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Michoacán, la guerra con autodefensas

Ya son 10 los municipios del Estado mexicano controlados por civiles armados, en franco conflicto con su enemigo: el crimen organizado.

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Verónica Calderón / Especial El País de España
12 de enero de 2014 - 09:00 p. m.
Una patrulla civil de las autodefensas de Michoacán hace vigilancia en el municipio de Antúnez. / EFE
Una patrulla civil de las autodefensas de Michoacán hace vigilancia en el municipio de Antúnez. / EFE
Foto: EFE - Ulises Ruiz Basurto
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Unos hombres armados llegaron el viernes por la tarde a Antúnez, un pueblo de Michoacán de unos 8.000 habitantes, y pidieron a los habitantes que se reunieran en la plaza. La reunión duró menos de una hora. Al final, los pobladores declararon constituida su guardia comunitaria. Antúnez está a 20 kilómetros de Parácuaro, el décimo municipio controlado por los grupos de autodefensa en el Estado, al suroeste de México. Las milicias avanzan, pueblo por pueblo, en la región de Tierra Caliente, la más violenta de una zona de por sí violenta.

La toma de Antúnez y Coahuayana, dos pequeñas comunidades michoacanas, pronto causó reacciones. Un grupo de encapuchados, supuestamente vinculados narcotraficantes del cartel local, Los Caballeros Templarios, saquearon tiendas y prendieron fuego a la alcaldía y biblioteca de Apatzingán, la ciudad más importante de la región, con 80.000 habitantes. El gobierno michoacano insistió, a través de un comunicado, que la violencia no dominaba a Apatzingán, sino sólo “puntos focalizados”. Los ataques no cesaron. La madrugada de este sábado, los atacantes quemaron otras dos sucursales de Oxxo, una famosa cadena de tiendas de alimentos en México.

Desde que el sábado pasado las autodefensas entraron en Parácuaro, a sólo 20 kilómetros de Apatzingán, la tensión ha aumentado en la zona. Ocurren hechos violentos un día sí y otro también. Todos los días ha habido manifestaciones de civiles armados que se declaran en contra de las guardias comunitarias. Queman vehículos y no permiten el paso hacia las comunidades.

Los autobuses han suspendido los trayectos a la zona. Los empresarios calculan pérdidas de al menos nueve millones de pesos (unos 700.000 dólares). La región sufre desabasto, los camiones que distribuyen alimentos y gasolina no pueden llegar. Los incendios dañaron también las instalaciones de fibra óptica de Apatzingán, lo que causó fallos en el servicio de telefonía e internet durante casi 20 horas.

Un grupo de hombres armados tapó también las salidas a Antúnez esta mañana. Cerca de 8.000 personas quedaron aisladas, entre ellos 10 periodistas (algunos de Televisa, Reuters y el periódico mexicano El Universal, según la organización artículo 19). El bloqueo se mantuvo hasta las primeras horas de la tarde, cuando se restableció el tránsito en la zona.

El gobierno de Michoacán difundió hoy un nuevo comunicado, en el que detallaba los daños causados por los encapuchados en Apatzingán la noche del viernes. La administración del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, no ha dado, hasta ahora, una postura oficial.

Los grupos de autodefensa surgieron en febrero pasado en respuesta a, según han explicado, los abusos de Los Caballeros Templarios, el cartel del narcotráfico que domina la zona, productora de marihuana y metanfetamina, y una parada estratégica en el trasiego de droga. Han asumido el control de una decena de municipios, donde sustituyen el papel del Estado. Desde su irrupción, la violencia se ha profundizado en Michoacán.

 

Por Verónica Calderón / Especial El País de España

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