Un nuevo caso de inadmisión, con denuncias de maltrato, fue dado a conocer por una colombiana que viajó a México en días pasados. Se trata de Marcela Toro, quien junto a su familia, incluido su esposo y sus hijos pequeños, voló a Cancún para pasar sus vacaciones y celebrar su cumpleaños.
A través de su cuenta de Tiktok, contó que a la llegada al aeropuerto de Cancún, tras un viaje que se había iniciado en la madrugada, las autoridades, además del chequeo de rutina, les hicieron una segunda inspección en la que solicitaron pasaportes, reservas de avión y hospedaje.
Después de un tiempo de espera, les informaron que no podrían ingresar al país, aparentemente porque en el lugar del hospedaje nadie contestó, lo que sorprendió a Toro, pues asegura que tenían todo en regla y que había ido varias veces a Cancún.
Esta familia se convirtió en una de las primeras en ser inadmitidas este año. En 2024, según el consulado en esa ciudad, por el Aeropuerto Internacional de Cancún fueron inadmitidos 17.875 ciudadanos colombianos, de un total de 230.000 aproximadamente que ingresaron en todo el año.
Toro cuenta que los condujeron a una sala que ella describe como un lugar de detención, en donde les quitaron sus pertenencias, incluidas maletas y teléfonos celulares. “Nos trataron como delincuentes”, relata.
Después de varias horas, los niños empezaron a quejarse por el hambre, por lo que la madre pidió comida a los funcionarios, a lo que, dice, le respondieron que “en un ratito” la traían.
“Mis hijos tenían tanta hambre que en un momento los vi cogiendo una caja que otros detenidos habían dejado con sobrados de comida”, recuerda con la voz entrecortada. “Es lo peor que me ha pasado en la vida”.
Finalmente, sobre las 9 p. m., les llevaron lo que describe como unos sánduches con un jugo y un botella de agua pequeña. Continúa diciendo que pasaron la noche allí, sin cobijas ni almohada, con baños insalubres. Su hermana, además, iba con un bebé al que le facilitaron apenas un par de pañales.
Agrega que la actitud de los funcionarios migratorios fue grosera e incluso amenazante, pues le advirtieron que si se seguía quejando sería separada del grupo familiar.
Después de varias horas, por fin, pudieron comunicarse con el consulado de Colombia, en donde les indicaron que lo funcionarios estaban en la obligación de informarles cuándo serían embarcados de regreso a Colombia, una responsabilidad que es de la aerolínea que los transportó de ida.
Al final del segundo día, una parte del grupo fue embarcada en un avión de regreso. Sin embargo, la hermana de Toro se tuvo que quedar más horas e incluso pasar otra noche con su bebé, ya enfermo, en esas condiciones.
El Espectador pudo confirmar que el Consulado de Cancún prestó asistencia en este caso, similar al que se dio a conocer a la opinión pública en días pasados (y a cientos de otros que han sido denunciados en redes sociales) de la “inadmisión de un connacional a su ingreso al Aeropuerto Internacional de Cancún el domingo 29 de diciembre, por aparentemente no haber proporcionado los 4 últimos dígitos de la tarjeta de crédito con la que había comprado su tiquete aéreo”, según el consulado.
En este tipo de casos, hay que recordar, son las aerolíneas las responsables de gestionar el vuelo de regreso, por lo que si una compañía tiene apenas pocas frecuencias semanales, es probable que los viajeros tengan que esperar varios días, incluso, en ser devueltos.
“El tema de los inadmitidos es un asunto prioritario en la interlocución entre las autoridades colombianas y mexicanas, en el que abogamos por el trato y respetuoso y digno de los connacionales que son inadmitidos y porque se les proporcione un pronto retorno a su lugar de origen y unas condiciones respetuosas a sus derechos humanos”, insistió el consulado.
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