El expresidente estadounidense Donald Trump, quien según el periodista Bob Woodward no se despegaba de su teléfono ni un minuto, parece haber dejado en su adicción al celular en el momento en el que más lo necesitaba: durante la jornada del asalto al Capitolio en Washington.
Según los registros telefónicos obtenidos por periodistas de The Washington Post, el teléfono del republicano estuvo activo hasta las 11:17 a. m. y duró sin actividad hasta las 6:54 p. m. el 6 de enero de 2021.
¿Por qué este dato ha causado tanto revuelo?
“Trump es un adicto al teléfono. La idea de que nada sucedería en la tarde en el teléfono de él el 6 de enero es tan improbable como que el sol no salga”, dice Woodward.
La del 6 de enero de 2021 fue una de las jornadas más caóticas que ha vivido la capital estadounidense en años. Es apenas lógico que el presidente esté conectado en su teléfono recibiendo llamadas de funcionarios y haciéndolas él mismo para enterarse de qué era lo que estaba ocurriendo a los alrededores del Capitolio.
La larga brecha de inactividad en el registro ha alimentado la teoría de que Trump prefería usar “teléfonos desechables” para comunicarse con sus asesores y su círculo cercano, lo que le permitía saltarse los controles gubernamentales.
John Bolton, exasesor de Seguridad Nacional de Trump, dijo que el expresidente usó varias veces este término para discutir cómo su equipo podía evitar que los órganos de control analizaran sus acciones. Sin embargo, el exmandatario ahora niega haber usado ese término, afirmando que no sabe qué significa.
“No tengo idea de qué es un teléfono desechable, que yo sepa. Nunca escuché el término”, dijo Trump esta semana.
¿Qué es un “teléfono desechable” y para qué se usa?
Quienes hayan visto series como Breaking Bad y The Wire ya están familiarizados con este término, solo deben hacer un poco de memoria. Los “teléfonos desechables” son teléfonos de bajo costo y pocas funciones que le permiten al propietario hacer llamadas por un corto período de tiempo y luego deshacerse del dispositivo sin que lo rastreen. No se necesita firmar un contrato, por lo que seguir el registro de llamadas es prácticamente imposible.
En Breaking Bad, así como en otras series que abordan de alguna manera historias sobre crimen, los delincuentes, traficantes o terroristas acuden a estos dispositivos para organizar sus ataques u organizar a sus empleados. A Saul Goodman, el abogado de Walter White, lo vemos utilizar frecuentemente teléfonos de bajo costo para destrozarlos cuando termina sus negocios y así evitar que lo rastreen.
Los teléfonos desechables han estado comúnmente asociados con el crimen organizado. Sin embargo, cabe destacar que también son los preferidos por activistas que corren peligro de ser perseguidos por gobiernos autoritarios, como es el caso de los manifestantes en Hong Kong.
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¿Por qué es un gran problema que Trump haya usado teléfonos desechables?
El Congreso y los medios de comunicación estadounidenses están tratando de reconstruir los movimientos de Trump mientras el Capitolio sufría el asedio de los simpatizantes del republicano en aquella terrorífica jornada de enero de 2021. Sin embargo, la labor no se ha podido desarrollar como debería, pues hay poca información sobre las llamadas y reuniones que sostuvo el entonces mandatario.
Sin toda la información a la mano, va a ser imposible para las autoridades armar el rompecabezas de lo que sucedió durante el asalto al Capitolio. Esta no es, sin embargo, la primera vez que Trump hace más difíciles las investigaciones sobre su Gobierno. Informes de The New York Times y CNN señalaron que el expresidente utilizaba regularmente los teléfonos de sus asistentes en lugar del suyo, una práctica que estaba destinada a dificultar el rastreo de sus comunicaciones.
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El hueco en los registros telefónicos de Trump revive el episodio de Watergate, que le valió al expresidente Richard Nixon su cargo. En esta famosa historia también hubo otro agujero enorme en los registros de comunicaciones del presidente.
Poco más de 18 minutos de una de las cintas que guardaba las conversaciones del exmandatario fueron borradas, pero “el público entendió el mensaje: las cintas contenían información muy dañina. El contenido exacto de la brecha sería interesante”, escribió The Washington Post en 1974. Ahora, la ciudadanía se pregunta qué pudo haberse dicho en las casi siete horas en las que el teléfono de Trump permaneció inactivo. Al igual que en el caso Nixon, acá también hay un mensaje.
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