El gobierno de Donald Trump está considerando prohibir los viajes a Estados Unidos por parte de los miembros del Partido Comunista de China y de sus familias, una medida radical que se asemeja al veto que se impuso a los migrantes de seis países musulmanes en 2017.
Según fuentes familiarizadas con la Casa Blanca, la propuesta todavía es un borrador en el cual se expresa, además, que Estados Unidos podrá revocar las visas a los miembros de este partido que ya se encuentran en el país.
De aprobarse, este plan conduciría a represalia inmediatas por parte del gobierno de China, quien también podría imponer restricciones a los estadounidenses que desean ingresar al país asiático o a quienes ya se encuentran allí.
En 2017, el gobierno Trump, citando un estatuto de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, prohibió el viaje de una serie de países predominantemente musulmanes debido a que se consideraban “perjudiciales para los intereses de Estados Unidos”. La medida se expandió a comienzos de este año elevando el veto de seis a 13 naciones, incluyendo Nigeria y Myanmar, a quienes se les suspendió las visas de inmigrante.
Las relaciones entre China y Estados Unidos continúan deteriorándose bajo la administración Trump, quien ha criticado constantemente la relación comercial entre ambos países, las posturas chinas en la región asiática y más recientemente su manejo frente a la pandemia de coronavirus.
El miércoles, tras el anuncio de Washington de un nuevo paquete de sanciones a empleados de Huawei, Pekín convocó al embajador de Estados Unidos en China, Terry Branstad, para revisar las recientes acciones del gobierno de Donald Trump las cuales fueron calificadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores de China como “una injerencia flagrante” en los asuntos internos del país que “vulnera seriamente las leyes internacionales”.
Sin embargo, como narra el exasesor de Seguridad Nacional de Trump en su libro La habitación donde ocurrió, las relaciones entre el presidente estadounidense y China no siempre han sido tan tenaces como el republicano ha demostrado en público.
Trump le habría “suplicado” a su homólogo chino, Xi Jinping, que lo ayudara a ganar las elecciones presidenciales de este año y a cambio le dijo que aprobaría la represión a Hong Kong, de la cual ha hecho gala públicamente de desestimar, y la represión a los uigures en la región autónoma de Xinjiang.