Gabriel Boric se posicionó como presidente de Chile este viernes 11 de marzo. Su principal bandera para ganar la presidencia fue un giro drástico en el país. Su promesa es impulsar a Chile hacia un Estado con conciencia ecológica, feminista y capaz de reducir las desigualdades sociales.
En octubre de 2019 las calles de Chile vivieron un estallido social sin precedentes. El nuevo gobierno tendrá que responder a la demanda social que exige mejores condiciones de salud, educación, jubilación e igualdad social. Y a su vez, tendrá que sumar apoyos para concretar la parte final del proceso constituyente. En este 2022 el gobierno tendrá que convocar un plebiscito para aprobar o rechazar una nueva constitución que reemplace la actual Carta Magna, herencia de la dictadura de los años 1973 hasta 1990 de Augusto Pinochet.
A este nuevo equipo en el poder le tocará gobernar con un Parlamento fraccionado y una minoría de la nueva alianza oficialista, conformada por el Frente Amplio y el Partido Comunista, así como un posible apoyo del Partido Socialista. Sin embargo, no le bastará para obtener una mayoría mínima en el Legislativo que respalde sus propuestas, como una ambiciosa reforma tributaria que recaude el 5 % del PIB para financiarlas.