“Tenemos información de última hora. Hay presencia de antimotines y están queriendo entrar a 100 % Noticias. ¡Urgente, urgente! Hay paramilitares aquí adentro”. Con estas palabras, Lucía Pineda avisó a la audiencia que agentes uniformados de Nicaragua se habían tomado las instalaciones del canal 100 % Noticias el 21 de diciembre de 2018.
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Minutos después, ella y el director del medio, Miguel Mora, fueron detenidos y conducidos a una cárcel, donde permanecieron casi seis meses como prisioneros políticos.
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El gobierno argumentó que el motivo de su captura fue la “incitación al odio”, pero los periodistas procesados y organismos internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), insistieron desde el inicio que se trataba de un acto para censurar a la prensa y ocultar las voces y las imágenes de la crisis que vive el país desde abril de 2018, cuando iniciaron las manifestaciones motivadas por unas fallidas reformas de la seguridad social que terminaron exigiendo la renuncia de Daniel Ortega.
Durante las jornadas, se denunciaron asesinatos, represiones y detenciones arbitrarias. Más de 300 personas murieron.
Sobre estas inconsistencias informaron los periodistas de 100 % Noticias que fueron encarcelados hasta el pasado 11 de junio. Ese día recobraron su libertad al ser beneficiados con una Ley de Amnistía aprobada por el Legislativo nicaragüense para absolver a los señalados de cometer delitos durante las protestas. En libertad, Lucía Pineda conversó con El Espectador sobre su caso y la violación de derechos humanos en Nicaragua, uno de los temas centrales de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se lleva a cabo en Medellín hasta mañana.
Miguel Mora, su esposa Verónica y yo estábamos viviendo en el canal desde hacía veinte días. Ahí nos bañábamos, comíamos y pasábamos los fines de semana, porque siempre había presencia policial al frente y un retén a cincuenta metros, donde el que entraba o salía del canal era retenido, requisado. Había hostigamiento y persecución. En días anteriores, el director Mora había sido detenido y la Policía sandinista lo amenazó. Le dijeron: “Dejá de joder”, o sea dejá de informar, “si no habrá consecuencias contra vos y tu familia” y le pusieron una capucha.
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¿Qué recuerda del 21 de diciembre de 2018?
Fue un día normal de cobertura después de una semana intensa de trabajo. Teníamos poco personal porque algunos ya estaban en vacaciones y nosotros pensábamos celebrar la Navidad dentro del canal, de hecho yo había encargado unos tamales. Sentí que la Policía llegó a la oficina del director, y me di cuenta de que nos habían sacado del cable, no teníamos la señal. Verifiqué el máster, por si era un problema técnico, pero todo estaba bien. Entonces pedí hacer un Facebook Live y ahí pusimos la señal.
Después de eso, permaneció 172 días detenida. ¿Qué violaciones de derechos sufrió durante el encierro?
Recibí tortura psicológica. Me mantuvieron aislada, no tenía celdas vecinas y eso fue traumático, no tenía con quién conversar. En la primera semana me sacaron unas treinta veces a entrevistas, que buscaban hostigarme. La Policía cuestionaba mi trabajo y me decía que era terrorista, golpista y que mentía. Yo decía que nos basábamos en los testimonios de las víctimas, que responsabilizaban a la Policía y a Daniel Ortega de la masacre. Me mantuvo fue la palabra de Dios.
El Estado de Nicaragua niega que haya violación de derechos y que solo reaccionó a un intento de golpe de Estado de los marchistas.
Sí hay violación de derechos humanos y el gobierno está en estado de negación. Según él, la Policía no ha matado a nadie y toda marcha incita al odio. Eso es violatorio, porque tenemos derecho a manifestarnos y a informar. El principal violador de los derechos humanos es el Estado de Nicaragua y quien lo dirige es Daniel Ortega.
¿Qué piensa de que haber recobrado su libertad mediante una Ley de Amnistía?
Los nicaragüenses la consideran una “autoamnistía”. Nosotros en 100 % Noticias no cometimos ningún delito, siempre informamos con la verdad. Fuimos de los medios y periodistas que recibieron la represión desde el primer día de la crisis en Nicaragua, el 18 de abril de 2018. Durante esos meses de cobertura noticiosa nos robaron equipos, nos golpearon y hubo daños a la infraestructura. El jaque mate lo dieron tomándose las instalaciones del canal, censurándonos y dejando en el desempleo a más de treinta personas.
A pesar de haber sido excarcelada el pasado 11 de junio, su caso sigue activo. ¿En qué va ese tema?
El caso sigue vigente, incluso el lunes pasado fuimos citados para juicio. El juez no lo ha cerrado y debe hacerlo, si ya el mismo gobierno nos dio la cuestionada amnistía. Aún no cierran los procesos judiciales ni ordenan devolvernos los bienes ocupados, porque quieren mantenernos bajo amenaza y enviarnos el mensaje: “Aquí te tengo este caso si te portas mal, si sigues cuestionando al gobierno”. Todo el tiempo estamos pensando en que nos van a volver a capturar en Nicaragua.
¿Qué espera que ocurra en la asamblea de la OEA?
Entiendo que se va a conformar una comisión de alto nivel y que se tendrá un informe más completo dentro de tres meses. Lo que espera la gente es que se den las elecciones adelantadas y una transición pacífica, porque el gobierno de Daniel Ortega caducó, es insostenible, no hay credibilidad ni confianza. Nadie quiere un muerto más.
¿Qué va a pasar con 100 % Noticias?
Se va a reactivar, el personal está listo para seguir trabajando. Estamos esperando que Daniel Ortega nos entregue las instalaciones del canal, las pertenencias e instrumentos de trabajo, “grapa por grapa” . Y aunque no los regresen estamos listos para seguir al aire. Hoy hice mi primera transmisión por Facebook Live.
De todas las imágenes e historias que conoció en el cubrimiento, ¿cuál es la que le ronda en la cabeza?
La masacre de niños. La imagen de una familia entera a la que quemaron viva. Su “delito” fue haber regalado colchonetas a los estudiantes que estaban en la Universidad Politécnica y no prestar el tercer piso de su casa para que subieran francotiradores a dispararles a los manifestantes. Fue doloroso y, a raíz de ese suceso, muchas familias salieron de Nicaragua con miedo.
El Estado la acusó de incitar al odio. ¿Qué es el odio?
El odio es todo lo que la dictadura de Daniel Ortega le ha hecho al pueblo de Nicaragua y a la prensa independiente. Odio no es informar.
*Este artículo fue posible gracias a la invitación del Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos.