Publicidad

Marisol Valles, la mujer más valiente de México

Una estudiante de 20 años ocupa la jefatura de policía en un municipio del Valle de Juárez, una de las zonas con mayor influencia del narcotráfico.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Pablo Ordaz / Especial de El PaísMéxico
20 de octubre de 2010 - 10:04 p. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Se llama Marisol Valles García y sólo escribir su nombre provoca respeto y miedo. A los 20 años, ella acaba de dar el paso adelante que ningún hombre se atrevió a dar, el de asumir la jefatura de la policía de un municipio de 3.400 habitantes situado junto a Ciudad Juárez, en la frontera de México con Estados Unidos, en pleno Valle de Juárez, el territorio que desde hace tres años se disputan dos de los carteles más peligrosos de México.

El municipio se llama Práxedis G. Guerrero, está en la mismísima línea fronteriza, pertenece al Estado de Chihuahua y dista un centenar de kilómetros de Ciudad Juárez, la plaza más violenta de México, donde cada año son asesinadas 2.600 personas sin que la Policía Federal ni el Ejército alcancen a averiguar de dónde vienen las balas. Por si son necesarios más datos, sólo apuntar que esta misma semana fueron asesinados el comisario municipal de El Porvenir —un pueblo que pertenece a Práxedis— y su hijo. El padre, Rito Grado Serrano, tenía 59 años, y su hijo Rigoberto, 37.

Del asesinato sólo se conoce lo que los peritos de la fiscalía del estado de Chihuahua encontraron junto a los cadáveres: 22 casquillos percutidos por fusiles AK-47, también conocidos aquí como cuernos de chivo. ¿Quién los mato? Casi nunca se sabe. Pudieron ser los sicarios de Vicente Carrillo, jefe del cártel de Juárez, o tal vez los de El Chapo Guzmán, jefe del cártel de Sinaloa. ¿Por qué? Eso sí que es demasiado preguntar. Tal vez porque no había forma de corromperlos. O tal vez porque lo corrompió el cartel rival. Además de su dosis de plomo, los muertos del narcotráfico se llevan a la tumba su correspondiente dosis de sospecha.

Pues bien, para ese lugar no del todo recomendable buscaba el alcalde de Práxedis, José Luis Guerrero, un jefe de policía. Como en las películas del Oeste, el alcalde se fijó primero en los más machos del lugar, pero todos miraron para otro lado. El problema no era hacerse cargo de los 19 agentes de la plantilla policial, nueve de ellos mujeres, sino, sencillamente, continuar con vida en un lugar donde no vale nada. Fue entonces cuando Marisol Valles, de 20 años, casada, estudiante de último curso de Criminología en Ciudad Juárez, dijo sí. ¿Una mujer sin miedo? Tal vez no. A tenor de sus declaraciones, simplemente una mujer valiente: “Aquí toda la gente tiene miedo, todos tenemos miedo, pero vamos a cambiar ese miedo por seguridad”.

Para contagiar de ese valor a sus vecinos, la nueva secretaria de Seguridad Pública de Práxedis se dejó fotografiar este miércoles junto a su mesa de trabajo, a cara descubierta. Si el narcotráfico ya tiene a sus heroínas reales o ficticias —La Reina del Pacífico que entrevistó Julio Scherer o la Teresa Mendoza que inventó Arturo Pérez Reverte—, desde el martes, en un pueblo perdido del Valle de Juárez, el lado bueno de la Ley tiene a una muchacha de 20 años llamada Marisol Valles. Sólo escribir su nombre provoca respeto. Y miedo también.

Por Pablo Ordaz / Especial de El PaísMéxico

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.