Varias cafeterías en distintas ciudades de Canadá han optado por modificar el nombre de esta popular bebida, como una manera de expresar su descontento ante las políticas de Trump, reportó The Washington Post.
Entre ellas está el Cafe Belém en Toronto, cuyo dueño, William Oliveira, explicó que el cambio no busca convertir su negocio en un espacio político, sino demostrar su apoyo a la identidad canadiense.
“Es una forma de recordarle a la gente que somos un país independiente y que no nos pueden tratar como si fuéramos la estrella número 51 de la bandera estadounidense”, dijo Oliveira, de 25 años, en declaraciones recogidas por The Post.
Este gesto ha cobrado fuerza en medio del reciente anuncio de la imposición de aranceles del 25 % a productos canadienses por parte de Trump, una medida que busca presionar a Canadá para que endurezca su política contra la inmigración irregular y el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
Aunque el gobierno canadiense, liderado por el primer ministro Justin Trudeau, logró una suspensión temporal de los aranceles tras prometer mayores esfuerzos en la seguridad fronteriza, Trump anunció que las tarifas entrarán en vigor el próximo mes.
En Columbia Británica, Elizabeth Watson, propietaria de Palisades Cafe, también adoptó el cambio en su menú. Inspirada por publicaciones en redes sociales y conversaciones con sus clientes, Watson decidió rebautizar su “Americano” y “Americano Misto” como “Canadiano”. Para hacerlo, simplemente colocó pequeñas etiquetas escritas a mano sobre los nombres originales en su menú.
“No es que estemos tratando de hacer una gran declaración política”, dijo Watson, de 34 años. “Pero nos gusta la idea de mostrar un poco de orgullo canadiense”.
El cambio de nombre ha generado reacciones diversas entre los clientes. Mientras algunos lo encuentran divertido y lo ven como una estrategia inteligente de marketing, otros cuestionan la validez histórica del término, ya que el caffè americano se originó en Italia durante la Segunda Guerra Mundial, cuando soldados estadounidenses pedían espressos diluidos para asemejarlos al café al que estaban acostumbrados en casa.
A pesar de las críticas, Oliveira no tiene planes de revertir la decisión en Cafe Belém. Según relató al Washington Post, sus clientes han respondido de manera positiva al cambio y algunos hasta se han sumado a la broma al corregirse a sí mismos al pedir la bebida.
Esta no es la primera vez que se impulsa una iniciativa para cambiar un nombre asociado con un país. En 2003, algunos legisladores republicanos en EE. UU. intentaron reemplazar el término “french fries” (papas a la francesa) por “freedom fries” (“papas de la libertad”) en respuesta a la oposición de Francia a la invasión de Irak.
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