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El gobierno de Donald Trump congeló US$2.200 millones en fondos a la Universidad de Harvard, una de las más prestigiosas del mundo, después de que se negara a cumplir con exigencias para “acabar” con el antisemitismo en el campus.
La institución, como otros centros educativos en Estados Unidos, ha sido escenario de protestas estudiantiles contra la guerra de Israel en Gaza, un tema en el punto de mira de la Casa Blanca desde que Trump volvió al poder en enero.
“El Grupo de Trabajo Conjunto para Combatir el Antisemitismo anunció la congelación de US$2.200 millones en subvenciones durante varios años”, señaló en un comunicado el Departamento de Educación, así como “contratos plurianuales por valor de US$60 millones”. El documento agregó que “la interrupción del aprendizaje que ha afectado a los campus en los últimos años es inaceptable. El acoso a estudiantes judíos es intolerable”.
Anteriormente, la prestigiosa universidad hizo pública una carta dirigida a los estudiantes y al personal en la que desafiaba un largo listado de peticiones de la administración Trump sobre cambios en su gestión, prácticas de contratación y política de admisiones. En ese texto, el rector Alan Garber dijo que la institución “no renunciará a su independencia ni a los derechos que le garantiza la Constitución”.
“La declaración de Harvard refuerza la preocupante mentalidad que es endémica en las universidades y facultades más prestigiosas de nuestra nación: que la inversión federal no viene con la responsabilidad de defender las leyes de derechos civiles”, respondió la Casa Blanca.
A finales de marzo, el Gobierno estadounidense anunció que estaba considerando privar a la universidad de unos US$9.000 millones en subvenciones federales.
Tras las tensiones con Trump, Harvard alega violación a la Primera Enmienda
“Ningún gobierno, independientemente de qué partido esté en el poder, debe dictar a las universidades privadas lo que pueden enseñar, a quién pueden reclutar y contratar, o qué temas pueden investigar”, añadió el rector Garber en su carta.
Se refería a la exigencia de la administración Trump de que la institución “auditara” las opiniones de estudiantes y profesores. Sobre este tema, el recinto educativo ya había respondido en otra misiva firmada por sus abogados que “no está dispuesta a aceptar demandas que vayan más allá de la autoridad legítima de esta o cualquier otra administración”.
En su opinión, las peticiones de Trump “contradicen la Primera Enmienda”, que garantiza las libertades fundamentales, en particular la de expresión, e “infringen las libertades académicas garantizadas desde hace tiempo por la Corte Suprema”.
El Gobierno ya ha cortado por razones similares US$400 millones en contribuciones a la Universidad de Columbia, en Nueva York, que a diferencia de Harvard se ha comprometido a llevar a cabo reformas drásticas para tratar de recuperar esos fondos.
Las subvenciones federales suponen el 11 % de los ingresos de Harvard, sobre un presupuesto anual de US$6.400 millones, según datos publicados por esa universidad privada, situada cerca de Boston, en el noreste del país.
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