Elecciones en Ecuador: ¿qué propone Luisa González?

Seguridad

Después de casi un año y medio de militarización total con Daniel Noboa –con denuncias en esta cruzada por presuntas violaciones de derechos humanos–, un eventual regreso de González traería consigo la tradición del correísmo en la que el Estado es protagonista y garante de la seguridad del Ecuador. Sin embargo, esto no implica restarle importancia al Ejército, sino, por el contrario, potenciarlo junto con la Policía Nacional.

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“Se han hecho propuestas que pueden resultar complejas, como que el Estado vuelva a controlar los puertos. Sin embargo, esto obvia que el problema actual no es la falta de presencia estatal en los puertos, sino que el Estado no los controla debido al gran dominio que ejercen ciertos grupos ilegales. Veo una propuesta todavía muy centrada en lo que fue el enfoque de Rafael Correa frente al tema de las pandillas, más que en los circuitos de crimen transnacional que se han asentado en los últimos doce años”, explica Juan Federico Pino, analista y docente de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) de Ecuador. Pino resalta que se trata de una propuesta mucho menos punitivista que lo que ha hecho Noboa en este periodo, en especial cuando el fortalecimiento de las fuerzas del Estado se basa en un enfoque que respalde los derechos humanos.

Economía

De manera similar a lo que se plantea en materia de seguridad, la propuesta de González plantea volver a colocar al Ejecutivo en un rol mucho más protagonista. Mientras Noboa, quien llegó a la presidencia desde el sector empresarial, apostó por un libre mercado con protagonismo del sector privado, González buscaría un enfoque más orientado a diversificar la economía ecuatoriana desde el gobierno. Esto implicaría, por supuesto, reducir la dependencia económica derivada de la extracción de petróleo, que actualmente representa el 30 % de las exportaciones del país.

“Frente al panorama de aranceles que estamos viendo, lo que plantea Luisa González en su campaña es una inversión en la producción nacional, apalancada por el crédito otorgado por el Estado. En ese sentido, veremos una mayor intervención estatal en sus propuestas. Hay un aspecto que ella ha mencionado y que creo que, al final, terminará retrocediendo: la reducción del IVA. En este momento, y especialmente el próximo año, Ecuador enfrenta un gran desembolso por concepto de deuda externa, lo que haría difícil sostener una medida así”, explica Pino. Advierte que, sea cual sea el próximo mandatario, la situación de deuda externa limitará considerablemente la capacidad de maniobra en términos macroeconómicos.

Medio ambiente

Históricamente, durante toda la era de Rafael Correa se potenció y consolidó la industria de extracción de petróleo, la cual se vio reforzada durante este periodo con Noboa en la presidencia, mediante la expedición de nuevas licencias. Sin embargo, la idea de romper con el “techo” del correísmo, que se ha vuelto popular durante la campaña de González, también supondría modificar este patrón. Nuevamente, su propuesta económica contempla una era pospetrolera, lo cual tendría consecuencias significativas para el medio ambiente.

Pino destaca que, en este sentido, la campaña de la candidata ha contado con el respaldo de movimientos indígenas comprometidos con el cuidado del medio ambiente, por lo que romper la tradición extractivista es una de las banderas de González. “Hay un claro contraste con lo que fue el antiguo correísmo, que privilegiaba el modelo extractivista. El correísmo de entonces siempre tuvo una tensión entre su apuesta extractiva –para generar mayores dividendos a partir de la industria petrolera y los megaproyectos energéticos– y otras prioridades. Actualmente, la propuesta de Luisa González plantea una transición con menor participación del sector petrolero y el respeto a los compromisos ya adquiridos en términos medioambientales”, explica.

La crisis energética

Uno de los pilares del correísmo fue el fortalecimiento de la infraestructura energética en Ecuador. Aunque en su momento muchas de esas obras fueron ampliamente criticadas y denominadas “elefantes blancos”, la crisis eléctrica del último año –con cortes de hasta 12 o 14 horas– ha cambiado el panorama. En ese contexto, Luisa González priorizaría la recuperación y el aprovechamiento del parque energético consolidado durante el auge del correísmo.

La energía eléctrica, según la candidata, debe considerarse un bien esencial de los ciudadanos, por lo que el Ejecutivo sería el responsable de garantizar este derecho por encima de las lógicas de mercado.

“Se trata de darle mantenimiento, de volver a poner en funcionamiento el parque termoeléctrico y de recuperar un plan estratégico desarrollado durante el gobierno de Correa, en el que se detallaban los distintos tipos de inversión necesarios para su sostenimiento. Ese plan permitió que el sector hidroeléctrico y energético funcionara adecuadamente, pero los gobiernos de Lenín Moreno y de Guillermo Lasso no le dieron continuidad ni propusieron alternativas”, comenta Pino.

Propuestas políticas

Han sido años convulsos en la política ecuatoriana. Desde la muerte cruzada decretada por Guillermo Lasso en 2023, pasando por la presidencia transicional de Noboa y el reajuste planificado con el próximo periodo presidencial, surge la interrogante de si, con una victoria de González, se continuarían los ajustes políticos y, eventualmente, los constitucionales.

Cabe recordar que la última constitución del Ecuador fue promovida por el correísmo en 2008, por lo que es poco probable que la agenda de la presidenta incluya planes para cambiar radicalmente la Carta Magna. Por el contrario, sí se podría esperar la reversión de algunos cambios institucionales implementados en administraciones anteriores, como la restauración del Ministerio de Justicia, disuelto durante el mandato de Lenín Moreno.

En el ámbito legislativo, el profesor Pino resalta la fortaleza institucional del partido de la candidata, Revolución Ciudadana, lo que constituiría un bastión a la hora de promover reformas en la Asamblea Nacional, donde ostentan la mayoría con 48 de 137 escaños.

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