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Esta semana, el gobierno de Nicolás Maduro, a través de la cuestionada Asamblea Nacional Constituyente, tomó las primeras represalias contra la oposición a raíz del fallido alzamiento militar del pasado 30 de abril y ordenó el allanamiento de la inmunidad parlamentaria de diez diputados del Parlamento. Una decisión que les quita el fuero parlamentario y que ha sido condenada por varios países y organismos internacionales, entre ellos las Naciones Unidas.
Uno de los señalados por el chavismo es Américo De Grazia, de 59 años y legislador por el estado de Bolívar. Según el gobierno, De Grazia, como los otros nueve diputados, participaron del levantamiento militar, que encabezó el jefe del Parlamento, Juan Guaidó. Por esta razón, el político venezolano se refugió este jueves en la embajada de Italia para evitar ser detenido y exhibido como un "trofeo", según informó el propio legislador.
"Con esta acción no pretendo ser héroe, ni mártir. Sólo quiero ser útil a mí país", dijo De Grazia sobre su ingreso a la embajada italiana.
Horas antes de que ingresará a la embajada italiana, De Grazia habló con El Espectador y afirmó, entre varias cosas, que esta ofensiva del gobierno en contra de la oposición muestra la fragilidad en la que se encuentra el gobierno chavista tras las presiones ejercidas en su contra.
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El Espectador: ¿Los tomó por sorpresa esta ofensiva de Maduro?
Américo de Grazia: No. Estas amenazas son recurrentes desde que ganamos la Asamblea Nacional en 2015. Esto no es de hoy. Las presiones en contra de nosotros son sistemáticas. Tenemos una medida de desacato, la cual no existe, desde 2016. Tenemos los sueldos y los presupuestos suspendidos. A muchos de nosotros, como en mi caso, nos han quitado el pasaporte e incluso expropiado propiedades. En el pasado les tocó a diputados como Freddy Guevara y hoy nos tocó a nosotros.
EE: ¿Cómo entiende este accionar por parte del gobierno de Maduro?
A. de G.: Yo lo entiendo como una forma de mostrar fuerza, pero a mi juicio nada esto los fortalece, sino que los debilita. Con estas acciones exhiben sin pudor que tienen miedo y evidencian sus fracturas. Ya sabemos que el Sebin está fracturado, así como parte de la Guardia Nacional y el Ejército. Incluso un organismo como el Tribunal Supremo de Justicia, que fue impuesto a dedo, ha visto como algunos de sus jueces ya no votan a favor de Maduro. Pero además de esto, con estas decisiones en contra nuestra quedan desprestigiados ante sus aliados internacionales.
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EE: ¿La oposición queda golpeada con esto?
A. de G.: De hecho, esta persecución hace que nos cohesionemos más en la necesidad de una unidad nacional, más allá de las diferencias políticas. Que nos unamos en torno a la única institución legítima en Venezuela, que es la Asamblea Nacional.
EE: ¿Cómo se enteraron de que les habían retirado la inmunidad parlamentaria a los diputados?
A. de G.: La noticia la recibimos en plena sesión de la Cámara, en la Asamblea Nacional. De hecho, estábamos discutiendo sobre el allanamiento de la inmunidad parlamentaria del diputado Edgar Zambrano. Ahora con esto estamos tomando todas las precauciones, pues ahora que Maduro está golpeado es más peligroso, porque pierden el poco pudor institucional que les quedaba.
EE: Ya que habla de Edgar Zambrano, ¿qué piensan hacer ahora sobre su caso?
A. de G.: Esperamos que la comunidad internacional medie en la liberación de Edgar Zambrano, primer vicepresidente del Parlamento, pero también en la situación de todos los diputados de la Asamblea Nacional que estamos siendo perseguidos. Pero tampoco queremos hacernos falsas ilusiones, pues el asunto es bastante complejo.
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EE: El pasado 30 de abril se vivió una jornada que para muchos fue agridulce. ¿Cómo está Venezuela a ocho días de lo ocurrido ese día?
A. de G.: El ambiente que se vive hoy en el país es tenso, agresivo. Ha habido muertos en manifestaciones y las protestas continúan, pero los hechos que movilizan la propuesta no son las convocatorias de Guaidó o de la oposición, sino las carencias básicas de los venezolanos. No hay luz, no hay agua ni transporte.
EE: Pero no solo ese día, sino en varias ocasiones se ha dicho que el final de Maduro está cerca…
A. de G.: Y lo está. Nadie dijo que iba a ser fácil, pero ahora tenemos un fuerte respaldo internacional, el liderazgo de Juan Guaidó, que no teníamos, y el control de la principal filial petrolera de PDVSA en Estados Unidos. Además, las fracturas en el círculo de Maduro son cada vez más evidentes.
EE: ¿Seguirán legislando en la Asamblea Nacional a pesar de las amenazas por parte del gobierno?
A. de G.: Pensamos seguir en la lucha con todas las previsiones y precauciones. Yo vivo con amenazas permanentes, pero ahora no puedo andar de bandera. Nos cuidaremos lo más que podamos, con prudencia.
EE: ¿Prudencia significa que no cuestionarán más a Maduro?
A. de G.: Para nada. Que seamos más precavidos no significa que dejemos de hacer nuestro trabajo, que es y será defender los intereses de los venezolanos.