En una reciente escalada de tensiones comerciales, Elon Musk, director ejecutivo de Tesla y asesor del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado su desacuerdo con las nuevas tarifas de importación impuestas por la administración. Según informó el Washington Post, Musk realizó apelaciones directas al presidente para que revirtiera estas medidas, pero sin éxito.
Los aranceles, que incluyen una tarifa base del 10 % a todas las importaciones y tasas más altas para ciertos países, han afectado significativamente a Tesla, empresa de Musk. Esta ha experimentado una notable disminución en las ventas trimestrales y una caída del 42 % en el valor de sus acciones este año, cerrando en $233.29 por acción el lunes pasado.
Musk ha expresado previamente que estos aranceles tienen un impacto sustancial en la compañía. Aunque el magnate olvidó resaltar que esto también es consecuencia de sus acciones para la disminución del gasto púbico de Estados Unidos bajo el muy criticado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
Los aranceles no son la única cuestión
Además de las disputas sobre aranceles, Musk ha defendido públicamente el programa de visas H-1B, argumentando que es esencial para atraer talento extranjero altamente calificado a Estados Unidos. Esta postura lo ha puesto en desacuerdo con algunos aliados de Trump que buscan restringir la inmigración.
Musk, quien anteriormente tuvo una visa H-1B, enfatiza que hay una escasez de ingenieros talentosos y motivados en el país, lo que hace necesario recurrir a trabajadores extranjeros.
La posición de Musk contra las políticas arancelarias también lo llevó a un enfrentamiento público con Peter Navarro, asesor comercial de la Casa Blanca, cuestionando sus credenciales en economía y tachándolo de “imbécil”. Navarro minimizó las críticas de Musk, considerándolo una voz enfocada únicamente en el sector automotriz, dijo que solo es “un ensamblador de autos”.
Como director del DOGE, Musk ha implementado medidas controvertidas, como una semana laboral de 120 horas, triplicando la jornada tradicional de 40 horas y lo que significaría una carga diaria de 20 horas de trabajo. Esta política ha generado preocupaciones sobre la legalidad y el impacto en la salud de los empleados federales.
En un diálogo con el medio Fortune Musk dijo: “nuestros oponentes burocráticos, optimistas, trabajan 40 horas semanales”. Recalcó: “por eso están perdiendo tan rápido”. El medio, de forma paralela, resaltó un estudio de la OMS (Organización Mundial de la Salud) y aseguró que “trabajar más de 55 horas semanales aumenta un 35 % el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y un 17 % el riesgo de morir por una enfermedad cardíaca”.
Añadido a esto se ha informado que el DOGE utiliza inteligencia artificial para monitorear las comunicaciones de los trabajadores federales en busca de deslealtad hacia la administración Trump, lo que ha suscitado inquietudes sobre la transparencia y posibles violaciones de las leyes de conservación de registros federales.
¿Solo Musk se opone al aumento de aranceles?
Economistas advierten que tales políticas podrían aumentar la inflación, elevar el riesgo de una recesión y encarecer el costo de vida para las familias estadounidenses, lo que representa un riesgo político para Trump, quien hizo campaña prometiendo reducir estos costos.
En respuesta a las tensiones comerciales, China ha declarado su intención de “luchar hasta el final” contra lo que considera “chantaje” por parte de Estados Unidos, en referencia a los amplios aranceles impuestos por Trump. Mientras tanto, otros países, como los de la Unión Europea, buscan soluciones diplomáticas para mitigar los efectos de la guerra comercial.
El mercado energético también ha reaccionado, caso que se ejemplifica con las acciones de la petrolera BP Plc, las cuales han experimentado una caída del 20 % en su valor. Esta disminución ha coincidido con una tendencia similar en otras empresas del sector de gas de esquisto en Estados Unidos, que también han visto reducciones significativas en sus valores de mercado.
A pesar de las críticas y las advertencias de líderes empresariales y economistas, Trump ha afirmado que no considera una pausa en la implementación de las tarifas arancelarias.
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Por Juliana Valentina Vélez
