“Le sacaron el corazón”: el crimen de la Mara Salvatrucha que conmociona a EE.UU.

Esta semana, en el juicio a un chico salvadoreño de 19 años que supuestamente hace parte de esa pandilla, se conocieron detalles de un atroz asesinato cometido en un parque de Maryland.

redacción internacional
25 de noviembre de 2017 - 06:25 p. m.
La MS-13 surgió en EE.UU. en los años 80.  / Foto: Tomada de elpulso.hn
La MS-13 surgió en EE.UU. en los años 80. / Foto: Tomada de elpulso.hn

Lo apuñalaron más de 100 veces, lo decapitaron y le sacaron el corazón: esos son los macabros detalles del asesinato de un hombre en Wheaton, una localidad ubicada en Maryland (Estados Unidos), que se conocieron esta semana en el juicio de un señalado integrante de la Mara Salvatrucha (MS-13), a la cual las autoridades estadounidenses responsabilizan por el atroz crimen.

De acuerdo con el diario The Washington Post, la Policía halló el cadáver en el bosque del Parque Regional Wheaton, en una tumba que los atacantes habrían cavado antes de cometer la matanza contra un hombre latino que aún permanece sin ser identificado. “La víctima fue apuñalada más de un centenar de veces, decapitada, desmembrada y su corazón fue extirpado de su pecho y arrojado en la tumba”, se reveló durante el juicio contra Miguel Ángel López, un joven de 19 años acusado de haber participado en el crimen.

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Según la información revelada por la Policía de Maryland, fue López quien apuñaló al hombre –lo cual él rechazó desde el banquillo de los acusados-, pero en el asesinato, que al parecer se cometió en el primer semestre de este año, habrían participado varios miembros más de la Mara Salvatrucha. López, ciudadano salvadoreño, se encuentra en Estados Unidos con un estatus migratorio irregular, por lo que, mientras el juicio sigue avanzando, también se están haciendo las labores para deportarlo.

Las maras salvadoreñas (la MS-13 y la M-18) surgieron en Estados Unidos a finales de los 70, en la época en que la guerra civil en El Salvador empezaba a estallar. Como señaló el periódico digital salvadoreño El Faro, “cuando los salvadoreños llegaron en masa a California en los últimos años 70 y en los primeros 80 –buscando refugio del horror que presentían en su tierra-, los mexicanos y sus descendientes, los chicanos, ya tenían décadas de organizarse en pandillas para plantar cara a los desprecios blancos y no estaban dispuestos a que los recién llegados tuvieran en aquellas calles una bienvenida que ellos no tuvieron”.

Es decir, los inmigrantes salvadoreños –la mayoría menores de edad que lograron pasar la frontera huyendo de una guerra en la que Estados Unidos intervino fuertemente- que fueron llegando a estados como California comenzaron a organizarse igual que lo hacían otros inmigrantes latinos: en pandillas. En la década de los 80, pasaron de ser adolescentes que buscaban comunidad a convertirse en una amenaza de seguridad para los Estados Unidos, al punto que entre 1990 y 1995, Estados Unidos establece un programa de deportaciones masivas hacia Centroamérica.

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“No les gusta dispararles a las personas porque es demasiado rápido. Les gusta cortarlas y dejarlas morir lentamente, así es más doloroso, y disfrutan mucho más viéndolo. Son animales”. Con esas palabras, recordó la revista Newsweek, se refirió recientemente el presidente Trump a las maras salvadoreñas, a las cuales les ha declarado “la guerra”. “Así como sacamos a Al Capone de las calles con nuestras leyes de impuestos, usaremos cualquier norma que tengamos para sacar a la MS-13 de nuestras calles”, agregó el fiscal general de los Estados Unidos, Jeff Sessions.

El asunto, sin embargo, va mucho más allá del deseo de un gobierno de erradicar a grupos violentos. El periodista Roberto Valencia analizó en el New York Times que, detrás del discurso de calificar a las maras como monstruos, hay dos objetivos: que el Congreso de Estados Unidos apruebe más fondos para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (el ICE, sigla temida entre los migrantes), y reforzar la idea de que hay que levantar el muro prometido para contener la plaga”.

Por redacción internacional

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