Las elecciones generales en Ecuador empezaron el jueves con una profunda dosis de ironía mezclada con simbolismo: las cárceles del país —epicentros de la violencia criminal que han puesto al que fue hasta hace relativamente poco un “paraíso turístico” en el tope de la lista de homicidios en Latinoamérica— fueron las primeras en votar.
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Según el medio Primicias, entre enero y diciembre de 2024, fueron asesinadas unas 19 personas diarias en el país, el equivalente a cerca de 40,4 por cada 100.000 habitantes, una de las tasas más impresionantes de la región. En los centros carcelarios la situación ha sido muy grave: fueron escenario de al menos unas 500 muertes en los últimos tres años, la mayoría producto de matanzas entre bandas criminales rivales que llevaron a que el Gobierno militarizara estos recintos.
La seguridad, en ese sentido y por escenas tan escabrosas y todavía frescas como la toma de un canal de televisión y el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, continúan siendo un pilar de este período electoral que culmina hoy en el país. Sin embargo, esto no es lo único, ya que la lista de problemas es tan extensa y estructural que obliga al próximo gobierno a asumir uno de los retos más sensibles y complejos de América Latina: ¿qué hacer con Ecuador? Esta es una breve aproximación a la tragedia ecuatoriana.
Militarización y seguridad
Para responder a los problemas de seguridad, el gobierno del presidente y candidato Daniel Noboa, hoy uno de los dos favoritos en la contienda, usó la mano dura. Noboa destacó en el único debate presidencial de la carrera que su enfoque militar estaba dando resultados. Sí, hubo un descenso de 15 % en las cifras de muertes violentas respecto al año anterior, pero esto se dio principalmente en el primer semestre. En la segunda mitad del año hubo un repunte, pese a las medidas.
“No hay una pacificación, sino una reducción contextual de muertes violentas”, explicó Daniel Pontón, decano de la Escuela de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), en CNN.
Otros crímenes, como el secuestro y la extorsión, se han incrementado. El enfoque militarista de Noboa sigue siendo su bandera de campaña, solo que ahora, en caso de ser electo, no tendría que lidiar con las dudas sobre la efectividad de esta maniobra, sino además con los efectos colaterales que esa medida le ha dejado.
En diciembre, en vísperas de Navidad, Ecuador se horrorizó con el hallazgo de cuatro cuerpos de niños calcinados en las cercanías de una base de la Fuerza Aérea. La justicia determinó que los menores, de 11 a 15 años, fueron víctimas de desaparición forzada durante un operativo militar.
“La postura del gobierno de Noboa es seguir militarizando todo, pero nunca ofreció un sentido pésame a la familia de estos cuatro niños. Recientemente, otro niño también fue asesinado. Siguen desapareciendo personas, en su mayoría afros y de la comunidad esmeraldeña; entonces hay perfilamiento racial, social y de clase. Es un gobierno que a mí me asusta mucho y se ha encargado de mantear silencio frente a estas cosas que han pasado y de manipular la verdad”, comenta Daniel Pérez, músico y periodista ecuatoriano.
Luisa González, candidata opositora y correísta, la otra favorita en campaña, no se aleja mucho de la mano dura: “Propone unidades militares y policiales conjuntas y aumentar los salarios de los militares y de la policía en zonas de alto riesgo, lo que sugiere que seguiría dando a los militares un papel destacado en la aplicación de la ley, en particular en la conducción de operaciones contra el crimen organizado”, destaca Glaeldys González Calanche, analista de Crisis Group para la región de los Andes.
Según explican expertos y defensores de derechos humanos, este énfasis puede generar abusos, detenciones arbitrarias y una dependencia excesiva de la represión sin abordar las causas estructurales del crimen, como ocurrió con los niños asesinados en Guayaquil, y no resuelven el problema.
Diplomacia y medios en crisis
Otra sombra que ha dejado la crisis ecuatoriana, en particular este gobierno, es en el área diplomática y los medios de comunicación. Como apuntaba Pérez, hay intentos de “manipular la verdad”. La periodista ecuatoriana Carolina Bazante, fundadora de Lupa Media, explica que “todo llega en un momento crítico: el cambio de políticas de moderación de contenido en redes como X, donde se permite que se difunda más contenido que no necesariamente es veraz. La desinformación con el uso de inteligencia artificial ha abundado en esta campaña. Y también se están creando plataformas que no sabes de dónde han surgido, de repente con miles de seguidores y troles. Este es un componente complejo porque si algo ha hecho bien el gobierno de Noboa es su estrategia de comunicación, la cual ha implicado alianzas con medios tradicionales y plataformas digitales que se presentan como medios de comunicación”.
Estas alianzas, comenta la reportera, han implicado la inversión de recursos estatales en nuevos medios que difunden desinformación a conveniencia del candidato presidente. Lo mismo se encuentra del otro lado, en el correísmo, según Bazante. Ahora mismo, de hecho, se tejió una narrativa de fraude desde el correísmo sin ninguna presentación de evidencia que fue difundida por medios tradicionales y, aunque son públicos, responden a directrices correístas.
“Antes no se distinguía mucho si un medio era de izquierda o derecha. Ahora es más evidente y menos transparente. Ojalá nos haga reflexionar sobre el asunto de las líneas editoriales. Está bien que cada quién la tenga, pero que al menos se informe que la hay. Ahora, hay periodistas de mucha trayectoria, como Carlos Vera, generador de opinión pública, que está alineado con Daniel Noboa y se filtró que le pagan US$11.000 mensuales. Estas personas tienen espacios en emisoras y hay que destacar que la gente, al menos acá, no te cree mucho si te ve en TikTok, pero te cree si sales en la radio. Más si eres Carlos Vera”.
Según misiones de observación, el poder de los nuevos influencers políticos que surgen en redes sociales aún no es tan fuerte. Por eso, resulta muy preocupante para las intenciones reeleccionistas de Noboa la apropiación de narrativas en medios de comunicación, más aún cuando el acceso para la prensa independiente es tan controlado. Como explica Bazante, “no ha hecho una sola rueda de prensa en todo su gobierno, y cuando ha hecho pronunciamientos lo hace en entrevistas pautadas en medios afines, con espacios muy cómodos para él. Esto es un desafío. Además, la Secretaría Nacional de Comunicación limitó el acceso a las transmisiones de eventos del presidente”.
En cuanto al aspecto diplomático, Bazante destaca que “la política exterior de Noboa ha mostrado su falta de experiencia. Lo que ha ocurrido con México y los aranceles, por ejemplo, ni siquiera los ministros sabían que eso se iba a anunciar. Noboa ha planteado un acercamiento con Estados Unidos como aliado, pensando en su permanencia, pero Ecuador, lamentablemente, no es que pueda hacerle el feo a ningún país. El gobierno que venga, así no le guste negociar con Rusia, tendrá que hacerlo porque es el principal destino de nuestras flores; igual que con China o Estados Unidos. Incluso en los peores momentos del correísmo no se cortó ese vínculo”.
Como muestra de la improvisación de Noboa, Ivonne Baki, diplomática de gran trayectoria y peso para la nación, que venía trabajando desde el gobierno de Rafael Correa hasta ahora, fue sacada de la embajada en Washington. “Este tipo de decisiones es una de las cosas que el próximo gobierno tendrá que considerar, porque Ecuador no es un país de peso en la geopolítica; entonces para mover cualquier tratado es necesario contar con este tipo de personas, que no sabemos por qué les han dado la espalda”, asegura Bazante.
Crisis energética y económica
La canasta de servicios ha sufrido un impacto por el incremento del IVA en un 3 % (ahora en 15 %) en medio de una disminución de las plazas de empleo. Esta decisión la toma Noboa por decreto. “En mi caso, que tengo un emprendimiento de medios, es mucho más costoso emplear a las personas”, explica Bazante. Las importaciones, sacar dinero, comprar afuera, todo se ha encarecido por los impuestos. Todo esto también llega en medio de una crisis energética agravada por una prolongada sequía que se vivió en el país y ha reducido la producción hidroeléctrica y causado apagones hasta de 14 horas diarias. La economía, dolarizada y dependiente del petróleo, ya mostraba un bajo crecimiento antes de esta crisis, con un pronóstico del FMI de apenas 0,3 % para 2024. Los cortes de luz han generado pérdidas estimadas en US$1.440 millones, afectando la industria, el comercio y la vida cotidiana.
“No entiendo cómo no le ha perjudicado eso a Noboa. Usualmente eso lo intentaron otros presidentes y provocaba enfrentamientos brutales en la calle”, agrega Bazante. Ella y Pérez coinciden en que quizá la falta de protestas se deba al hartazgo en el que ha caído la socedad.
Panorama político: congelado y con hartazgo
Una de las claves para el futuro de Ecuador con estas elecciones será la composición de la Asamblea Nacional. Desde hace ocho años, Ecuador no ha tenido un parlamento con mayoría oficialista, lo que ha generado una constante tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo. En los últimos períodos legislativos, la Asamblea ha sido un contrapeso al Ejecutivo, evidenciando la falta de una bancada dominante.
“El correísmo ha sido la única fuerza mayoritaria. En 2017, ellos llegaron como mayoría absoluta y luego hubo este fraccionamiento de los que se fueron con Rafael Correa y Lenín Moreno. Eso sí, han sido la primera minoría, y esta vez se perfilan como tal. Estaremos divididos entre Noboa y Correa. Esto va a ser complejo porque estamos hablando de fuerzas políticas en las que no existe consenso. Son opositoras”, dice Bazante.
La periodista destaca que si llega Luisa González con la bancada de la Alianza ADN, esta no tiene ideología política, “no se sabe a qué juega, entonces sería interesante verlos actuar”. Por otro lado, hay que destacar que la campaña de Noboa ya encontró problemas dentro de su propio gobierno, antes que de parte de los principales adversarios en la izquierda: la alianza electoral que le permitió llegar a la presidencia en 2024, con Verónica Abad, se rompió con facilidad.
Para el Banco Mundial, “la falta de consenso en torno a reformas críticas podría perpetuar el péndulo económico asociado con los ciclos del precio del petróleo e impedir que el país logre un crecimiento mayor e inclusivo”. Y todo parece indicar que hacia allá vamos.
“Va a haber muy pocos asambleístas sueltos y en este orden de ideas será muy torpe el trabajo del Ejecutivo con el Legislativo”, explica Bazante, agregando que puede deberse al hartazgo social. La periodista y Pérez coinciden en que el país ha quedado atrapado entre el correísmo y el anticorreísmo, lo que ha dejado a la sociedad agotada y sin una tercera vía con opciones renovadas.
Migración y educación en Ecuador
Este panorama ha sido catastrófico para los jóvenes talentos de Ecuador. “Ahora mismo, una gran mayoría sí ve salir del país como la mejor opción. Cuando hablo con mis estudiantes, la mayoría quiere continuar haciendo una maestría o hacer su práctica fuera del país. Claro, tiene que ver un poco con el campo en el que trabajo: la música. Pero si hablo con otros estudiantes de otros campos veo algo similar. Acá la gente dice que ‘la cosa está cagada, me dan ganas de irme y tengo un familiar en otro país, donde sería más fácil’”, cuenta Pérez, baterista de Cementerio de Elefantes.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al menos 1,2 millones de ecuatorianos tienen la intención de migrar. En 2023, más de 121.000 personas salieron del país y nunca volvieron. Esto no era así hace una década. Pérez cuenta, por ejemplo, que hace una década, cuando volvió al país, fue cuando empezó a dar clases. “Lo que veía era una facultad nueva, recién se estaba graduando la primera generación, y veía mucho más optimismo en cómo podían ejercer sus carreras en el país. Se veía más el apoyo que podías conseguir a nivel local o municipal para creación artística. Había formas mejores de tributación para los independientes, un sistema de salud, así que no había dramas de afiliarte al seguro social, entonces había más condiciones para estar. Pero ahora, todas esas ayudas y, sobre todo, las becas, se han ido diluyendo”.
La educación en Ecuador enfrenta una crisis de aprendizaje alarmante, con solo tres de cada diez estudiantes logrando niveles adecuados de conocimiento. A esto se suma la falta de formación docente y la ausencia de evaluaciones comparativas internacionales, como las pruebas PISA, de las cuales Ecuador se retiró en 2018.
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