Según reportó El Faro, la Mara Salvatrucha (MS-13), una de las pandillas que operan en El Salvador, admitió haber sido la responsable de la muerte de 87 personas entre el 25 y el 27 de marzo, en lo que se convirtió en la jornada más violenta que ha vivido el país en los últimos veinte años. Voceros de la MS-13 revelaron a El Faro que los asesinatos fueron su respuesta a lo que consideraron una “traición” del Gobierno del presidente Nayib Bukele al pacto que mantenían desde hace al menos dos años y medio.
“(Se rompió el acuerdo) porque ellos (el Gobierno) hicieron cosas que no tenían que hacer, desde ahí es por lo que se levantaron esos 80 muertos que pasaron en esas fechas, ¿me explico? Incumplieron, hicieron capturas que no tenían que hacer, donde ellos dijeron ‘lleguen a tal lugar, vamos a dialogar’ y en lugar de dialogar, capturaron”, explicó al medio salvadoreño un líder de la MS-13 que se encuentra fuera de El Salvador.
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En las grabaciones a las que tuvo acceso el periódico digital, se le escucha a Carlos Marroquín, director de Reconstrucción del Tejido Social y uno de los negociadores con las pandillas, culpar de lo sucedido en marzo al ministro de Seguridad y Justicia, Gustavo Villatoro, pues, según dice, a diferencia de este último, su interés era mantener las negociaciones durante el pico de los homicidios. Además, se refirió a los tres días de la masacre como una presión del Gobierno.
Según las declaraciones hechas a El Faro, la ruptura entre el Gobierno y las pandillas se dio por la detención de un grupo de emeeses que viajaban en un vehículo gubernamental. Uno de los voceros de la MS-13 aseguró que “unos hermanos, cuando los torcieron, tenían un vehículo oficial de aquí del sistema, y les mandaron un chofer, también proporcionado por este Lobo”, aseguró. Lobo, según confirmó ese vocero de la MS-13 y uno del Barrio 18 (otra pandilla), era el seudónimo de Osiris Luna, viceministro de Seguridad Pública y director de Centros Penales, se lee en el medio de comunicación salvadoreño.
Un ultimátum al Gobierno fue la respuesta de los líderes de la MS-13: en un plazo de 72 horas debían ser liberados los pandilleros que fueron detenidos, mensaje que, según Marroquín, llegó a oídos de Bukele. “Yo ya le tiré a Batman que hay 72 horas para dar una respuesta, él no se lo tomó a bien, se lo tomó a mal, como que ‘a mí que no me anden amenazando’ (...). La onda está en que lo que Batman me dijo fue ‘vamos a ver cómo se reacciona en las próximas horas y yo te aviso si nos reunimos mañana’. Y entonces, yo, la herramienta que necesito ahorita, brother, es que le trasladen ya a la gente que paren, que ahorita paren, que me den chance para ver si logramos retomar o si no”, se escucha en uno de los audios.
De acuerdo con dicho material, Marroquín hizo varias referencias a Nayib Bukele, bajo el seudónimo de Batman, lo que, según se lee en El Faro, da indicios de que el presidente sabía de lo que su representare en las negociaciones habló con los líderes pandilleros.
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