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La cuerda floja en la que camina Martín Vizcarra, presidente de Perú

El presidente de Perú, Martín Vizcarra, puede ser destituido hoy, cuando el Congreso, liderado por la oposición, vote. La promesa anticorrupción que tanto defendió el mandatario podría quedar reducida a nada.

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18 de septiembre de 2020 - 03:00 a. m.
Politólogos ven poco probable que el presidente Martín  Vizcarra sea destituido. / EFE
Politólogos ven poco probable que el presidente Martín Vizcarra sea destituido. / EFE
Foto: EFE - ---
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Hoy Perú vive un evento político que a la luz de otros países podría parecer insólito: el presidente Martín Vizcarra se sentará en el banquillo del Congreso para una posible destitución por “incapacidad moral”. Sin embargo, en el país suramericano es más bien frecuente que un mandatario sea acusado de corrupción. De prosperar el proceso, que ni la pandemia pudo contener, la salida del cargo se sumaría a las dos mociones de censura a las que se enfrentó su antecesor, Pedro Pablo Kuczynski, y los líos judiciales de otros tres expresidentes.

La única carta disponible que tenía Vizcarra para salvarse era solicitarle una medida cautelar al Tribunal Supremo para que detuviera la acusación, pero el organismo fue determinante y afirmó que no hay vuelta atrás y que se tendrá que someter a juicio político. “Por cinco votos contra dos, se ha decidido rechazar la medida cautelar planteada por el Ejecutivo”, anunció Marianella Ledesma, presidenta de la alta Corte.

Además, Ledesma aseguró que los siete magistrados de la Corte, cuyos fallos son inapelables, no concedieron la medida cautelar porque “a la luz de las declaraciones de líderes políticos, el riesgo de que suceda la vacancia del mandatario se ha debilitado y no hay una urgencia manifiesta”.

“Es un complot contra la democracia”, afirmó el presidente, quien cuenta con altos niveles de popularidad desde que asumió el poder en 2018, pero que gobierna con un Congreso liderado por la oposición. En esta ocasión, pusieron la lupa en la contratación que se hizo desde el gobierno del cantante Richard Swing Cisneros, a raíz de unos audios presentados por el opositor Édgar Alarcón, en los que se escucharía al mandatario instigar a dos colaboradoras a mentir ante los investigadores.

Sorprende que además haya sido la asistente del despacho presidencial, Karem Roca, quien lo grabara. “Tengo que lamentar profundamente y pedir disculpas porque una persona del despacho presidencial, en quien confiaba, no desde ahora sino desde años atrás, ha generado estos dichos que alimentan el chisme y el morbo”, dijo el presidente.

“Roca apuñaló a su jefe con un arma afilada por forajidos. El resultado fue un presidente balbuceante, atrapado entre presuntas aventurillas que en su desliz arrastraron credibilidad y credenciales democráticas hacia la incertidumbre de una matriz en Piedras Gordas. Todo por no poder decir honestamente cuántas veces ingresó a Palacio de Gobierno un cantautor cuyo cabello cambia de tonalidad cada semana y cuya necesidad de atención equivale a dos agujeros negros”, aseguró Jaime Bedoya, de El Comercio.

Aunque en Perú todo es posible, el politólogo de la Universidad Católica de Perú, Fernando Tuesta, afirmó: “Los congresistas interpretan que el presidente ha mentido, de modo que está incapacitado moralmente para seguir en el cargo. Algo que es un despropósito increíble. Diferentes partidos ya han anunciado que votarán en contra. Por eso no creo que el presidente sea destituido”.

La falsa promesa

La destitución de Vizcarra sería mucho más que un golpe político. Sería el quiebre de una serie de decisiones y promesas dirigidas a renovar la clase política y erradicar la corrupción estructural del aparato estatal. Durante su mandato, el presidente se esmeró en sacar adelante su reforma a la justicia, proyectos de reforma del sistema político e incluso disolvió el Congreso.

Además, entraría al popular club de presidentes peruanos acusados de escándalos de corrupción tras la revelación de audios. En el año 2000 le sacaron a Alberto Fujimori los “vladivideos”. Luego, en 2008, los “petroaudios” golpearían a Alan García y, finalmente, en 2018, Kuczynski saldría por la puerta de atrás tras la publicación de los “mamanivideos”.

Como afirmó el reportero Jonathan Castro en The Washington Post: “Su bandera anticorrupción ha quedado manchada. Y aunque, según una encuesta de la empresa Ipsos, un 79 % de los encuestados consideran que Vizcarra debe continuar con su presidencia, la opinión pública difícilmente volverá a mostrar un apoyo mayoritario mientras la población peruana siga luchando por sobrevivir durante la crisis sanitaria”.

¿Quién es Manuel Merino?

Manuel Merino fue una figura que pasó inadvertida en la política nacional, hasta que en marzo de este año fue elegido como presidente del Congreso de Perú.

Fue legislador entre 2001 y 2006, y una vez más entre 2011 y 2016. Este es su tercer período en el Congreso. Consiguió su curul con menos de 6 mil votos en las pasadas elecciones legislativas extraordinarias que convocó Vizcarra tras disolver el Congreso, en septiembre de 2019. Sin embargo, el proceso de moción de censura al presidente le ha dado a Merino la prensa con la que no contaba, aunque no la popularidad que necesita.La desaprobación de Merino es del 72 %, según una última encuesta de Ipsos Perú. En agosto esa cifra se ubicaba en el 59 %. La propuesta de la vacancia presidencial habría sido la causa del aumento de su impopularidad. Pese a estas cifras y al poco apoyo de los peruanos, Marino, del Partido Acción Popular, es quien está llamado a reemplazar a Vizcarra el viernes si el jefe de Estado llega a ser destituido.

Merino estudió agronomía, aunque no es titulado. Sería entonces el primer presidente sin formación académica y llegaría con solo 5.271 votos preferenciales al cargo. Ha sido más reconocido como ganadero que como político. Logró ser presidente de la Comisión de Defensa del Consumidor y presidente de la Comisión de Vivienda, pero no se ha destacado en ningún gran proyecto como legislador.

Es el “típico cacique provinciano y un político discreto y tradicional de vieja escuela”, señala el analista José Carlos Requena. Siempre ha sido elegido para representar al departamento de Tumbes, por lo que ha recibido apoyo de otros legisladores de provincia que critican el centralismo de la política de Perú.

Su inexperiencia como político es notable. No comprende los roles en el sistema democrático, pues, según el ministro de Defensa, Jorge Chávez, estuvo llamando a los generales para comentarles sobre el proceso de moción de censura a Vizcarra antes de que este se aprobara, lo que no solo fue una gran imprudencia, sino que es una acción que choca con el orden democrático y prendió las alarmas sobre los intentos de involucrar a las Fuerzas Armadas en el pedido de destitución del presidente.

La gran pregunta es si, de llegar a la presidencia, este aficionado a las peleas de gallos podría formar un gobierno sólido que resista los próximos 10 meses hasta que se realicen de nuevo elecciones presidenciales. Cuatro partidos opositores a Vizcarra comparten una compleja alianza política que genera dudas sobre la solidez de un posible nuevo gobierno.

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