La sexta audiencia del comité selecto de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos sobre el asalto al capitolio el 6 de enero de 2021 ocurrió este martes 28 de junio.
La audiencia se dedicó enteramente al testimonio de Cassidy Hutchinson, exasesora sénior del jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows. Hutchinson, de 25 años, es la primera funcionaria de la Casa Blanca en testificar en audiencia. A diferencia de los demás testigos, se anunció la presencia de Hutchinson con solo 24 horas de antelación.
Bajo juramento, Hutchinson aseguró que había escuchado mencionar a los grupos nacionalistas Oath Keepers y Proud Boys durante la planificación del mitin de Trump del 6 de enero, en una reunión donde estaba el abogado personal del expresidente, Rudy Giuliani. Varios líderes de esos grupos fueron posteriormente acusados de conspiración y sedición por su responsabilidad en la insurrección contra el capitolio. De acuerdo con el testimonio de Hutchinson, a Trump y a Meadows se les dijo que algunos de los asistentes al mitin personas portaban armas de fuego, y por eso no podían pasar magnetómetros para ingresar.
“No me importa una mierda que tengan armas. No están aquí para lastimarme”, dijo Trump, según Hutchinson. “Dejen entrar a mi gente. Pueden marchar al Capitolio desde aquí”. Trump ordenó que retiraran los magnetómetros. El mitin donde habló culminó con la insurrección, que se saldó con 5 muertos, al menos 138 policías heridos y más de 800 arrestos.
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El comité reprodujo transmisiones de radio de advertencias policiales sobre personas con armas, entre las que había rifles AR-15.
Hutchinson afirmó que el 6 de enero Tony Ornato, subjefe de gabinete, le contó que cuando los agentes del servicio secreto que conducían su carro le informaron a Trump que no lo llevarían al capitolio, él intentó redirigir a la fuerza el carro. Según Hutchinson, el entonces presidente se lanzó contra la garganta de un agente del servicio secreto.
El 1 de diciembre de 2021, cuando el fiscal general Bill Barr, nombrado por el mismo Trump, desestimó las acusaciones de presunto fraude, el presidente se encontraba almorzando en un comedor de la Casa Blanca. Hutchinson entró al comedor minutos después y vio un desastre. Trump, histérico, había arrojado el plato contra la pared. Según Hutchinson, estos episodios eran frecuentes.
Meadows, según se dijo en audiencias anteriores, buscó todos los medios posibles para torpedear el nombramiento de Biden como presidente. Hutchinson contó que su entonces jefe le dijo que Trump respaldaba los cánticos de los insurrectos de “¡Cuelguen a Mike Pence!” por no oponerse a la certificación de votos que le correspondía al congreso.
Cuando Pat Cipollone, abogado de la Casa Blanca, le dijo a Meadows que debían hacer algo al respecto, Meadows le respondió “Escuchaste [a Trump], Pat. Cree que Mike se lo merece. No cree que estén haciendo nada malo”.
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Algunos de los asesores más cercanos de Trump, incluido Meadows, temían que el 6 de enero se volviera violento. Meadows le dijo a Hutchinson que “las cosas podrían ponerse muy, muy mal el 6 de enero”.
Tras la insurrección, Meadows, Giuliani y varios congresistas republicanos buscaron indultos presidenciales por su responsabilidad en la insurrección.
“Estamos en deuda con la señorita Hutchinson”, Liz Cheney
Varias voces que se identifican altamente conservadoras, militantes del Partido Republicano e, incluso, otrora servidoras de Trump, aplaudieron a Cassidy Hutchinson.
Liz Cheney, representante republicana y vicepresidenta del comité, cerró agradeciéndole a Cassidy Hutchinson por atreverse a hablar. Reconoció que lo que ella hizo “no es fácil” y que “lo fácil es ocultarse”.
Finalmente, Cheney mostró evidencias de presuntos intentos de manipulación e intimidación a los testigos de las audiencias.
Minutos luego de la audiencia, los comentaristas políticos de Fox News, noticiero de línea editorial republicana, se veían desconcertados al aire. El presentador Bret Baier, si bien señaló que deseaba que algunos de los aliados de Trump en el Congreso hicieran parte del comité, dijo sobre la audiencia que “El testimonio en sí mismo es muy, muy poderoso”. Luego, los tres comentaristas quedaron en silencio.
El testimonio juramentado de Hutchinson derrumba la defensa de Trump de que lo tomó por sorpresa lo ocurrido en el capitolio. La oficina de Hutchinson estaba a pocos metros de la sala oval. Su testimonio, por su cercanía con el presidente y su equipo, es por ahora el más comprometedor.
Mick Mulvaney, exrepresentante a la Cámara del Partido Republicano, también aplaudió el pronunciamiento de Hutchinson y dijo vía Twitter que su testimonio probablemente implique un pronunciamiento de Meadows y las personas que señaló. Esto porque, en efecto, la gravedad de las afirmaciones obligaría a los señalados a desmentirlas, en caso de ser falsas.
Por su parte, la exsecretaria de prensa de Trump, Sarah Matthews, aplaudió la valentía de su antigua colega. Lo mismo hizo Alyssa Farah Griffin, quien afirmó en CNN que encontraba en Hutchinson una mujer “inspiradora” y, por Twitter, repudió a los hombres que la doblaban en edad, eran menos valientes y no comparecían ante la audiencia.
Cassidy Hutchinson decidió hablar cuando vio que el presidente Trump era indiferente ante el riesgo que corría Mike Pence, el vicepresidente. Un sentimiento similar parecen experimentar varias figuras del Partido Republicano, quienes pese a identificarse ideológicamente, perciben en él una amenaza para la democracia.
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