El cuarto retorno del chavismo

No existe en la política una fuerza como aquella que se desprende del resurgimiento de un líder que se pensó abatido. Esta premisa se aplica a la actualidad en Venezuela, y traduce una inercia histórica en el chavismo que lo ha favorecido, a pesar de tantas vicisitudes. El proyecto del socialismo del siglo XXI ha revivido en, al menos, tres ocasiones, luego de las cuales ha fortalecido su popularidad.

La primera de ellas ocurrió a comienzos de los noventa, sobre las ruinas de la democracia del Pacto de Punto Fijo en Venezuela que permitió que AD y Copei controlaran el régimen entre 1958 y 1993. Luego de un fallido golpe de Estado en febrero de 1992, que el chavismo aún conmemora, y después de cumplir un exilio, el hoy presidente retornó a los comicios de 1998 para acceder a Miraflores. Con la abortada maniobra de 1992, se pensaba en el fin de la corta carrera política del entonces teniente coronel golpista, Hugo Chávez Frías.

En 2002, en pleno enfrentamiento con el sector petrolero por una polémica reforma de PDVSA, y con sectores poderosos de la economía, como Fedecámaras, en abril de 2002 los medios registraban el fin del proyecto chavista luego de reformas radicales. Su inviabilidad había quedado en evidencia como consecuencia del enfrentamiento con dichos segmentos claves de la economía. Pero en la madrugada siguiente al golpe Hugo Chávez volvía por la presión popular y un error grave de Pedro Carmona, quien había sucedido al vicepresidente Diosdado Cabello: derogar a decreto limpio la Constitución de 1999. Yerro de grandes proporciones, porque con dicha decisión se confirmó el carácter ilegal del proceso.

Actualmente y en una condición que se presume como moribunda, sin que ello se confirme, su llegada a Venezuela ha corroborado que es posible un chavismo sin Chávez. Realidad que se presenta hoy contra todo pronóstico. En un momento en el que el vacío de poder podía derivar en una pugna dentro de las filas del oficialismo, sus tres principales líderes reconocieron en Nicolás Maduro al sucesor natural del actual presidente. Una muestra de que la transición pos-Chávez había sido un tema de reflexión desde hace un tiempo prudente (¿a la usanza de la Cuba pos-Fidel?) y no como producto de la improvisación.

Aunque parezca extraño, esta ausencia terminó por afianzar al chavismo como principal fuerza política del país y, lo que es peor para la oposición, sugiere que su viabilidad sobrepasa a la figura de Hugo Chávez. Por ello, el cuarto retorno de chavismo podría ser el de Nicolás Maduro en las próximas elecciones.

* Profesor Universidad del Rosario.

Chávez, en “una etapa muy difícil”

Fue durante la  inauguración de la Televisión Digital Abierta (TDA) que el vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en compañía del Ministro para la Ciencia, Tecnología e Innovación, Jorge Arreaza, anunció que “aunque ya pasó una etapa muy difícil en el proceso de recuperación, el presidente, Hugo Chávez, está en una etapa muy difícil”.

El ministro aseguró que fue Chávez mismo quien ordenó su regreso, para continuar con el tratamiento en su patria. “La derecha es capaz de hacer cualquier cosa. Regresó y no ha habido un segundo en que los dirigentes no hayan declarado alguna de sus bajezas, demostrando que dentro de sí lo que tienen son gestos inhumanos. No tienen sentimientos mínimos”, dijo Maduro refiriéndose al sector opositor.

No existe en la política una fuerza como aquella que se desprende del resurgimiento de un líder que se pensó abatido. Esta premisa se aplica a la actualidad en Venezuela, y traduce una inercia histórica en el chavismo que lo ha favorecido, a pesar de tantas vicisitudes. El proyecto del socialismo del siglo XXI ha revivido en, al menos, tres ocasiones, luego de las cuales ha fortalecido su popularidad.

La primera de ellas ocurrió a comienzos de los noventa, sobre las ruinas de la democracia del Pacto de Punto Fijo en Venezuela que permitió que AD y Copei controlaran el régimen entre 1958 y 1993. Luego de un fallido golpe de Estado en febrero de 1992, que el chavismo aún conmemora, y después de cumplir un exilio, el hoy presidente retornó a los comicios de 1998 para acceder a Miraflores. Con la abortada maniobra de 1992, se pensaba en el fin de la corta carrera política del entonces teniente coronel golpista, Hugo Chávez Frías.

En 2002, en pleno enfrentamiento con el sector petrolero por una polémica reforma de PDVSA, y con sectores poderosos de la economía, como Fedecámaras, en abril de 2002 los medios registraban el fin del proyecto chavista luego de reformas radicales. Su inviabilidad había quedado en evidencia como consecuencia del enfrentamiento con dichos segmentos claves de la economía. Pero en la madrugada siguiente al golpe Hugo Chávez volvía por la presión popular y un error grave de Pedro Carmona, quien había sucedido al vicepresidente Diosdado Cabello: derogar a decreto limpio la Constitución de 1999. Yerro de grandes proporciones, porque con dicha decisión se confirmó el carácter ilegal del proceso.

Actualmente y en una condición que se presume como moribunda, sin que ello se confirme, su llegada a Venezuela ha corroborado que es posible un chavismo sin Chávez. Realidad que se presenta hoy contra todo pronóstico. En un momento en el que el vacío de poder podía derivar en una pugna dentro de las filas del oficialismo, sus tres principales líderes reconocieron en Nicolás Maduro al sucesor natural del actual presidente. Una muestra de que la transición pos-Chávez había sido un tema de reflexión desde hace un tiempo prudente (¿a la usanza de la Cuba pos-Fidel?) y no como producto de la improvisación.

Aunque parezca extraño, esta ausencia terminó por afianzar al chavismo como principal fuerza política del país y, lo que es peor para la oposición, sugiere que su viabilidad sobrepasa a la figura de Hugo Chávez. Por ello, el cuarto retorno de chavismo podría ser el de Nicolás Maduro en las próximas elecciones.

* Profesor Universidad del Rosario.

Chávez, en “una etapa muy difícil”

Fue durante la  inauguración de la Televisión Digital Abierta (TDA) que el vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en compañía del Ministro para la Ciencia, Tecnología e Innovación, Jorge Arreaza, anunció que “aunque ya pasó una etapa muy difícil en el proceso de recuperación, el presidente, Hugo Chávez, está en una etapa muy difícil”.

El ministro aseguró que fue Chávez mismo quien ordenó su regreso, para continuar con el tratamiento en su patria. “La derecha es capaz de hacer cualquier cosa. Regresó y no ha habido un segundo en que los dirigentes no hayan declarado alguna de sus bajezas, demostrando que dentro de sí lo que tienen son gestos inhumanos. No tienen sentimientos mínimos”, dijo Maduro refiriéndose al sector opositor.