
Un caimán nada en el canal que conduce al centro para migrantes en Ochopee, Florida.
Foto: EFE - CRISTOBAL HERRERA-ULASHKEVICH
Los hombres que se encuentran en el nuevo centro de detención de migrantes de los Everglades de Florida no tienen lápices, libros ni televisión. Las luces permanecen encendidas durante toda la noche. Cuando llueve, que es casi todos los días en el verano, las tiendas que albergan a los detenidos tienen goteras y se cuelan los insectos.
En entrevistas telefónicas, varios detenidos dijeron que las duchas eran poco frecuentes, las comidas equivalían a poco más que bocadillos, y otros detenidos se enfermaban con síntomas parecidos a los de la...
Por Patricia Mazzei y Hamed Aleaziz | The New York Times
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