México: donde los migrantes quedarían estancados

Tras las nuevas medidas migratorias del gobierno de Donald Trump, la frontera norte de México tendría que prepararse para recibir a oleadas de migrantes que son deportados desde el país vecino.

redacción internacional
22 de febrero de 2017 - 09:43 p. m.
Gente caminando en El Paso del Norte International Bridge, en Ciudad Juárez, en la frontera entre México y Estados Unidos. / AFP
Gente caminando en El Paso del Norte International Bridge, en Ciudad Juárez, en la frontera entre México y Estados Unidos. / AFP

Este martes, el gobierno de Donald Trump anunció nuevas medidas para reforzar los controles migratorios en su país y deportar a millones de inmigrantes indocumentados. Entre las medidas, está la determinación de deportarlos no al país del que provienen, sino al país del que vienen. Por ejemplo, si un guatemalteco llegó a Estados Unidos a través de México, las autoridades estadounidenses tienen la potestad de devolverlo al país manito. En ese sentido, México tendría que prepararse para afrontar una oleada de cientos de miles de inmigrantes puesto que su país es el principal territorio de tránsito para arribar a Estados Unidos.

El gobierno mexicano no ha respondido ante tal pretensión, quizá por razones políticas y económicas: por un lado, Estados Unidos lo ha amenazado con acabar los tratos comerciales —que se dan, sobre todo, a través del TLCAN, el tratado de libre comercio que tiene México con Canadá y Estados Unidos—, y por otro, este jueves el ejecutivo de Peña Nieto se reunirá con dos enviados de Trump: los secretarios de Defensa y de Estado, John Kelly y Rex Tillerson. Lo mejor, en este momento, es esperar si esas medidas pueden ser renegociadas.

Sin embargo, Trump ha sido riguroso en su ambición de expulsar a los cerca de 11 millones de migrantes que se encuentran en Estados Unidos. Su decisión produce dos consecuencias inmediatas: la primera es la puesta en escena de un esquema de seguridad general donde incluso los policías locales tienen funciones de policía de migración y pueden deportar; la segunda es desanimar a quienes buscan asilo en ese país para que lo busquen en otro. En ambos casos, México es la víctima más visible.

A través de México pasan todos los centroamericanos que, por cuestiones de violencia, quieren huir de su país; pasan también los haitianos y se han conocido numerosos casos de habitantes de Oriente Medio que toman esta ruta, una de las más extensas, para llegar a Estados Unidos. En el mandato de Barack Obama, los inmigrantes ilegales que tenían registro criminal y violento eran devueltos a sus países de origen. Las nuevas medidas de Trump no sólo cambian esto, sino que además amplían las categorías y causas por las que un indocumentado puede ser atrapado y deportado. Virtualmente, cualquier indocumentado puede ser expulsado del país.

Entre tanto, México tendrá que lidiar con esa situación humanitaria, para la que hasta ahora no está preparado, en medio de las pretensiones de Estados Unidos de construir un muro en la frontera (que, según Trump, pagará México). La directora para las Américas de Amnistía Internacional (AI), Erika Guevara-Rosas, aseguró que México se ha convertido “en el país que hace el trabajo sucio”. La llegada de Trump, según Guevara-Rosas, sólo ha empeorado la situación de cientos de migrantes de Centroamérica. En 2016, según sus cifras, hubo un aumento del 200% en las deportaciones de personas de El Salvador y del 150% de habitantes de Guatemala y Honduras. Ése es el trabajo que de costumbre hacen las autoridades mexicanas y a eso se sumaría un número indeterminado de migrantes que lleguen a la frontera expulsados por Estados Unidos.

En la práctica, las autoridades migrantes mexicanas podrían negarse a recibir a estos migrantes. En los años 80 y 90, México ya había afrontado una situación similar a causa del conflicto en Guatemala. 46.000 guatemaltecos huyeron hacia México en busca de un refugio. Sin embargo, en esta ocasión es distinto el contexto político: Trump está encima de México y lo ha declarado su enemigo central. Ha culpado a sus habitantes de violadores y narcotraficantes y también asegura que aquellos indocumentados son una de las razones principales del desempleo y la caída de los sueldos en Estados Unidos. México podría negarse, pero es imposible negar la cantidad inmensa de migrantes que buscarán un hogar en México al verse expulsados de Estados Unidos.

Entre los apartados de las decisiones sobre seguridad migratorio, el gobierno Trump estipula una ayuda económica para México. No especifica si es o no para el trato de los migrantes en la frontera. Si sí, éste sería un trato similar al que la Unión Europea realizó con Turquía para detener el flujo de migrantes sirios hacia el bloque.

Por redacción internacional

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar