La candidata de la Revolución Ciudadana, Luisa González, desconoció los resultados de la segunda vuelta presidencial en Ecuador y denunció un “fraude electoral grotesco”, en medio de una jornada marcada por la polarización, el miedo a la violencia y la alta participación ciudadana.
Con el 92,6 % de las actas escrutadas, el presidente Daniel Noboa aparece como claro ganador con el 55,7 % de los votos, frente al 44,3 % de González, según cifras oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Desde la capital, Quito, hasta el balneario de Olón, simpatizantes de Noboa salieron a las calles con fuegos artificiales y caravanas para celebrar la reelección del mandatario de 37 años. Sin embargo, desde la sede de su partido, González rechazó el resultado.
“Me niego a creer que exista un pueblo que prefiera la mentira antes que la verdad. Estamos viviendo una dictadura y el fraude más grotesco de la historia del Ecuador”, dijo González sin presentar pruebas concretas.
La exasambleísta, cercana al expresidente Rafael Correa (2007-2017), argumentó que encuestas previas al balotaje, incluso algunas cercanas al Gobierno, le daban la victoria. También criticó las medidas adoptadas por el oficialismo antes de la elección, como el estado de excepción parcial y el toque de queda nocturno, impuesto por Noboa en zonas golpeadas por el narcotráfico.
“Es violatorio a nuestros derechos”, afirmó González.
La jornada electoral estuvo atravesada por la tensión. Ecuador, un país de 18 millones de habitantes, vive una grave crisis de seguridad marcada por la guerra entre bandas criminales, el asesinato de un presidenciable y el asalto armado a un canal de televisión. La violencia se mezcla con altos índices de pobreza y desempleo: el 28 % de la población vive bajo el umbral de la pobreza, y el 23 % enfrenta desempleo o subempleo.
Desde Olón, donde celebró su victoria, Noboa lamentó las acusaciones de González. “Me parece penoso que con 11, 12 puntos de diferencia se trate de alguna forma de cuestionar la voluntad de los ecuatorianos”, dijo.
En contraste con su postura en la primera vuelta, cuando él mismo denunció irregularidades, esta vez rechazó las dudas sembradas por su rival.
“La narrativa de fraude, sin pruebas, mina la confianza en la democracia”, advirtió por su parte Diana Atamaint, presidenta del CNE, quien destacó que la elección transcurrió con observación internacional y sin incidentes mayores.
Noboa, heredero de un magnate bananero, ha proyectado una imagen de liderazgo juvenil y enérgico, reforzada por operaciones militares y una fuerte presencia en redes sociales. Su reelección representa otro duro golpe para el correísmo, que sufre su peor derrota desde que Correa dejó el poder.
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