Apenas diez días duró la tranquilidad para el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, quien se posesionó el pasado 15 de agosto. Esta semana, en un discurso televisado, denunció una reunión presuntamente conspirativa, de la cual responsabilizó al general retirado Lino César Oviedo y al ex presidente Nicanor Duarte.
Lugo le pidió a la ciudadanía “estar atenta ante las intenciones golpistas” y advirtió: “Voy a estar alerta con los instrumentos que la Constitución pone en mis manos”.
Lugo reveló que el general Máximo Díaz, enlace entre las Fuerzas Armadas y el Congreso, fue llevado sin saberlo el domingo en la noche por un chofer de Enrique González, presidente del Senado, al domicilio particular de Oviedo, donde, además de los citados, estuvieron presentes el ministro de la Justicia Electoral, Juan Manuel Morales; el fiscal general del Estado, Rubén Candia Amarilla, y Lelis Olmedo, un abogado amigo del dueño de casa.
“El general Díaz fue consultado por el general Oviedo sobre cuál es la opinión de las fuerzas armadas acerca de la crisis en el Senado. Díaz respondió que las fuerzas militares están institucionalizadas y no tenían opinión sobre un asunto político, retirándose inmediatamente”, dijo Lugo.
La crisis en el Senado que menciona Lugo en la denuncia comenzó hace un mes por la incorporación del ex presidente Nicanor Duarte a la Cámara alta. Un grupo mayoritario de legisladores rechazó su llegada al Senado y la crisis paralizó la labor legislativa. El ex mandatario renunció a su cargo como presidente un mes antes de la posesión de Lugo, con la única intención de convertirse en Senador. En Paraguay los ex presidentes son senadores vitalicios, pero no tienen voz y voto. Duarte es un senador activo.
A él y a Lino César Oviedo, el militar a quien se señaló de estar detrás de un intento de golpe de Estado para derrocar al presidente Juan Carlos Wasmosy en abril de 1996, estarían unidos en la intención de derrocar a Lugo.
Las intenciones golpistas denunciadas por el gobernante fueron rechazadas por los gobiernos de Argentina, Uruguay, Chile y Venezuela, que señalaron su preocupación por la inestabilidad política de Paraguay.
Este jueves el país será escenario de varias marchas en favor de Fernando Lugo. Sin embargo, temen que las manifestaciones deriven en graves disturbios.
Por Redacción Internacional
