El candidato Hugo Chávez, aspirante a una tercera reelección consecutiva en las presidenciales del 7 de octubre, ofrece “patria”. Henrique Capriles, el candidato elegido por la oposición, ofrece “progreso”. A dos meses de las elecciones, ambos se dan como ganadores y las encuestadoras, que hasta hace un mes daban como triunfador a Chávez, reservan sus pronósticos.
Chávez ha elegido las pantallas de televisión, los actos de Estado y los mítines en grandes ciudades como terreno de campaña. Su voz se ha escuchado en forma simultánea en todas las televisiones y radios del país durante un promedio de 36 minutos al día. La oposición ha pedido al árbitro electoral, sin éxito, que le impida a Chávez utilizar esta y otras de sus prerrogativas como presidente para hacer proselitismo.
Hace poco más de cinco meses, el presidente candidato fue sometido a una tercera cirugía para tratar un tumor maligno, después de haber sido diagnosticado con cáncer el año pasado. A pesar de que el pronóstico oficial de la enfermedad sigue siendo una incógnita, éste ha dejado de ser tema de debate en el país. Chávez asiste a cada mitin encaramado en un camión y camina sólo lo necesario, pero una vez que está en la tarima, bañado de multitudes, procura saltar y bailar todo lo que puede.
Henrique Capriles, mientras tanto, recorre el país profundo buscando el voto casa por casa. Durante el primer mes de la campaña, que comenzó el 1º de julio, ha visitado 118 de los pueblos más apartados, en 21 de los 24 estados del país.
Las encuestadoras no han publicado estudios recientes. Las últimas mediciones, que en su mayoría daban a Chávez una ventaja de entre 10 y 20 puntos, son de finales de junio. El elevado porcentaje de indecisos (23% en su sondeo) dificulta cualquier pronóstico.