Una cosa les debió quedar clara a los cancilleres y representantes de 11 de los 12 países de la Unión de Naciones Suramericanas, que el jueves se encontraron en Ecuador para hablar de las desavenencias colombo-venezolanas: con el mundo lleno de celulares BlackBerry, es imposible hacer una reunión de estas características a puerta cerrada.
La cantidad de detalles que se filtraron el jueves, venidas del corazón de la reunión vía mensajes de texto, permitió poco a poco ir reconstruyendo lo ocurrido en la reunión. Que los cancilleres de Venezuela y Colombia se tomaron una hora cada uno para hablar. Que primero habló Maduro, quien denunció que Colombia planeaba atacarla antes del 7 de agosto. Que luego lo hizo Colombia: mostró las evidencias de la presencia de las Farc y exigió la creación de un mecanismo para luchar contra esa guerrilla en la región. Que, finalmente, Brasil puso cinco puntos en la mesa y sobre ellos se centró la discusión, tal como informó de manera anticipada la cadena Telesur.
El debate duró un poco más de tres horas. Según fuentes en la reunión, la gran mayoría de países asumieron posiciones muy discretas: no hubo un apoyo completamente abierto a la petición colombiana ni mucho menos a las intenciones venezolanas de elaborar un “proceso de paz” para Colombia. Sólo un país —Chile, representado por el canciller Alfredo Moreno— habló con nombre propio de las Farc y el Eln como grupos “armados irregulares” cuyas amenazas la región debe combatir.
Al final, hechos los debidos ajustes a la propuesta traída por Brasil, las 11 misiones diplomáticas acordaron una declaración de cinco puntos (ésta se debe producir por consenso). Resumidos, los puntos determinaban: primero, “el compromiso de Unasur” para construir “una zona de paz y cooperación” en la región; segundo, el compromiso a la solución pacífica y diplomática de los conflictos; tercero, el más importante, Unasur “reitera el compromiso de sus Estados miembros para combatir las amenazas que provengan de la acción de grupos armados irregulares, o de organizaciones criminales y del narcotráfico”. Con este objetivo solicitan a la Presidencia Pro Tempore (Ecuador) y a la Secretaría General (Néstor Kirchner, de Argentina) que se avance en la definición de mecanismos, bilaterales y multilaterales, de cooperación eficaz y así garantizar la seguridad y paz en la región; cuarto, solicitud a Ecuador para que “recoja las propuestas de los países miembros presentadas con el fin de asegurar la paz”; quinto, citación a una cumbre de presidentes, sin fecha determinada.
Los cancilleres de Colombia y Venezuela procedieron a consultar con sus respectivos presidentes. El canciller Jaime Bermúdez recibió el visto bueno —al fin y al cabo, Colombia había logrado introducir lo que tanto había pedido, un “mecanismo de cooperación eficaz”—. Maduro, regresó en cambio con la negativa del presidente Chávez. “A último minuto Venezuela se echó para atrás”, reprochó Bermúdez después.
Una fuente cercana a la reunión aseguró que los cancilleres aprobaron que el ministro de Relaciones Exteriores ecuatoriano, Ricardo Patiño, leyera el documento, así no fuera oficial. Pero segundos antes de hacer las declaraciones, y con toda la prensa frente ellos, Maduro le pidió a Patiño que se abstuviera de leerlo. Al diplomático no le quedó de otra que hacer un resumen “personal” de lo discutido.
Minutos después, tras el reproche colombiano, Maduro tildó de “mentiroso” a Bermúdez. “Nosotros no vinimos a Quito a firmar ninguna declaración”, dijo. “Vinimos a intercambiar propuestas sobre una metodología para un proceso de paz en Colombia”. Un proceso, dijo, en el que Hugo Chávez viene trabajando hace 11 años.
Un proceso que no había quedado consignado en la fallida declaración.
Chávez creará 10 distritos militares fronterizos
El presidente venezolano, Hugo Chávez, aseguró el viernes que un helicóptero colombiano sobrevoló el jueves, por cinco minutos, el espacio aéreo venezolano. "Estamos expuestos, en esa frontera nuestra con Colombia", dijo el mandatario antes de anunciar que creará diez distritos militares fronterizos, que decidió instalar luego de varias reuniones para “evaluar las amenazas, las alternativas... con el Alto Mando Militar”.
Adicionalmente, el mandatario dijo que mandó inspeccionar las coordenadas denunciadas por Colombia y que las autoridades no encontraron “ vestigios de presencia guerrillera”.
Por Juan Camilo Maldonado T.
