“Maduro no puede resolver nada en Venezuela”: Juan Guaidó

Han pasado 10 meses desde que Juan Guaidó juramentara en una plaza céntrica de Caracas como “presidente interino” de Venezuela. Desde entonces, el caraqueño, hasta este año desconocido, ha recibido el apoyo de más de 50 países del mundo, y se ha convertido en el hombre encargado de liderar la cruzada de la oposición venezolana por remover a Nicolás Maduro del poder.

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Han sido meses difíciles para Guaidó. Nicolás Maduro parece estar cada vez más firme en el Palacio de Miraflores y el apoyo en las calles ha ido disminuyendo con el pasar del tiempo Además de eso, unas fotografías tomadas el pasado 22 de enero con supuestos miembros de la banda de narcoparamilitares colombiana “Los Rastrojos” lo metieron en un serio aprieto, del que todavía se sienten las secuelas.

En enero del próximo año el Parlamento debe renovar su mandato y hay un acuerdo para que el caraqueño continúe al mando.

¿Qué espera de la movilización que convocó para el 16 de noviembre?

Esperamos unificar toda esta lucha que se ha llevado estos meses, pues el deseo de cambio del venezolano sigue intacto. Venezuela ya no es un país polarizado, como lo fue en algún momento:el 93% según los sondeos de opinión quieren el cambio. Por supuesto, la disposición baja un poco por el miedo, por la persecución, pero a pesar de eso, lo que esperamos es ejercer nuestra mayoría, no normalizar una emergencia humanitaria sin precedentes en Venezuela.

Pero pareciera que la estrategia que venían desarrollando se estancó...

Bueno, es que tenemos años de lucha en el país. Hemos tenido grandes victorias políticas este año, de reconocimiento diplomático, de presión financiera, de deserciones de altos cuadros militares como el caso de Cristopher Figuera. ¿Qué ha pasado? Bueno, que nos enfrentamos a una dictadura sangrienta que no ha tenido ningún reparo en asesinar, que mantiene presos a casi 400 presos políticos y que no tiene ningún tipo de escrúpulo. Y es que le pongo el ejemplo de países como Ecuador o Chile, donde los presidentes se sientan a negociar tras las protestas. O en Argentina, que Macri reconoció a su adversario y lo invitó a desayunar. Eso no pasa en Venezuela.

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¿Cómo maneja la desesperanza que expresan muchos venezolanos?

Hemos enfrentado durante años muchas cosas en Venezuela. La protesta pacífica, las manifestaciones, las huelgas de hambre, el votar y el haber ganado de manera mayoritaria el Parlamento y que a pesar de eso le hayan quitado las competencias. Y aun así el régimen insiste en perseguir, en encarcelar. Es evidente que estamos ante una dictadura. Lo importante es seguir orientando nuestra estrategia, el buscar alternativas de construcción de país, de presentar una alternativa a todos los venezolanos, de buscar formas para que las fuerzas armadas abandonen el régimen.

El 5 de enero del próximo año se acaba su mandato como presidente de la Asamblea Nacional. ¿Planea seguir allí el otro año?

Hace poco el Parlamento me dio un mandato donde me respaldaba como presidente de la Asamblea y por ende como presidente encargado hasta que cese la usurpación. Por Constitución el 5 de enero eso se tiene que votar, pero eso ya está refrendado por un acuerdo parlamentario aprobado por unanimidad.

¿Qué es lo que está pasando con Citgo?

Hay que ver el contexto. Chávez y Maduro cuando hicieron sus gestiones recibieron al país con 20.000 millones de deuda. Hoy Venezuela tiene 130.000 millones en deudas, más de seis veces lo que recibieron en 1999. Endeudaron al país hasta tal punto que no pudieron seguir recibiendo prestamos o endeudándose y tuvieron que hipotecar los activos de la nación, en este caso PDVSA y CITGO. Eso es lo que ocurrió con el bono PDVSA 2020, en que como garantía de pago estaban las acciones de CITGO. Lo que hemos buscado es proteger los activos de todas estas deudas adquiridas por las administraciones irresponsables. Estados Unidos congeló hasta el 22 de enero del 2020 cualquier acción que intenten los tenedores de ese título contra Citgo.

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¿Han cometido errores en estos meses? El tema de los soldados desertores en Cúcuta por ejemplo…

Es que en todo proceso humano hay errores, más allá de nuestra estrategia.

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¿Qué sostiene a Maduro en el poder a pesar de toda esa presión?

Maduro no goza de apoyo popular, no goza de confianza y no puede resolver nada en Venezuela, por lo contrario, agrava todo. Es el miedo lo que lo sostiene.

Las fotos en las que se le ve con supuestos miembros de Los Rastrojos causaron gran controversia. ¿Qué explicación tiene sobre estas imágenes?

Necesitamos de dos días para llegar a Colombia para lo que fue el ingreso de la ayuda humanitaria. La frontera estaba bloqueada, lamentablemente en Venezuela el régimen de Maduro ampara a grupos irregulares, tanto así que hace tres semanas en el Parlamento los declaramos grupos terroristas. No solo a los paramilitares, sino también al ELN, a la disidencia de las Farc y el régimen no votó.

