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De ahora en adelante, las instalaciones militares estadounidenses no exhibirán las banderas confederadas, un símbolo vinculado con la esclavitud que ha generado división en el país desde hace varias décadas. El Departamento de Defensa emitió el jueves en la noche una norma, cuidadosamente estudiada, que prohibirá la exhibición de estos símbolos debido a la polémica que despiertan en el país.
“Las banderas que enarbolamos deben estar de acuerdo con los imperativos militares del buen orden y la disciplina, tratar a toda nuestra gente con dignidad y respeto y rechazar los símbolos divisorios”, manifestó el secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper. Eso sí, la norma estuvo cuidadosamente redactada para evitar usar la palabra ‘prohibición’ y evitar así nuevos roces con el presidente Donald Trump, quien se ha opuesto a retirar este y otros símbolos divisivos.
El retiro de los símbolos asociados con el periodo de la esclavitud en el país ha sido debatido desde que estallaron las protestas contra el racismo en Estados Unidos en junio a raíz del asesinato del afroamericano George Floyd. Los manifestantes atacaron monumentos confederados en el sur del país señalando que exaltaban a personajes que fueron ampliamente racistas. Una larga lista de funcionarios estatales, conscientes de la situación, pensó en retirar estos símbolos, pero se enfrentaban a la negativa de Trump quien ha defendido el “derecho” de las personas a exhibirlos.
El secretario de Defensa ha tenido varios choques con su comandante en jefe desde que, en junio, en medio de las protestas, Trump hizo que lo acompañara a tomarse la polémica foto con la biblia en la Iglesia Saint John, a solo unas cuadras de la Casa Blanca.
“Mi presencia en ese momento y en ese ambiente creó una percepción de participación militar en la política interna”, indicó el alto mando del Pentágono días después de lo ocurrido.
Por esa razón, Esper actuó con prudencia frente a la polémica por las banderas. En el comunicado del Departamento de Defensa no se nombró una bandera en específico, para evitar choques con el presidente y evitar desafíos legales basados en la libertad de expresión. Semanas atrás, el general David Berger, comandante del Cuerpo de Marines de Estados Unidos, ya había ordenado retirar la bandera de los campos de entrenamientos.
“(Esa bandera que algunos abrazan) tiene el poder de inflamar los sentimientos de división y debilitar la cohesión de la unidad que requiere el combate”, señaló Berger.