Los otros George Floyd que el mundo se negó a ver
La ola antirracismo que comenzó en EE. UU., tras la muerte de George Floyd, reveló que este no es un mal exclusivo de ese país. Los índices de discriminación son preocupantes en varias naciones europeas y latinoamericanas. Estos son los casos locales que sacuden a otros países.
Pertenecer a una minoría étnica es una condena en Estados Unidos; también en Reino Unido, Brasil, Birmania, Alemania, Francia y casi todos los países del mundo. Así lo gritan miles de manifestantes que han evidenciado que la discriminación de personas por su origen étnico no es un asunto exclusivo del país de George Floyd, el afroamericano asesinado por un policía blanco en Minneapolis, cuya muerte viralizó la protesta antirracial.
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Pertenecer a una minoría étnica es una condena en Estados Unidos; también en Reino Unido, Brasil, Birmania, Alemania, Francia y casi todos los países del mundo. Así lo gritan miles de manifestantes que han evidenciado que la discriminación de personas por su origen étnico no es un asunto exclusivo del país de George Floyd, el afroamericano asesinado por un policía blanco en Minneapolis, cuya muerte viralizó la protesta antirracial.
El problema llega hasta América Latina; en 2018 el Banco Mundial entregó un informe en el que destacó la inminente presencia de discriminación en América Latina, en donde los afrodescendientes que sufren las mayores desigualdades. “En América Latina, las discriminaciones raciales más importantes se producen contra las poblaciones indígenas y de origen africano”, explicaba Luis Valencia Rodríguez, del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de las Naciones Unidas.
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Estados Unidos tenía el mayor problema, pues según un informe de 2018, pues había un 182% de la discriminación racial en 2018. Particularmente en Calilfornia, Texas, Colorado, Illinois, Nueva York, Florida y Virginia; un informe de la Universidad de Harvard (2017) hablaba del creciente problema en Europa, entonces cuando la ultraderecha estaba en apogeo en el Viejo Continente, República Checa se ubicó como el país con mayor número de actos extemistas (334) en un año; Reino Unido, luego del brexit presentó más actos de racismo e intolerancia, más frecuentes, e Irlanda, se ubicó en tercer lugar. Pocos hablan de la comunidad gitana, la minoría étnica más numerosa de la Unión Europea, con seis millones de personas.
Un informe de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA) aseguró que sólo un 32% de gitanos tienen acceso a agua potable y la mayoría sufre racismo y discriminación; el 63% de los jóvenes no estudia ni trabaja por cuenta de la estigmatización.
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Francia: Adama Traoré
El caso de Adama Traoré, un joven negro de 24 años que falleció en 2016 cuando estaba bajo arresto policial, revivió en Francia gracias a George Floyd. La familia Traoré lleva años tratando de conseguir justicia para su hijo que murió en la estación de policía de Persan, casi dos horas después de su arresto. No hubo testigos ni videos y por eso el caso es uno de los muchos que quedan en el olvido. Hasta ahora, que miles piden en las calles justicia, gracias a la visibilidad de la muerte de Floyd. La semana pasada se publicó un informe forense que atribuyó la muerte de Traoré a la brutalidad ejercida por los agentes durante su detención. Por eso, Human Rights Watch instó el domingo al presidente francés, Emmanuel Macron, a poner en marcha "reformas concretas" para poner fin a los "controles de identidad abusivos y discriminatorios" y al "racismo en el seno de las fuerzas del orden”.
“Decenas de miles de personas en el país denuncian con razón el racismo y la discriminación en el seno de la policía francesa, en particular en los controles de identidad”, explica en un comunicado Bénédicte Jeannerod, directora para Francia de Human Rights Watch. La policía en Francia estuvo en el foco del debate en enero de este año tras la muerte de un mensajero luego de ser arrestado. El propio Macron reabrió el debate sobre los métodos de las fuerzas de seguridad. La Red Europea contra el Racismo (ENAR, por sus siglas en inglés) coincide en esta afirmación: “hay una tendencia a centrarse en la situación en Estados Unidos y muchos en Europa reconocen el problema en Estados Unidos sin reconocer que también es un problema en Europa, a pesar de la evidencia de que la identificación por perfil racial por parte de las fuerzas policiales es una realidad” en todo el continente también. Según el informe “Ser negro en la UE”, casi un tercio de los europeos negros habían sufrido acoso racista en los cinco años anteriores a su publicación en 2018.
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Reino Unido: Mark Duggan
El Reino Unido también tiene un caso Floyd en sus archivos. Este caso, que gracias a la ola antirracismo salió del olvido, sucedió en 2011 cuando el joven afrocaribeño Mark Duggan perdió la vida después de que la Policía le disparara en un incidente en el barrio de Tottenham (norte de Londres). Posteriormente se supo que Duggan no estaba armado cuando los agentes lo tirotearon.
Ese caso provocó protestas antirracistas y disturbios, con incendios en comercios, que se extendieron por varias ciudades y pusieron de manifiesto cuán dividida estaba la sociedad británica. Hoy su nombre es uno de los que corean los británicos en las marchas actuales.
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Alemania: Vanessa Henke
Son muchos los Floyd que no vemos. En Berlín, por ejemplo, Vanessa Henke, alemana de raíces africanas, relató cómo la cajera de una droguería la acusó de pagar con una tarjeta ajena porque no le creyó que pudiera tener un nombre alemán.
Cuando Henke llamó a la policía tras media hora de discusión, uno de los agentes la acusó de mentir y amenazó con llevarla al calabozo, poniendo en duda que entendiera alemán, según el testimonio de la joven, apoyado por declaraciones de testigos en medios locales.
Según un informe presentado la semana pasada por la Oficina Federal contra la Discriminación en Alemania, los datos de 2019 reflejan un incremento del número de incidentes racistas reportados y, con ello, "un problema persistente de discriminación racista", al que se suman las dificultades de los afectados para hacer valer sus derechos.
Las protestas han revivido una vieja polémica en Alemania: enmendar la Constitución para eliminar el término “raza” del artículo 3, que establece la prohibición de discriminar o privilegiar a nadie por sus características.