
Vista aérea de Nuuk, capital de Groenlandia, cuya política exterior y de defensa depende de Dinamarca.
Foto: AFP - ODD ANDERSEN
Groenlandia es una vieja obsesión de Donald Trump. En 2019, en su primer mandato, se le escuchó decir que la quería comprar. Ahora, tras casi un año de haber llegado otra vez a la Casa Blanca, su discurso se ha vuelto más combativo. El nombramiento del gobernador de Luisiana, Jeff Landry, como su enviado especial provocó rechazo en la isla y en Europa, que en medio de la guerra de Ucrania vive momentos retadores en materia de defensa y economía. A la sombra está la tensa relación de Nuuk (capital de Groenlandia) con Washington, sobre todo...
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