moda por su particular estilo de vida”, afirmó en ese momento.
Sobre la representación que hace de los migrantes, mencionó que tiene que ver, en parte, con su propia experiencia, pues se mudó de México a Nueva York para seguir su sueño en la moda. “Descubrí qué es ser un latino y migrante. Hasta que lo sientes, lo comprendes. Dejas todo y vas por un sueño. Te conviertes en una persona que da, transforma y vuelve a su país dispuesta a entregar más. Un migrante es digno”.
El diseñador, que lleva más de 20 años de carrera y que ha trabajado con marcas como Converse, aseguró que seguirá haciendo colecciones con mensajes. “La moda me ha dado una plataforma para apoyar minorías, y mi misión es seguir diciendo lo que siento. La moda es como una tienda por departamento: no todo te gusta, pero es válido que esté ahí. No he vestido a nadie en el MET, pero ya me tocó a muchos en el metro”.
Seco finalizó su intervención hablando de la importancia de los discursos de las marcas y la importancia de que estén alineados con los temas sociales y ambientales. “Estamos en un momento en que sí es importante tener conciencia y ofrecerles a los consumidores algo más”.
Benetton y el uso de imágenes de rescates de migrantes
En junio 2018, a tan solo unos días de conmemorarse el Día del Refugiado –lo que lo hizo mucho peor–, la marca italiana United Colors of Benetton fue criticada por utilizar fotografías reales de migrantes rescatados por el barco Aquarius en el mar Mediterráneo, en una de sus campañas publicitarias.
Desde los años noventa, bajo la dirección del fotógrafo Oliviero Toscani, esta marca empezó a usar imágenes reales de conflictos sociales para posicionarse como una marca “con conciencia”. Buscaban posicionar ciertos discursos como la migración. En 1992, por ejemplo, publicaron una fotografía de 4.000 refugiados albaneses aferrados a un barco rumbo a Italia. La imagen, tomada por Associated Press, no mostraba ropa de la marca: el foco era el mensaje.
Pero esa década, cabe destacar, estuvo marcada por un estilo de “publicidad impactante” que no tenía tanto escrutinio ético como en la actualidad. A Toscani no le interesaba si la reacción era positiva o negativa: simplemente generar conversación y poner el lente sobre temas que consideraba importantes, como la promigración. En estos tiempos, la sociedad actual tiene más desconfianza de las motivaciones corporativas de una empresa, por lo que se hacen lecturas muy diferentes.
El problema, según Margaret Simons, de la Facultad de Historia del Diseño y Estudios Curatoriales de la Escuela de Diseño de Parsons, es que aunque Toscani y la marca quisieran presentarse como activistas, no dejaban de apelar al consumo de la ropa de Bennetton al poner su logo en las fotos que difundían. Por eso, la ONG SOS Méditerranée denunció el uso de esta imagen como un intento inaceptable de convertir el sufrimiento humano en herramienta comercial.
UZINYC y el “vestido de refugiados”
En agosto de 2017, la marca neoyorquina UZINYC enfrentó duras críticas por sacar a la venta un vestido llamado el “Refugee Dress” (vestido de refugiados, en español), el cual comercializaba por US$119. Este caso sigue la misma lógica que el de Bennetton: aunque la marca decía que buscaba generar conciencia sobre la crisis de refugiados, su campaña no dejaba de comercializar el sufrimiento humano. La prenda luego fue rebautizada como el “Oxford Dress”, pero de este caso podemos sacar otra lección.
UZINYC no solo cometió un error, sino que falló en su capacidad para atender las críticas. Bloqueó a los diseñadores que lamentaron la comercialización de la prenda y defendieron su punto asegurando que cualquier ofensa fue “involuntaria”.
“Le pusimos nombre al vestido en 2007, cuando no nos veíamos capaces de escapar de la realidad de una economía global descontrolada. Creemos que es importante mantener estos temas en el debate público. (...) Podríamos haberle puesto al vestido cualquier nombre que quisiéramos, pero entonces no estaríamos teniendo esta discusión”, señalaron en un comunicado.
Como dijo en su momento la periodista británico-palestina Diana Alghoul, con estudios en el King’s College de Londres, “además de que la declaración tenía un componente salvador, lo cual resulta inútil y condescendiente, estas empresas contribuyen a la economía global capitalista”, que profundiza la problemática de la migración a nivel global. “Con su declaración, en la que no se disculparon a pesar de haber prometido cambiar el nombre del vestido, su justificación no hizo más que reiterar las nociones problemáticas que rodean el discurso sobre los refugiados”, sentencia.
Moschino y la “Alien Nation”
En 2018, bajo la dirección creativa de Jeremy Scott, la marca italiana Moschino lanzó una campaña titulada “Alien Nation” (como se refieren a los migrantes en Estados Unidos) que presentaba a modelos como Gigi Hadid y Kaia Gerber pintadas de azul y naranja, con la intención de hacer una declaración sobre las políticas migratorias de Estados Unidos. La campaña iba acompañada del eslogan “Lo único ilegal de este alien es lo bien que se ve”.
El caso incurre en el mismo error que las otras dos campañas: la comercialización, la venta de la marca y no la concientización sobre el problema que prometía abordar. Pero también nos da otro elemento para analizar: la historia. Si Moschino hubiera hecho un trabajo de investigación adecuado para la campaña, se habría encontrado con que la palabra “alien” es históricamente una palabra deshumanizante y despectiva que se ha usado contra los migrantes en Estados Unidos.
Es una larga historia que empieza desde el siglo XIX. Esta palabra está asociada particularmente a quienes se oponen a una reforma integral de migración en el país. En 2023, de hecho, Erica Bryant, del Instituto Vera, escribió que “numerosos investigadores han descubierto que usar metáforas negativas para describir a los inmigrantes moldea la opinión pública y les arrebata su individualidad, lo que podría hacer que parezcan menos merecedores de ayuda y de simpatía por parte del público”, por lo que hay que eliminar este tipo de palabras despectivas del vocabulario sobre migración.
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Por Lucety Carreño Rojas