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Ahí está la primera diferencia, en Colombia están presos donde deben estar y lo celebramos, en Venezuela, están amparados, controlan las trochas, controlan el contrabando. Controlan, muchas veces amparados por la Guardia Nacional y el Ejército, estas vías y nosotros estábamos buscando salir del país. Hay que recordar además el contexto. Nosotros estamos en dictadura, estoy perseguido por el régimen de Maduro y tuvimos que salir por métodos alternativos. Queríamos salir por el Aeropuerto de Maiquetía y llegar al Dorado, pero no fue así y tuve que atravesar uno de estos lugares, donde lamentablemente muchos venezolanos también tienen que hacerlo. Están controlados absolutamente por algunos hombres del ELN, algunos casos por los colectivos y en otros de los paramilitares. Lamentablemente algunos sectores trataron de utilizar estas fotos políticamente.

¿No fue un error de ustedes?

Hablando de errores, un error es vivir en dictadura. Y sufrirla, pero bueno, teníamos que llegar. Pero ese no fue el último tramo ni el más peligroso.

¿Esas personas hicieron parte del operativo que lo trajo a Colombia?

No, para nada. A eso le hemos dado respuesta varias veces. Nada que ver con el operativo, ni con nadie que haya colaborado durante esos dos días. No solo desde ese tramo, sino desde Caracas hasta lograr llegar a Colombia.

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¿Cambiaría usted algo de lo hecho en estos meses?

A todos nos hubiera gustado que ya estuviéramos en democracia. No solamente a mí, sino a todos los venezolanos.

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Si se proponen unas elecciones, ¿iría como candidato?

Yo soy un servidor público. He sido diputado dos veces, presidente de la AN y encargado de la Presidencia, pero mi intención es es unir a todos los sectores, articularlos, movilizarlos para lograr este proceso de transición. Cuando lleguemos, lo que sí puedo decir, es que vamos a tener solo un candidato a presidente.

A usted lo criticaron sectores radicales de la oposición por sentarse en una mesa de diálogo con el gobierno de Maduro. ¿Qué otras estrategias les quedan?

La misma. Producir la transición y tener una elección libre en Venezuela. Ese es el objetivo, una transición que genere institucionalidad y gobernabilidad para poder crear un proceso electoral realmente libre. Eso pasa por presión interna, por presión externa y generar esperanza. Con la mediación de Noruega éramos absolutamente conscientes de la intención de Maduro, que es dilatar y ganar tiempo, pero en este caso fue distinto, porque mientras estábamos en eso buscamos los votos para aprobar el órgano de consulta del Tiar, así como acompañando a enfermeras, maestros, estudiantes, reuniendo gente de la sociedad civil para seguir e insistir en soluciones concretas a la crisis. Ellos no van a venir amablemente a ceder el poder porque lo han secuestrado.

¿Volvería a la Mesa de Diálogo?

Solamente de cara a una solución que pasa por una elección realmente libre con garantías para todos los sectores. Por eso ellos se levantaron, porque, por cierto, ellos fueron los que salieron corriendo por primera vez en 20 años.

El expresidente español Felipe González le aconsejó no hacer elecciones mientras estuviera Nicolás Maduro, pero Andrés Pastrana, aliado dice que sí, que debería hacerlo para legitimarse. Usted qué piensa, ¿elecciones sí o no? 

Es lo que he dicho desde el principio. Cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. No es solamente un mantra, es una estrategia, una ruta para lograr elecciones libres que es como vamos a generar confianza, que es como vamos a recuperar inversión privada en nuestro país y como vamos a generar empleo.

Usted dice que en Venezuela no hay polarización, pero es evidente que todavía hay gente leal a las ideas del chavismo. ¿No cree que sería importante hacerlos participes? 

Hay que vincular a todos los sectores, militares y civiles, a que nos ayuden a generar estabilidad, gobernabilidad, y que nos ayuden a contener la emergencia humanitaria. Así podamos nosotros construir la institucionalidad requerida para tener una elección libre que nos impulse a un cambio.

El mapa de la región empezó a cambiar en México, Argentina...  ¿Estos cambios pueden tener algún efecto en la estrategia internacional que usted lidera?

Hay que ahondar en las estancias internacionales. Evidentemente debo decir que el presidente Macri fue un gran aliado de la democracia de Venezuela y esperamos después de su salida mantener las mejores relaciones con el pueblo argentino. Por supuesto, como ellos decidieron y eligieron a su nuevo presidente, es menester nuestro mantener relaciones. Aunque bueno, viene también la elección en Uruguay. Son ventanas de oportunidad, la verdad.  Lo que sí le puedo decir a la región es que la democracia siempre está en juego.

Las instituciones, el respeto a las instituciones y la alternancia del poder. Y por eso hago referencia a lo que sucedió en Argentina con la elección, en Chile con la protesta o en Ecuador frente a lo que pasa en Venezuela, donde el dictador no permite alternabilidad. Hay una gran diferencia con respecto a la región y la causa de la democracia siempre tiene aliados.