
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Las banderas ondearon a media asta el domingo en la capital estadounidense. La muerte de John McCain, senador republicano por el estado de Arizona, ha conmocionado a Estados Unidos. Tras 13 meses de lucha contra un cáncer cerebral, decidió abandonar su tratamiento médico el 24 de agosto a los 81 años. En la noche del sábado 25, un día después, falleció por complicaciones médicas.
Piloto durante la guerra de Vietnam y candidato a la presidencia en 2008, McCain es considerado como un héroe y emblema nacional. El 26 de octubre de 1967, cuando tenía 31 años, el avión de McCain fue derribado en Hanoi (Vietnam) y allí fue capturado como prisionero de guerra durante cinco años y medio, sometido a torturas físicas y mentales.
“En prisión, me enamoré de mi país. Lo había amado antes, pero como la mayoría de los jóvenes, mi afecto no era más que una simple apreciación de las comodidades y privilegios de los que la mayoría de los estadounidenses disfrutaban y daban por sentado. No fue hasta que perdí Estados Unidos por un tiempo que me di cuenta de cuánto la amaba”, contó McCain sobre su tiempo en Vietnam.
Tras su regreso a la vida civil comenzó su carrera política en Arizona y en 1986 fue elegido como congresista. McCain se convirtió en un referente de los debates sobre política internacional y defensa de Estados Unidos. Era un asiduo visitante de capitales extranjeras, adonde viajaba regularmente integrando delegaciones parlamentarias en Bagdad, Medio Oriente e incluso en Kiev, capital de Ucrania. Le recomendamos: "No sé cuánto tiempo voy a estar aquí": John McCain
En cuanto a Colombia, se concentró en los debates sobre seguridad y el Tratado de Libre Comercio entre los dos países, siempre manifestando ser un aliado de los colombianos. “El senador McCain era partidario incondicional de Colombia. Entendió que un país seguro, democrático y próspero era en interés nacional de los Estados Unidos. Él ejemplificó el bipartidismo y la determinación, cualidad que fue evidente en la aprobación del Plan Colombia hace 18 años”, aseguró Michael Shifter, presidente del Inter-American Dialogue.
Por su cercanía con el país, tanto el presidente Iván Duque como el expresidente Juan Manuel Santos lamentaron su fallecimiento mediante mensajes personales. Otros líderes mundiales como Justin Trudeau, primer ministro canadiense; su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu, y la canciller alemana, Angela Merkel, también rindieron tributo a la trayectoria del senador. Desde la otra costa también llegaron mensajes. El periódico China Daily lo calificó como “un titán de la política estadounidense” y de ser la “conciencia del partido republicano”.
Pese a su terrible experiencia como prisionero, McCain fue un feroz partidario de la guerra de Irak y lamentó el retiro de las tropas estadounidenses bajo el mandato del presidente Barack Obama. Su defensa de un alza permanente de los gastos militares le valió críticas tanto de la derecha como de la izquierda.
Pero su compromiso contra la tortura, su lucha por una reforma de la inmigración favorable a los indocumentados y su defensa de una tradición política de civilidad le hicieron trascender las divisiones partidistas habituales para aliarse con los demócratas. Siempre apegado a sus convicciones, se ganó el respeto de sus contrincantes en la escena política, por lo que hoy es homenajeado de forma casi universal.
Así como ocurrió con John F. Kennedy, Ronald Reagan o Rosa Parks, su ataúd será expuesto en la rotonda del Capitolio en Washington, un honor reservado a aquellos que han marcado la historia de Estados Unidos. Su entierro se llevará a cabo en el cementerio de la Academia Naval de Annapolis, en la costa este, donde comenzó su formación militar. Su féretro también será presentado en el capitolio de Arizona, al que representó durante más de 35 años en el Congreso. Las exequias, por otro lado, se llevarán a cabo en la Catedral Nacional de Washington.
La muerte de McCain reunió a representantes de los dos partidos políticos tradicionales de la nación. Los expresidentes Barack Obama y George W. Bush, un demócrata y un republicano, pronunciarán sus elogios fúnebres para cumplir con las peticiones del senador. El otro deseo que mantuvo McCain sobre su muerte fue que el presidente Donald Trump no participara de su funeral. En este caso, sería el vicepresidente Mike Pence quien asista a la ceremonia. Lea también: El último deseo de John McCain: que Trump no vaya a su funeral
La relación de McCain con Trump nunca fue buena. Además de ser uno de los principales críticos del presidente, el senador advirtió durante la campaña a la presidencia de 2016 que no votaría por él y que no ocultaba su desprecio por el candidato. Tras su muerte, el presidente Trump se limitó a darle sus condolencias a la familia McCain, sin mencionar la trayectoria política de su compañero de partido. Por el contrario, su esposa Melania, su hija Ivanka y el vicepresidente Pence saludaron el servicio a la patria que realizó en vida el senador.
“Hoy, el Partido Republicano sigue estando abrumadoramente detrás de Trump. Desafortunadamente, Washington se ha vuelto mucho más partidista, polarizado y disfuncional. McCain no era la norma, sino la excepción. Afortunadamente, al enfrentar los desafíos de la política exterior, incluida Colombia, el Congreso comenzará a recapturar el enfoque de creación de consenso que fue la marca registrada del senador McCain”, concluyó Shifter.