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Javier Milei reprime en las calles mientras busca dinero del FMI

El presidente argentino logró el visto bueno para pedir un nuevo préstamo, pero las manifestaciones en las calles recordaron que el descontento sigue al alza.

Hugo Santiago Caro

20 de marzo de 2025 - 06:00 a. m.
Personas participan en una manifestación este miércoles, frente al Congreso en Buenos Aires (Argentina).
Foto: EFE - JUAN IGNACIO RONCORONI
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Mientras sigue en vilo la salud de Pablo Grillo, el fotógrafo herido en la cabeza por una granada de humo durante las protestas en apoyo a los jubilados en Buenos Aires la semana pasada, este miércoles la tensión volvió a las calles con manifestantes y efectivos del Ministerio de Seguridad midiendo fuerzas en un ambiente cargado.

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Las protestas no son nuevas. Cada miércoles, en los últimos meses, se han reunido cientos de jubilados en la plaza del Congreso como protesta por los recortes hechos por el gobierno del libertario Javier Milei, quien viene cosechando cada vez más descontento en las calles, en contraposición a la popularidad con la que llegó a la Casa Rosada en diciembre de 2023. Según el portal Statista, para febrero de 2025, la popularidad de Milei rozaba el 41 %, lo que marca un contraste con el pico de casi el 48 % que tuvo en noviembre de 2024.

Sin embargo, lejos de surtir el efecto que esperaba la cartera de Defensa, en cabeza de Patricia Bullrich, como suele pasar en la mayoría de los casos de respuestas represivas, lo ocurrido con Pablo Grillo motivó aún más a los manifestantes, que salieron a la calle este miércoles.

“Nombrar a Patricia Bullrich como ministra de Seguridad es un mensaje claro. Es lo que estamos acostumbrados a ver en otros lugares donde hay tolerancia cero a la discrepancia y a la manifestación: hay una disposición y una carta blanca para que las fuerzas de seguridad utilicen la fuerza, incluso cuando esto podría causar heridos o muertes”, explica Rodolfo Colalongo, experto en populismo y docente de la Universidad Externado.

Colalongo también enfatiza en lo inusual que es este nivel de represión y en cómo la misma movilización social tiene poca tolerancia a estas maniobras: “En 2001, creo que hubo alrededor de 39 muertos, y un presidente tuvo que salir en helicóptero de la Casa Rosada. Fue una situación de descontrol total. Por lo tanto, no es aconsejable llegar a esas instancias”.

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Y así, con el respaldo de las Madres de Plaza de Mayo, piqueteros, sindicatos y líderes políticos de izquierda, como Myriam Bregman (excandidata presidencial), y movimientos como La Cámpora (cercanos al kirchnerismo), desde las 5 de la tarde (hora de Buenos Aires) los manifestantes se enfrentaron a un aparato estatal que había ampliado su presencia para blindar aún más el Congreso.

Desde la mañana, en medios de comunicación y estaciones de tren y metro, el Estado había advertido textualmente que iba a “reprimir a los violentos”. Es decir, Bullrich seguía adelante con su táctica de respuesta.

Mientras los manifestantes rodeaban el perímetro establecido cerca del Congreso, casi en simultáneo, en el interior, los parlamentarios, liderados por el presidente de la Cámara y miembro de La Libertad Avanza, Martín Menem, aprobaban con 129 votos a favor, 108 en contra y seis abstenciones el visto bueno para que Javier Milei obtuviera un préstamo del FMI, con un monto aún por definir y un plazo de pago de 10 años.

De esta forma Milei, casi un año y medio después, sigue buscando solucionar una crisis económica en Argentina que parece eterna. Ya en épocas de Alberto Fernández se gestionó el último de estos préstamos, desembolsado en enero de 2024. Sin embargo, no fue un catalizador efectivo para la crisis.

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“Ahora corre el riesgo de que se repita el modelo anterior, como le sucedió a Mauricio Macri (quien también adquirió un préstamo con el FMI). Es un modelo que ha favorecido la especulación financiera. Entonces, los actores económicos no creerían que el gobierno tenga la solvencia y el respaldo para sostener esto. En consecuencia, usarían ese dinero para liquidar sus posiciones, enviar remesas o cualquier otro propósito. Y, en unos meses, el dinero se agotaría y volveríamos al mismo problema”, opina Matías Bianchi, analista y director del centro de pensamiento Asuntos del Sur.

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Aunque en la calle, al cierre de esta edición, no había un malestar general como en la ocasión en que quedó herido Pablo Grillo, la tensión estaba en el ambiente. Y si bien Milei consiguió una victoria, puede ser efímera: todo sucedió con urgencia el mismo día, un síntoma claro de la necesidad del gobierno libertario de maniobrar rápido.

“Es un gobierno frágil institucionalmente. No tiene gobernadores propios, no tiene un partido consolidado, no controla ninguna de las cámaras del Congreso, ni siquiera con minorías significativas. Entonces, avanza principalmente a través de decretos de necesidad y urgencia, ejerciendo presión. Lo que sí ha tenido es el apoyo de los medios de comunicación, las redes sociales y una legitimidad considerable. Esa parte parece empezar a resquebrajarse poco a poco”, explica Bianchi.

Ambas estrategias, reprimir en la calle y presionar con su agenda, son apuestas que en cualquier momento pueden jugar en contra de Milei. El préstamo al FMI, como ya explicó Bianchi, puede que no resuelva la crisis económica ni logre bajar, como aspiran, el cepo cambiario. Por otro lado, en las calles, aunque la jornada tuvo relativa tranquilidad, otro episodio como el de Grillo podría desatar un estallido social peligroso. “Si hay represión con muertos, comienza el final de este gobierno, porque el contrato democrático y social en Argentina no lo permite. En ese caso, las marchas se multiplicarían y se sumarían más actores. El gobierno está en un juego difícil, pero quizá también apostando a un cambio de época”, enfatiza Bianchi.

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Sindicatos, piqueteros, barras de fútbol y grupos sociales, como los jubilados, se mostraron listos para salir a la calle cuando sea necesario. Dependerá de Milei escuchar o mantener la tolerancia cero y asumir las consecuencias.

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Por Hugo Santiago Caro

Periodista de la sección Mundo de El Espectador. Actualmente cubre temas internacionales, con especial atención a derechos humanos, migración y política exterior.@HugoCaroJhcaro@elespectador.com
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